Y ahí estaba yo...

XI

Y ahí estaba yo, en la nave donde nos habíamos despertado hace una semana, con Sofía a mi lado en mi cama ya se había vuelto algo tan normal que no me importaba. Nos levantamos era lunes, el comienzo de una nueva semana, la anterior todo había pasado tranquilamente, los jefes dieron trabajo a los mas capacitados, ya fueran cocineros, pilotos, ingenieros, armeros, y algunas cosas así, ya que en el piso de arriba estaba toda la maquinaria para manejar la nave y llevarnos a algún planeta, cosa que no habíamos conseguido, no sabíamos aun donde estábamos, ni donde estaban las otras naves con nuestros amigos, todo era muy confuso.

-Buenos días Paul- Me dijo Sofía somnolienta, ella descansaba encima de mí, no se tenía un problema con quitarme mi espacio personal
-Buenos días, señorita- respondí, no estaba somnoliento ya que llevaba un tiempo despierto mirando al techo
-Hoy te toca a ti contar las cosas del almacén-
-Lo sé, lo sé por algo no me había levantado- No, en realidad no lo recordaba
-Vas a tener que salir tarde o temprano-
-Mejor temprano, tengo hambre- Sofía sonrió, y nos comenzamos a levantar, era un poco más tarde de lo normal, anoche nos habíamos acostado tarde por una reunión que hicieron los jefes para hablar que deberíamos comenzar a comer menos porque las reservas se iban a acabar muy rápido y no teníamos manera de como reponerlas, porque si, los muy genios del gobierno nos criogenizaron , pasaron tres años, una nave entera, pero no pusieron reservas suficientes para 50 personas, o sea en serio, ahora de dónde íbamos a sacar comida, no teníamos posibilidades, pero bueno solo nos quedaba rezarle a quien sea para encontrar un planeta para así sea sacar comida.

Después de un rato salimos de la habitación, fuimos directamente al comedor donde seguramente estaba la comida servida. Antes de llegar Spencer y Troy pasaban y nos dieron los buenos días, no se detuvieron mucho porque supongo iban a entrenar, llegamos al comedor y desayunamos. Yo comía mirando al gran mirador que estaba en el comedor y de repente Sofía dijo –Paul ehm tú, digo, ehm a ti antes cuando estaba la tierra viva, o sea que la tierra aún existía y estábamos allá, ¿T...Te gustaba alguna chica?- la mira con ojos como platos, esa pregunta no era típica de ella, tampoco lo sonrojada que estaba, ¿por qué preguntarme algo así de una manera tan repentina?, calme mis pensamientos y le respondí lo más tranquilo que pude –Así recordando, creo que no, tuve una novia a los 16, pero solo duramos un año y lo dejamos, pero después eso, nadie me gustaba realmente- fui totalmente sincero –Uhmmm okey- ya no estaba sonrojada y volvió a comer tranquilamente, por dios que rara que es esta chica, no respondí nada.

Terminamos de comer, ya éramos los últimos que quedábamos en el comedor además de los limpiadores, íbamos a dejar nuestra bandeja para que la recogieran cuando escuchamos la puerta abrirse.
-Qué diablos están haciendo ustedes aquí, tú deberías estar en el almacén haciendo un conteo y tú arriba, administrando una de las salas- Era Aleksandra, la jefa más ruda que había
-Lo lamentamos señora, ya nos aproximamos a nuestro labor- dije erguido y recto
-¡Muy bien soldado!, que no vuelva a ocurrir-
-No volverá a ocurrir- Ella dio media vuelta y se fue por donde vino, con un paso rápido constante y una postura totalmente recta
-Esa muchacha un día de estos le da un paro cardiaco- soltó Sofía
Me reí
-Cuidado te escucha, que a la que le va a dar un paro cardiaco es a ti-
Sofía volteo los ojos
Solo nos dedicamos a dejar las bandejas y cada uno se dirigió a su labor del día, aunque yo antes de ir tuve que ir a ver los mapas porque nunca había ido al almacén. Esta enfrente de ellos.