ᑭᖇᝪ́しᝪᏀᝪ 🤴

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—¿Estas seguro de que esa mujer no se casa contigo no más porque sabe que tienes descendencia Sueca - realeza? —preguntó por milésima vez su madre mientras ella le acomodaba los últimos detalles a su traje de novio.

Stephen estaba más que seguro de que Naomi era la mujer indicada para el y que ella si lo amaba de verdad. Naomi era una mujer que estaba apunto de casarse con él porque ella lo amaba y no porque supiera por culpa de una noche de copas y que él mismo le rebeló de que al ser un Gyllenhaal por derecho real tiene la dispocision de que algún día pueda llegar al trono sueco.

Naomi no era esa clase de mujer, ella no era ninguna cazafortuna.

—Entonces cuando él me rebeló de que era descendiente de la realeza, le dije que si inmediatamente. —comento con una enorme sonrisa mientras terminaban de ponerle los pequeños arreglos a su exuberante peinado de novia.

Las demás damas en la habitación rieron por su osadía.

—No creí que mi hija fuera tan lista, pero vaya que salió igual de inteligente que su madre. —mencionó con orgullo.

Naomi era una chica de clase baja que había hecho de todo un poco para llegar a poder trabajar en la televisión británica como guionista de un programa matutino especializado más en los escándalos mañañeros. En la misma cadena trabajaba Stephen y debido a una reunión de trabajo ellos dos habían podido congeniar, una cosa llevó a la otra y pronto Naomi estaba siendo un poco "hostigada" por Stephen que no perdía la esperanza de algún día salir con ella.

En una noche, como forma para deshacerse de él, ella aceptó ir a comer y beber unos cuantos tragos pero jamás imagino que aquella noche Stephen le confesara por culpa de las copas que era descendiente real de la realeza sueca. Fue entonces cuando los ojos de Naomi comenzaron a ver lo diferente.

Pero no era de todo una caza fortuna pues aunque primero se volvió más interesante al saber su descendencia, después todo lo que el le hacía sentir y las carcajadas que le provocaban fueron ganándose el amor de Naomi. Era por eso que también se casaba con el y no sólo por lo que algún día  podía lograr a aspirar ella y su familia sí los descendientes directos de la familia real falecian.

—Queridos hermanos y hermanas, estamos aquí para celebrar el santo matrimonio entre Naomi Foner y Stephen Gyllenhaal para que Dios los una bajo su manto de amor y les dé felicidad y prosperidad por toda la eternidad.
Si hay alguien que se oponga a la realización de este matrimonio que hable ahora o calle para siempre.

El silencio reino ese día y fue el silencio más feliz de sus vidas.
Stephen se estaba casando con la mujer que más amaba, la más hermosa.
Y Naomi se casaba con un gran nombre, con un futuro próspero y también muy atractivo. Se convenció a sí misma que con el paso de los años ella podría llegar a amarlo tanto o más que como el la amaba a ella.

Justo como ella lo había pensando, ahora ella lo amaba más que cuando se casaron, sorprendente mente Stephen la seguía amando de esa manera tan única y ardiente como el primer día que quedó flechada por ella. Naomi sabía que al casarse había sido un poco egoísta pero ahora que tenía años a su lado sabía que había obrado mal y  se prometió por unos escasos segundos de que sería una mejor mujer.

Ambos siguieron trabajando en la cadena televisiva británica en proyectos juntos o separados pero felices por estar juntos.

Hasta que ella quedó embarazada por primera vez de Maggie su primera hija que desde el primer momento ella supo que nunca podría llegar al trono sueco. Es por eso que en menos tiempo volvió a quedar embarazada de Jake su segundo hijo que ahora si el si podría luchar por un puesto del reino.

—Nunca me has contado exactamente como es eso de que eres descendiente de la realeza sueca. Cariño. —había sacado el tema de conversación una noche mientras ambos estaban muy entretenidos leyendo algún libro a la luz de sus lámparas de buro sobre su cama.

—Oh. Eso. —acomodo un poco sus gafas y entonces continuó —Bueno, digamos que Gyllenhaal es un apellido real sueco, pertenece a la realeza. Mi padre jamás me explico muy bien eso, pero dijo que lo había usado para ligar chicas en su juventud —solto una risa —Siempre alardeo de que nunca le había fallado y mira tu te casaste conmigo.

Por un momento pensó que todo eso de ser de la realeza había sido un cuento. Pero no fue así.

—Tengo entendido que tengo sangre real y ahora nuestros hijos también y que si ellos quieren pueden solicitar ser parte de la realeza ya que digamos somos parientes lejanos. También que si algo grave pasará en la familia la misma reina puede mandar a buscar a sus descendientes y volverlos de la realeza pero como ellos no saben que existimos pues somos por ahora y yo creo que para siempre personas normales con hijos normales, en una casa normal con trabajos más o menos normales. Porque de a aquí a que pase una tragedia real yo creo que nunca vamos a ver un palacio en nuestras vidas. —dicho eso y sin inmutarse regreso a su lectura nocturna.

Por su parte Naomi consilio el sueño pensando que ojalá algo malo pasará dentro de la familia real. Un envenemiento severo o un gran accidente que sacara a todos los posibles candidatos a la corona fuera de la lista y pusiera a Jake como el primer y único candidato al trono.

Sabía que tal vez jamás pasaría algo así. Porque esas cosas sólo pasan en las películas ochenteras donde un príncipe viaja a Estados Unidos y se enamora de una mortal. Pero si ellos pudieron hacer una película así, ella podía soñar.










He pesando mucho en escribir algo así y si, lo haré. Claro que al escribirlo no afectara ningún proyecto actual.

A SWEDISH PRINCE . [Gyllenholland] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora