¿Han tenido alguna vez esa sensación que son personas normales, con una familia normal, amigos normales, y con una vida normal? Con eso me refiero a todo lo que normal conlleva.
Son personas normales, y normalidad podría ser sinónimo de problemas. Diría que una vida normal se define como dificultades, dificultades que una vez superadas, nos hacen fuertes y felices.
Tienes una casa, tienes amigos, incluso tienes todos tus dedos en tus manos. Más allá de todo el drama que ser adolescente presenta. ¡Porque tus dedos allí están! Y luego ves estos documentales de personas con cáncer terminal o con alguna discapacidad. Si tienes mala suerte viejo, estas personas tienen el doble de mala suerte.
Sin embargo parecen estar tan conformes con eso. Se ven felices.
Claro, yo no tengo que ver mil documentales sobre incapacidades para saber apreciar todo lo que tengo. Vivir con ello y aprovecharlo. Mi vida está llena de incapacidades. ¿Pero eso no es excusa o sí?
Claro que no, y eso es lo que he querido remarcar aquí en mi cuaderno. En mi confidente. Hombre, no digo que esto sea tipo "El diario de Ana Frank" y que científicos examinarán mi burda forma de escribir para saber cómo me sentía en algún momento específico. Pero quiero que si alguien se llegue a topar con este cuaderno, décadas después. Lo ayude.
A veces hay que elegir en la vida, y a veces la vida te elige a ti. ¿Lo entiendes?
Es la frase que leí esta mañana en mi ejemplar de "Si decido quedarme", de Gayle Forman. Y es el motivo de mis anteriores palabras.
Porque la vida me eligió a mí. Eligió que naciera con este problema. Eligió que mi madre muriera e incluso sospecho que eligió que mi padre conociera a su nueva mujer. A veces creo que no somos más que piezas en el juego de la vida...
Esta noche conoceré a Julianne, la nueva novia de papá. Y ya sé que pensar en ello hace que tenga cara de culo, pero sospecho que esta señora no me simpatizará.
Y es que todo fue como:
— Oye, Matt te tengo una noticia. Tengo una nueva mujer. La conocerás esta noche. No lo arruines.
Por lo que sé, se llama Julianne Beth Montgomery y es una multimillonaria heredera de casualmente; The Palace, uno de los mejores restaurantes de todo Minneapolis y también es dueña de una cadena hotelera. Genial.
Sabía que este no sería mi día justo cuando bajaba las escaleras camino a la escuela. Había desayunado huevos revueltos y un muffin con chispas de chocolate. Justo cuando bajaba las escaleras (que ya en sí con estas muletas es tedioso), mi mochila se rompe de pronto. Haciendo que todos mis libros de Literatura y álgebra rueden por las escaleras.
Recogí todo lo que vi en un esfuerzo por llegar temprano, iba retrasado unos diez minutos y todo fue gracias al shock de la conversación que fue con mi padre.
Chequeé por la puerta entrecerrada que ya la clase de literatura con el señor Calvillo -Apodo que Colin inventó- habría comenzado. Ya había llegado Colin y señalaba que me había reservado un puesto junto a él. También estaba Melrose, unos seis puestos delante de mi amigo, curiosamente era la primera de la fila. Y después de lo que he visto lo menos que creería sería que Mel es el tipo de chica que se sienta al frente.
— Lo siento joven Matthew, pero no puede entrar a la clase. Ya es muy tarde.
El profesor Calvo de literatura no era un mal hombre, no era gruñón ni pedante, pero supongo que había reglas en esta escuela.
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El cuaderno de Matt
RomanceMe llamo Matt. Tengo 15 años. ¿Le tendrías a cada día de tu vida una frase que lo defina? ¡Yo sí!