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Su esposa no la engañaba.

Jamás lo hizo.

Después de salir de su casa, condujo un poco y fue a algunos clubes que sabía, podrían haber llamado la atención de Dove.

En ninguno la habían visto, pero justo cuando salía del ultimo bar con el alma por el suelo, se fijó que en la otra calle, había una escuela para adultos. Lo que le llamo la atención del lugar, era las clases que ofrecían: cocina y repostería.

Sofia recordó todas aquellas noches en las que al hacer el amor o abrazarla, había notado un olor a vainilla y galletas.

Así que ahí, había descubierto que su esposa, no le era infiel. Daba clases de cocina en ese lugar. Y habiendo tantos horarios para que cualquiera pudiese estudiar, ella tenía el último y su tarea terminaba a las diez.

Fue tan sorprendente descubrir eso, no solo porque ella no lo engañara, sino porque Sofia siempre supo que Dove era buena para enseñar.

También, descubrió que los primeras semanas ella y sus amigas profesoras, iban a beber algo en una cafetería hasta el cierre, a la medianoche.

Por eso sus llegadas tarde.

Descubrió tantas cosas de su esposa allí, que decidió que cuando volvieran, la iba a persuadir para que trabajase a tiempo completo ahi.

O medio tiempo.

Lo que fuera, que quisiera que la hiciese feliz.

Y como su última esperanza de saber algo nuevo, estaba en ese lugar, no le quedó más remedio que regresar a casa.

Iba pensando mientras conducía, que otra cosa podía hacer, para saber de Dove. El único lugar que quedaba, era con Sarah. Pero no tenía su dirección.

Freno el coche y tomó rumbo a la oficina de policía. Era empresaria y tenía sus contactos.

Cuando tuviese su dirección, hablaría con Sarah y ella le diría todo lo que supiese de su esposa.

***

Después de comer y beber algo, Dove se sentía mejor. Había pensado resistirse y hacerle el trabajo más difícil, pero al pensar en el bebé, decidió que no arriesgaría su vida por ella misma.

Además tenía un millón de preguntas y no podía permitirse estar débil o que la dejaran inconsciente de nuevo.

Tomo aire profundamente y miro a la rubia. Era hermosa, y a pesar de las circunstancias, también era amable. Su cuerpo era voluptuoso pero balanceado.
Entendía que pudo verle su esposa.

Pero el momento, no era para pensar en ello.

La razón por la que la secuestro, es obvia: Sofia.

La pregunta es: ¿Cómo convencerla de que la deje ir?

- Sé que tendrás muchas preguntas. Como quien soy, donde estas y todo eso. – Bien, además de hermosa, era inteligente. Eso no ayudaba mucho a su autoestima. – Adelante. Pregunta lo que quieras. –

-¿Hace cuánto tiempo, eres amante de mi esposa? – La rubia ni siquiera se mostró sorprendida. Lo que le dijo a Dove, que ambas eran conscientes de la infidelidad de su esposa.
Entonces, ¿Sofia también lo sabía? ¿Se había mostrado tan dulce y encantadora, como su amada esposa, por ello?

-¿Quieres la historia completa o un resumen? - Dove levanto una ceja, mientras la observaba. La rubia levanto ambas manos, mientras meneaba la cabeza.

- De acuerdo. Quieres la historia completa. Omitiré los detalles obscenos. – Sonrió y Dove quiso golpearla. No solo por lo cínica, sino también por su sonrisa de dientes perfectos. – Llevo trabajando como consultora legal en la compañía, por más de tres años. Hace seis meses me contrataron como abogada oficial. Estaba bastante emocionada por esto, que me dije que iba a hacer mi trabajo lo mejor posible, sin distracciones. Imagínate mi sorpresa, cuando me encontré cara a cara, con Sofia. – Ella suspiro, como si le estuviesen hablando de una estrella de rock y ella fuese una adolescente. Que otra mujer suspirara por su esposa de aquella manera, la lleno de celos. - Es una mujer tan hermosa e inteligente, que simplemente me derretí sobre mis pies, cuando me saludo de aquella forma tan cordial con una sonrisa. Era tan atenta, amable y "caballerosa", después de una novia que me era infiel con cualquier cosa con piernas, eso fue un sueño hecho realidad. Caí de mi nube, cuando me entere que era casada. Además, Sofia jamás me coqueteo. Pero no pude evitarlo, ella es candente. Así que, comencé a enviarle yo las señales. Pero ella, no me puso atención. Cuando comenzó toda la negociación de Marquet, hace tres meses, me di cuenta que el trabajo, nos tenía absorbidos. Incluso a Sofia. Así que, viendo que llegaba temprano, Salía súper tarde y además agotada, pensé que no tenía tiempo para ti. Por lo tanto, un día, cuando nos mandaron por la comida, la besé en el ascensor. – Cerro los ojos, como si lo estuviese rememorando. – Fue el beso, más ardiente, que jamás me han dado. Pero, cuando salimos del ascensor y volvimos a la oficina, me ignoro. Siempre que podía, me evitaba, y fue igual por casi una semana. Así que decidí darme por vencida con ella. -

Dove la miro. ¿Acaso estaba tratando de atormentarla? ¿Por qué no continuaba la historia?

- Una mañana, fue Sofia quien me beso. De hecho, me ataco en mi pequeña oficina. Fue el sexo más caliente del mundo. Cuando la pasión acabo y cada uno se cambió, ella no pudo siquiera mirarme a la cara. Así que pidiéndome disculpas, salió. Y me evito por otra semana. Pero yo, ya tenía la experiencia con ella, sabía que me deseaba. Así que comencé a seducirla. Luego, todo se fue dando. Hasta que... - Cerró los ojos, como si lo que viniera fuese doloroso para ella. – Sofia jamás quiso ir a mi apartamento. Nuestros encuentros, luego de aquel en mi oficina, fueron en hoteles. Eran lindos y ella era siempre amable y especial, pero se mantenía distante. De mí. De mi vida privada. Y me alejaba a mí, de la de ella. Aun así, no pude evitar enamorarme de ella. – Las palabras eran cuchillos en el corazón de Dove. Las lágrimas, salían sin permiso de sus ojos. Y, al parecer, no era la única que quería llorar. La rubia tenía los ojos acuosos, inundados de lágrimas sin derramar. A pesar de sí misma, sintió pena por ella. - Tuve la esperanza, de que ella te dejaría. De que se daría cuenta, que su matrimonio había muerto y viniera conmigo. Pero no lo fue. Al contrario. Hace un mes, de la nada me llamó, llegó a mi apartamento y estuvimos a punto de hacerlo. Luego, como si el diablo la persiguiera, salió corriendo de mi casa sin haberme tocado. De ahí, no volvió, su trato conmigo, era educado y estrictamente profesional. Pensé que estaba pasando por una crisis, como al inicio. Que la culpa no la dejaba avanzar. Así que me decidí a darle tiempo. Ayer en la noche, la llame, le pedí si podíamos hablar, que fuese a mi casa. Allí llego, trate de besarla pero me rechazo. Luego me pidió disculpas. Por su comportamiento conmigo, por haberme utilizado. Me dijo que estaba enamorada de su esposa. Que había cometido un error acostándose conmigo, que amaba a su esposa y le iba a contar de nosotros, esperando que ella la perdonase y no la dejara. Me pidió disculpas de nuevo y me dijo que si yo no me sentía cómoda con la ella, la odiaba y no quería estar cerca suyo, ella me pediría un traslado y se alejaría. – Las lágrimas de la rubia, eran sinceras y llenas de dolor. Su voz se cortaba en ocasiones y se podía notar la pena. – Yo creo que ella está confundida, creo que se siente culpable y quiere tratar de hacer las cosas bien.

- Dove la miro sin comprender cuando ella se levantó de la silla cerca de la cama donde ella estaba. - Yo amo a Sofia. Y lo que pasamos fue importante. Para las dos. Por eso estás aquí. Cuando ella descubra que tu desapareciste y piense que la abandonaste, entonces las cosas serán fáciles para nosotras. Ya no habrá culpa, porque fuiste tú la que la dejo. Y podremos estar juntas, ser felices, así que... - El ruido de una puerta que se abrió con gran estruendo, las distrajo a ambas.
-¿Sarah? - Dove giro la cabeza. - ¿Pero qué...? – La Rubia abrió los ojos como platos al darse cuenta que era lo que traía Sarah arrastrando. Dove las miraba tratando de levantar la cabeza, para ver que era. Su boca se abrió y sus ojos derramaron más lágrimas.

¡Era Sofia! Estaba inconsciente y había un hilillo de sangre que corría por su cara y salía de su cabeza. Miro a su amiga sin comprender.

- Casi arruina nuestro plan. – ¿Su plan? ¿Sarah estaba ayudando a la amante de su esposa?

Luego de que terminaron de amarrar a Sofia a la silla, su amiga se giró y se acercó a ella. Levanto una mano y le acaricio el rostro.

-Ahora, te voy a limpiar. Vas a quedar libre, después de que termine esto. - Dove la miro, luego giro la cabeza y observo a su esposa, que estaba inconsciente y la rubia arrodillada a su lado.

¿Qué era lo que pasaba?

Infiel -Dofia adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora