𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍

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22 de diciembre

La castaña despierta con el cuerpo notoriamente descansado. Hacía semanas que no se sentaba en la cama sin sentir migrañas.
Es increíble lo que puede hacer una noche de descanso total y unas cuantas bolsas de suero intravenoso.
Mira a su lado y en el sofá de la habitación puede ver a Dick, quién está dormido.

- Pobre... - Se desconecta la vía y se levanta para tapar al azabache con una manta. En ese momento el se asusta y le agarra las manos despertándose.
Levanta la cabeza y mira a Xiara a los ojos. Se queda estático al estar de nuevo cerca de ella.

- Buenos días - Antes de poder hacer nada, dick se pone en pie abrazándola con fuerza y mucho cariño. También con mucho cuidado y sin intención de hacerle daño alguno.
En ese momento Xiara se esconde en su pecho y aprieta su camiseta.

Respira hondo su perfume y en seguida siente que no ha pasado nada. Está en casa y nadie puede negárselo ni alejarlo.

- Lo siento - Susurra con miedo aún sin romper el abrazo. No es capaz de soltarla, si lo hace igual no vuelve a él.

"Bésame"

- No lo sientas - Habla bajito. Se siente tan a gusto que podría dormirse de pie en el pecho del azabache. No es tan alto, pero ella está perfecta en el hueco de su cuello.

"Bésame"

Ambos piensan lo mismo, pero ninguno se atreve a decirlo. No quieren una conversación, no con palabras al menos. Quieren dar el siguiente paso pero tienen tanto miedo de hacerlo que no ocurre.

- Te he hecho tanto daño y solo porque me agobiaba perderte. Tanto quería que te quedes que te estaba alejando - Acaricia suavemente su espalda. Está centrado en su olor, en el tacto de su camiseta y en el sonido de su voz. Le reconforta poder estar así con ella.

Le hace sentir en casa. Ella es su casa, su hogar.

- No te angusties, estoy bien - Se separa despacio y le mira, busca acercarse, quiere dar el paso y arriesgarse a perderle si la rechaza.

- No lo estás ¿Puedes dejar de decir que estás bien? No siempre puedes ser tú quien levanta al resto y quien debe aguantar en pie hasta el final, es sano caer de vez en cuando - Aunque lo que dice es serio y duro de oír, Xiara no puede evitar sentir una increíble calidez en el pecho.

"por favor, bésame"

Se terminan de separar del abrazo lentamente. A desgana, pero lo hacen.
Suena desde abajo la voz de Alfred llamando a Dick para desayunar y es la excusa perfecta para salir de la habitación y arrepentirse de no haber dado el gran paso.

- Ahora subo con tu desayuno también - Acaricia sus hombros sin saber que otro gesto cariñoso darle. Es algo incómodo para ambos ya que esperan otra cosa, pero el miedo está ahí.
Camina despacio hasta la puerta y cuando va a abrir se gira para decirle algo a Xiara, sin embargo se ve interrumpido.

La adolescente, harta de la espera y la tensión que siente en el cuerpo, le coge las mejillas y le acerca hasta besarle.
Se pone de puntillas con nerviosismo pero no cede, no va a ser ella quien se separe.

Siente que su pecho va a mil y sus rodillas tiemblan de la emoción y el miedo.
Dick no me hace sentir mariposas, nunca fue así. Él le da estabilidad. Está nerviosa pero se siente segura al mismo tiempo.
Porque venga lo que venga, es se parte del azabache y nada malo puede salir de él.

A pesar de que no se veía venir la acción de la castaña, corresponde el beso y termina de acercarse a ella agarrándola por la cintura con suavidad.
Se separan suavemente y antes de que Xiara tenga la oportunidad de decir nada o de disculparse siquiera, Dick vuelve a besarla sujetando su cintura con una mano y con la otra acariciando su mejilla.

El momento se interrumpe cuando Alfred toca la puerta de la habitación y abre un poco para avisar a los chicos del desayuno.

- Señoritos, el desayuno está listo - Los adolescentes se separan abruptamente, completamente rojos y sin saber cómo disimular. - Les espero abajo - Cierra la puerta con una sonrisilla socarrona. No sólo feliz por ver a la chica despierta, sino también por verlos juntos de nuevo.

Aunque sea de una forma completamente distinta.

Ninguno de los dos sabía que decir, por lo que decidieron simplemente bajar a desayunar.

¿Esto marca un antes y un después en la relación? ¿Van a empezar a salir?

Ambos confusos bajan a tomar lo que les ha preparado el mayordomo. Wally espera a sus mejores amigos en la cocina, conversando feliz con Alfred.

- ¿Y les has pillado? - Pregunta animado el pelirrojo. Enamorado o no de Xiara, él es amante del cotilleo y también de ver a sus amigos felices.

- Si, totalmente - Sirve dos tazas de té y las coloca en la mesa con velocidad - Cinco dólares a que fue él quién dio el paso

-Que va, fue ella - Se baja del taburete en el que está sentado y se acerca a robar una tortita.

En seguida se interrumpe la conversación ya que los protagonistas entran en la sala.
Xiara saluda a Wally con un abrazo y Dick con una suave palmada en la espalda.
No están muy habladores.

- ¿Cómo estás enana? - En cuanto su amiga se sienta la abraza por los hombros con cuidado. - ¿Te encuentras mejor?

- Me encuentro mejor, sip - Levanta la cabeza y le sonríe. Al otro lado de la encimera, Richard tan solo mueve el pie con nerviosismo, disociando con una pequeña y disimulada sonrisa en la boca.

Repitiendo en bucle lo ocurrido minutos antes, sin saber por qué ese beso le hace tan feliz y cualquier otro con cualquier otra chica parece completamente insignificante.

Cualquier persona al lado de su mejor amiga parece nada.

Levantan un segundo la mirada sin saber que iba a ser a la vez y que se iban a mirar mutuamente. Sonríen y continúan desayunando.

Wally, a pesar de encantarle la idea de que ambos se recuperen, no puede evitar sentir algo de celos, aún así se sobrepone a ellos y les revuelve el pelo.

- Daos prisa que hay mucho que hacer

𝐃𝐀𝐑𝐊𝐍𝐄𝐒𝐒 - ʀᴏʙɪɴ/ᴅɪᴄᴋ ɢʀᴀʏsᴏɴ {#ᴅ1} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora