2~ Si, quiero

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Desperté. Miré alrededor. Mal dormía en el piso. El vestido que tanto había tardado haciendo estaba en el maniquí, colgado con los accesorios alrededor, no era cualquier vestido de novia. No era blanco, era azul y tenía pequeñas flores blancas y rojas.
-Mal- La agité suave- Mal- la zamarree más fuerte- ¡Reina Mal!- Grité cuando no se despertaba.
-¿Que?- A veces, mi mejor amiga era dura para despertarse.
-Hoy es mi boda ¿Lo olvidaste?- Dije haciendo un puchero.
-Por supuesto que no lo olvidé. Pero Agh ¿es necesario levantarme a las 9 de la mañana? ¡La boda es a las cinco!- Sabía que ella odiaba levantarse temprano, en parte por eso la había despertado.
-¿Estás demente?- Reí- ¡Quiero tener todo listo! Y no voy a llegar tarde ¿sabes?
-Eveline, Eveline- Suspiró mi mejor amiga- Siempre quieres tener todo listo.
-Sabes que si me enojo probablemente te quedes sin ropa ¿no?- Bromee- Quiero darle los últimos retoques a tu vestido.
-¡Eres tú la que se casa!- Me dijo- No te preocupes por mi, estaré bien con cualquier cosa.
-Por supuesto que no- La actitud terca y poco coqueta de Mal me sacaba de quicio a veces, pero la seguía queriendo- Eres la primera dama de honor y la madrina de bodas. No usarás un trapo viejo. Levántate.
Bajé las escaleras y me metí en mi oficina, por supuesto, llena de telas, cintas y agujas. Miré la mesa dónde le di el beso de amor verdadero a Doug, dos años atrás. Miré mi vientre plano, no le había dicho a nadie, ni a Mal, pero ese día anunciaría la gran noticia. Esperaba que a Doug le gustara, y a todos mis amigos.
No quería que me pasara lo mismo, lo mismo que a mi madre.
•~•~•
El reloj marcó las 4.15, hora de salir. Me miré al espejo y subí al auto. Mal estaba esperándome.
-Vamos. No quieres llegar tarde- Mal sonreía pícara.
Me subí al auto y este arrancó. Me quedé en silencio.
Estaba inquieta y nerviosa, me acomodaba el vestido a cada rato. Solo podía mirar por la ventana y girar el brazalete que mi madre me había dado en mi muñeca.
-Hey- Mal tomó mi mano y me miró a los ojos- Nada va a salir mal, lo despertaste del hechizo del sueño con un beso de amor verdadero, la prueba de amor ya pasó, el te ama, E, y te va a amar hasta el último día de su vida, no tienes de que preocuparte, todo saldrá bien.
-E-estoy... estoy... estoy embarazada, Mal.
-Entonces eso te preocupa- Mal me abrazó- Relájate; Evs; Doug va a amar a ese bebé, y por supuesto, su madrina también ¿no?- sonreí de lado con lo último y la abracé fuerte.
-Señorita Evie, Reina Mal, pasen, por favor-El cochero abrió la puerta.
Mal me acompañó hacia el altar, Doug me esperaba allí, tenía las manos sudadas lo miré inquieta y tomé su mano.
Apenas escuché lo que el sacerdote decía, mis ojos estaban fijos en los de Doug y mi mente también estaba enfocada en él. Me sobresaltó cuando el sacerdote pronunció las tan esperadas palabras por todos.
-Si, quiero; quiero formar una familia contigo, Evie, eres todo para mí y jamás dejaría que algo te suceda, no podría perdonarmelo, quiero que seas mi esposa, si quiero; quiero despertar cada mañana contigo a mi lado, quiero pasar todos los días junto a ti, quiero protegerte, abrazarte, besarte, mimarte; me preguntan si quiero ser tu esposo, la respuesta es si; que si quiero; no existen palabras para decir todo lo que siento por ti desde ese día, que tan lejano me parece, en el que te conocí; tú, la más hermosa de todas, tan perfecta con tu cabello azul y tus ojos marrones que me cautivaron al instante, no imaginaba en ese momento que este día podía llegar, no imaginaba que alguien como tú se fuera a fijar en mi, pero aquí estoy, declarandote mi amor por ti, como un baboso, esperando que aceptes, porque, Evie, eres la persona más perfecta que conocí y nada ni nadie puede cambiarlo. Si; quiero casarme contigo y amarte cada día de mi vida.
No podía articular palabra, el maquillaje ya estaba completamente corrido y mi cara manchada por las lágrimas, lo único que pude hacer fue besarlo, besarlo amandolo, sin soltarlo, sin articular palabra, solo puedo amarlo, con cada parte de mi corazón.
Señalé mi vientre al tiempo que asentía llorando, me miró y me abrazó, mientras que todos nuestros amigos y familiares aplaudían con lágrimas en los ojos.

Siempre te buscaré ~♡~ DEVIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora