Talk 10

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—TaeHyung-Hyung, tienes una visita. —murmuró—. JiMinie vino a verte.

El castañito le hizo una seña al rubio para que se acercara, el más bajito mordía su labio con fuerza, jugó con sus dedos por los nervios.

JungKook tomó su mano y la acomodó sobre la del azabache, haciendo que diera un respingo cuando sintió lo fría que estaba, aunque el otro no dejó que apartara su tacto de esta.

—Él sabe que estás aquí, sabes que le gusta tomar las manos de alguien. —el castaño acomodó las manos de ambos para que sus dedos quedarán entrelazados—. Por favor, no le tengas miedo, sólo está durmiendo.

El rubio sorbió su nariz, un pequeño sollozo escapó de sus labios.

—Oh, JiMinie, no llores. —JungKook lo abrazó—. Si lloras, TaeTae se va a dar cuenta y va a llorar también. —murmuró.

El rubio tenía una bruma en el pecho que le decía miles de cosas para hacer, entre las que estaban huir, llorar y gritar, o quedarse allí al menos un rato, como respeto, como consuelo.

No sabía qué hacer de todo aquello.

—Kookie... No me gusta estar aquí.

El rubio retiró la mano de la del azabache, la llevó a su rostro, cubriendo sus ojos para no ver.

—Pero te gusta estar con TaeTae, ¿No, Minie? Lo quieres, dilo. —habló el castaño, bastante alto para estar tan cerca de él—. JiMin, TaeHyung está triste porque nadie viene a visitarlo... Piensa que nadie lo quiere, demuéstrale que está mal. ¿Puedes quedarte un rato?

El rubio lo miró con tanta tristeza, tardó unos segundos en asentir.

—Háblale, JiMin, él te escucha. —murmuró el más alto—. Ya sé, iré a comprar unos buenos cafés, a tí y a TaeHyung le encantan, claro que estando dormido no puede beber café... Pero con unos cómodos cafés podemos hablar mejor, como antes.

El rubio hizo silencio unos segundos.

—Quizás cuando despierte... —murmuró JiMin, con una pequeña sonrisa—. Cuando despierte beberemos café los tres. Pero quizás este frío para entonces... Cuando despierte yo compraré los cafés.

El castaño sonrió ampliamente, cálido por la actitud del mayor, lo movió un poco entre sus brazos con emoción.

—Ya regreso, háblale hasta entonces, Minie. —dijo, liberando el abrazo—. Si lo halagas un rato sonríe, inténtalo. O cantale algo, le gusta, si le gusta lo suficiente también va a sonreír.

Antes de salir de la habitación, se volvió hacia el azabache, dando un apretón en su mano mientras dejaba un beso en su frente.

Ya regreso, amor.

SLEEPTALK | KTH+JJK【Adaptación】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora