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emisaria

receso, las clases habían sido como siempre, pero, el día lo había empezado de una forma algo distinta, había ido a ayudar a uno de sus compañeros, había pasado su común mañana con él, eso la había llenado de ánimos, comúnmente pasaba ese tiempo en el templo meditando en soledad, sintiendo ganas de compartir con alguien, deseando tal vez el poder ser independiente como lo era el compañero que había ido a visitar, pero, el no era como ella, el era diferente, el había sido entrenado por el jefe en persona, estaba en un nivel mas alto.
una llamada telefónica, era de la central, una misión de rescate, algo poco usual, ella solo sintió sonar su móvil, no el de su compañero, trato de que él no se enterara, tal vez algo más tenia la oficina entre manos, tal vez era algo que ella debía solucionar, tomo su bolso y salio de momento, mantener su trabajo listo era la prioridad en este momento, no debía molestar a su compañero con sus asuntos, el tenia un trabajo propio; sale del colegio sin problemas, es un colegio abierto como todos en el imperio, libre de acceso y salida las 24 horas del día, va corriendo, siguiendo las instrucciones que le enviaron de la central para poder auxiliar a sus compañeros atrapados, ha recorrido gran parte de la ciudad y llega al puerto, ahí se encuentra a un grupo de fuerzas especiales en combate, sus enemigos llevan trajes de oriente, pero, de un reino ajeno al imperio, son color arena, usan armas del desierto, la joven pasa por entre los de fuerzas especiales con gran rapidez, golpeando con un fuerte puñetazo a uno de los hombres de las arenas, se escucha el sonido del aire al comprimirse con el golpe, el hombre bota sangre y cae muerto, los compañeros de este la atacan, ella usa un combate cuerpo a cuerpo, de golpes pesados, cargados con un flujo de aire, de un arte antiguo de batalla, olvidado luego del fin de la era de los templos, o eso esperaba ella, porque las armas del desierto también usaban ecos de ese arte antiguo, cimitarras de filo cargado, armas que usaban los alquimistas y guerreros del desierto en la era de los templos, con ataques cargados de energía, filos casi perfectos, la chica bloquea usando sus brazos y retrocede con la fuerza del golpe, las mangas de su blusa están cortadas, se nota el detalle de sus guantes, que se extienden hasta sus codos, son solo 3 los que quedan en pie, pero, se preparan, parecen esperar a que la joven ataque, solo un momento, escucha el sonido de su corazón, esta acelerado, no desea calmarse, sabe que le espera un buen final.
encoje las rodillas y salta al ataque, esquiva al primero, golpeándolo en el estomago de una patada, quitándole su cimitarra y degollándolo con la misma al momento de caer este al suelo, el segundo la ataca por la espalda, ella esquiva con un ligero movimiento, luego descarga un fuerte golpe con la palma abierta que le rompe la nariz, cayendo al suelo el segundo ahogado, el tercero la ataca desde distancia, arrojando la cimitarra y se acerca, dándole un fuerte puñetazo en el estomago al pillarla desprotegida por el bloqueo del primer ataque, ella escupe sangre, pero, sonríe, con un mazazo de mano empuñada le rompe el hombro izquierdo a su atacante, un primer golpe luego retrocede, escupe sangre y se limpia la boca, dejándole tiempo a su enemigo de incorporarse, su mirada cambia, sus lentes se quita sus lentes y los guarda, mirada asesina, su atacante se acerca con la cimitarra en posición de ataque, ella esquiva, tomándolo del cuello con el codo, le engancha la pierna y le rompe el cuello, de un tirón, matándolo de golpe.
los hombres de fuerzas especiales están aun paralizados por el miedo, otros 2 hombres de las arenas llegan al lugar, estos la atacan, pero, ya es distinto, la joven no esta en buen animo, al sentir a sus atacantes simplemente se mueve, es mas rápida, el primero es derribado por un puño en el estomago, al caer la joven le revienta la parte trasera del cráneo con un mazazo de puño cerrado, el segundo trata de huir, pero, ella le corta las piernas con una de las cimitarras, lo deja vivo, esta aterrorizado, esta a punto de terminarlo y una mano la detiene, vuelve a centrarse, es una mujer quien la detiene, lleva ropas de las arenas también, pero, no tiene mas que su edad.
-necesito pedirte un favor- indica la joven de las arenas mientras decapita al moribundo, -que puedo hacer por ti?- le replica la joven de los guantes colocándose sus lentes, -fui enviada a recoger a alguien en particular, estos hombres entonces nos interceptaron, necesito encontrar a un chico- le replica la joven de las arenas agitando la cimitarra para escurrir la sangre, -tienes como identificar a ese que buscas?- le indico la joven de los guantes mientras se ordena la ropa, -es ese chico- le indica la joven de las arenas entregándole una foto a la chica de los guantes, un minuto de silencio, -puedo llevarte ante ese chico, pero, debes de acompañarme al templo antes- le indica la joven de los guantes a la joven de las arenas, la joven de las arenas asiente con la cabeza, sus ultimas 2 escoltas se acercan y dan seña de desarme, el grupo deja la escena... -limpien este desastre- le indica la chica a los de fuerzas especiales, luego se va, los cadáveres quedan ahí, lo que 8 policías de fuerzas especiales no pudieron hacer lo hizo solo una chica, al alejarse del lugar, la chica de los guantes envía un informe vía correo electrónico, una emisaria de las arenas, de un reino cercano había venido a negociar, oficialmente había sido llevada al templo de ciudad capital a ser protegida por investigaciones especiales, con ello se adjunta una solicitud a 4 agentes a que se reúnan en el templo, es una solicitud extraña.
ya es media tarde y su misión esta casi completada, arriba al templo la joven de los guantes y saluda a la sumo sacerdotisa, con ella esta la joven de las arenas y sus 2 guardaespaldas, ella entra sola en el salón interno del templo, la sumo sacerdotisa cierra las puertas del salón, la misión ha completado, por ahora...