No se me hace muy difícil poder transportarme del aeropuerto al auto, y del auto a la nueva casa. Trato de no depender mucho de las muletillas, pero aún así continúo cojeando. Si no las tengo, siempre tendré los brazos de algún ayudante de papá o el tío Ed.
Minneapolis, la capital del estado de Minnesota, es una gran ciudad, con un clima fresco y veo que las personas hacen mucho deporte. Nosotros viviremos en un barrio al norte, donde se encuentran más árboles y un lago.
Nuestra casa es grande, de dos pisos y tiene un gran jardín. Todas las casas del vecindario parecen iguales, excepto que la mía es de color amarillo pastel. Las otras son blancas o azul cielo. No me siento muy cómodo en casas como esta ya que, se me haría muy difícil subir hasta una habitación en la planta de arriba. Pero estoy decidido a cambiar mi estilo de vida. ¡Las muletas no pueden encadenarme!
Suena irónico, ya que precisamente eso son; cadenas. Cadenas que impiden que vuele y sueñe que puedo ser o hacer lo mismo que los otros chicos de mi edad.
Mi padre suena algo triste cuando me cuenta que planeaba que mi habitación estuviera en la segunda planta. Pero yo le dije que no había problema. Y tanto él como el tío Ed se emocionaron.
La casa simplemente es genial. Es como una gran librería. Hay estantes con libros en todos lados. El paraíso. Es grande con grandes vitrales. Hay una sala repleta de libros de acción, otras de fantasía. La sección de novelas policíacas está cerca del sótano; en un lugar aterrador. Y la sección de aventuras está al lado de mi habitación, doblando el pasillo.
Intenté hacer un diseño de ella en mi cuaderno y anoté la palabra "Genial" con una flecha a su lado. Porque sí que lo es.
La escalera está del lado izquierdo, y está al lado de la pared. Son espaciosas y creo que me podré adaptar. Mi papá me toma de la mano y me ayuda a llegar hasta arriba, a mi habitación. Que es impresionante.
Me deja solo en mi nueva guarida.
Antes de detallar todo voy hacia la ventana, la abro y observo el vecindario. El jardín de la casa de al lado. Y allí la veo. De cabello castaño en ondas y grandes ojos verdes.
Era la chica más hermosa que había visto, y eso la hace más imposible aún. Está bailando música de los 60's junto con dos niños de unos cinco años. Y se ve que lo hace muy bien. Juega con las hojas naranjas caídas por el otoño y se divierte con ellos.
Parece una ninfa en plena danza.
Cuando parece dirigir su mirada hacia mi ventana, volteo y creo que no me ha visto.
Luego decido tomar una siesta y sigo pensando en ella. Me ha flechado.
Cuando despierto ya es de noche y lo único que recuerdo es haber soñado que podía caminar y bailar, y lo hacía con ella.
En serio quiero conceder esa realidad. Una realidad imposible.
Cosa que antes siempre sucedía, me llevaba por mis sueños e ilusiones y olvidaba la realidad. De vivir la realidad.
Eso hace que coja mi cuaderno con desanimo y dibujo a la chica en la segunda página. Con intensidad y le pinto unos grandes ojos verdes.
No sin antes colocar en la parte superior de la hoja "El día en que la vi". Y debajo una de mis frases favoritas de Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K Rowling.
"No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir".
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El cuaderno de Matt
RomanceMe llamo Matt. Tengo 15 años. ¿Le tendrías a cada día de tu vida una frase que lo defina? ¡Yo sí!