Only us [AU Miraculous ladybug]

Only us

"Only us" — Dear Evan Hansen

—¡Luka, espera!

Detengo mi caminar abruptamente. Esa voz podría reconocerla entre un millón. Pero no es posible. Ella...

Al voltear, ahí está, hermosa como siempre aún teniendo el maquillaje corrido y el vestido desarreglado. Ese vestido que diseñó y cosió a mano durante tres meses.

—Marinette... ¿qué haces aquí? Deberías estar dentro con los invitados, la ceremonia no tarda en empezar.

—No podía quedarme ahí después de tu discurso. Lo sabes —sus ojos están fijos en los míos. Parecen querer ver más allá de lo posible.

—Perdóname, no quise incomodarte, es solo...

Su risa irónica interrumpe mi oración, sorprendiendome por el dolor que deja entrever en ella.

—¿Incomodarme? ¿Eso es lo que piensas, Luka? ¿Piensas que te hubiera venido a buscar, dejando todo atrás, de ser así? ¡¿Acaso no te enteras de nada?!

—No entiendo lo que estás queriendo decir —formulo a duras penas al ver lágrimas caer con ira.

—¡Siempre fuiste tú! ¡Siempre! ¡No importa cuánto hayas tratado de evadirlo!

—Mari...

—¡Nunca necesité que me vendas razones para quererte, ni que busques pruebas por las que debería!

Tras sus palabras, ella misma parece sorprendida, pero algo en sus ojos cambia y se acerca mientras yo aún no consigo salir del estupor.

—Nunca tuviste que convencerme, ni tener miedo de no ser suficiente. Porque lo que hemos tenido... es bueno. Siempre lo fue.

El contacto cálido de sus manos me recuerda que esto no es un sueño, que no voy a despertar en unos minutos con ella casada y conmigo devastado.

—No necesito recordatorios de todo lo que está roto, de cómo es mi situación actual. No necesito que arregles lo que preferiría olvidar. Luka, olvida el pasado y comencemos de nuevo.

—No podemos...

Sus dedos se posan delicadamente sobre mis labios, silenciando mis palabras y dedicándome una mirada llena de dulzura.

—Intenta silenciar los sonidos en tu cabeza, no podemos competir con todo eso —hace una pausa en la cual me ve de una manera nueva y al mismo tiempo muy conocida para mi—. Entonces, ¿qué tal si somos nosotros? ¿Podemos intentar eso? ¿Y si eso es todo lo que necesitamos que sea?

—Sabes que me encantaría. Pero los demás...

—¿Y si el resto del mundo desaparece?

Estoy a punto de aceptar cuando recuerdo algo. Y ese algo tiene nombre y apellido.

—Creí que Adrien...

—Adrien nunca fue hecho para mí. Esa noche en la que decidiste presentármelo... Luka, me rompiste el corazón. Siempre fuiste cabeza dura pero por mucho tiempo estuve intentado entender el porqué de esa noche, ¡creí que estábamos avanzando!

—Vi la forma en la que lo mirabas. Mari, no soy tonto, él tiene mucho más que ofrecerte que yo.

Ella me observa como si le estuviera hablando en otro idioma, pero yo sé lo que vi, nunca podría olvidarlo.

—Al único al que estuve mirando durante toda la noche, fuiste tú. Ya te lo he dicho pero... siempre has sido tú. Y tan terco como eres, ves lo que quieres, y al pensar que no puedes ofrecerme nada te olvidas de lo más importante; que yo solo quiero esto —apoya su mano sobre mi desenfrenado corazón—. Es lo único que necesito.

—¿Y la vez en la que me dijiste que él te gustaba? —Sé perfectamente que debería dejar de insistir pero necesito confirmarlo de todas las formas posibles para entender que mañana no cambiará de opinión. No podría soportarlo. No otra vez.

Sin tomarle importancia a mi inseguridad, Marinette rueda los ojos con diversión.

—Me acobardé, Luka, ¿qué más querías que hiciera? Estaba lista para decirte mis sentimientos cuando recordé todos nuestros años de amistad en los que nunca dejaste ver que sentías algo por mi... sé que estuvo mal pero ya era demasiado tarde para decirte que olvides todo. Vi un anuncio y dije el primer nombre que se me vino a la mente. Tenía que escapar de la situación sin salir herida, ¡pero nunca creí que harías algo al respecto!

Finalmente, me dejo envolver por sus palabras y tomo con firmeza sus manos entre las mías. Tal vez podría funcionar. Después de todo, si ella me acepta...también es todo lo que necesito.

—Bueno, déjame decirte que nunca pensé que llegaría el momento en que me quisieras. Ahora puedo darte miles de razones para no dejarme ir. Y si realmente me ves, si te gusto por mí y nada más... bueno, eso es todo lo que he querido por más tiempo del que podrías imaginar.

Con más confianza, acuno su rostro en mi mano.

—Y sí, podemos ser nosotros, solo nosotros. Podemos intentarlo.

—No es tan imposible. Podemos sólo observar a todo el mundo desaparecer. Es todo lo que necesitamos.

Nuestros labios se unen en un beso que desearía que nunca acabara. Solo ella, la Luna y la promesa de que estaríamos juntos.

Solo nosotros.