« THE CROWN WAS FOR ME »

PRÓLOGO

«THE CROWN WAS FOR ME»
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N

ada supo de mí, no conoció mis pensamientos, ni mis días de tristezas, ni siquiera imaginó los infiernos que atravesé y que tambaleé hasta llegar a pisar firme con mi realidad puesta, mucho menos comprendió mi comportamiento, le conté que tengo miles de noches de tormentas, y creyó aceptarlas y confundido se marchó con la primera lluvia. No lo culpo, soy cómplice de mi forma de ser, mis maletas están siempre preparadas también, y aunque mi alma quede vacía, siempre me tocó seguir, entera o a pedazos, pero seguí. Algún día tal vez alguien sepa de tempestades, sentimientos complicados, de dosis de elevada locura, comprenda a las almas crudas, y después de ver el abismo decida quedarse.

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«¿Te sigues sintiendo igual que antes?

Esto es extraño, ha pasado mucho tiempo desde que caminábamos de la mano juntos. »

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Siempre había tenido millones de tonterías en mi cabeza, dando vueltas todo el tiempo, sin estarse quietas ni un segundo. Tonterías que solo compartía conmigo misma, por miedo a que nadie pudiese entenderlas.
Y llegaste tú, andando de puntillas y despacio, para que no pudiese escuchar como entrabas en mi vida. Y lo conseguiste. Te ganaste milímetro a milímetro mi confianza y te hiciste un hueco cada día más grande en mi corazón. Te reíste conmigo, de las tonterías que soltaba y a nadie le hacían gracia, con esa risa que contagia a todo el mundo y que tanto me gustaba. Compartimos momentos únicos durante 6 meses. Charlamos sobre tantas cosas que, gracias a mi memoria de 3 segundos, ni siquiera recuerdo. Pero recuerdo lo importante. Recuerdo que me abrásate tan fuerte que me olvide todas las penas por las que empezaste a abrazarme. Me diste ánimos cuando yo ya tiraba la toalla. Pero duele, duele como el infierno darme cuenta de que todo fue mentira, una vil mentira, te entregue todo, cada parte de mi por completo, sin embargo, lo tiraste como si no valiera la pena, y eso cariño no se le perdona a nadie. No sabes lo que me costó olvidarte. Lo que me costó no pensar en ti. Lo que me costó superar lo nuestro. Y duele saber que tú de mí te olvidaste en un dos por tres, ¿Por qué no pude ser como tú?