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Quien sabria cuanto tiempo habria pasado, pero en el moemnto de volver a abrir sus ojos pudo ver una gran cantidad de objetos a su alrededor.

¿Cuanto tiempo habría pasado para que el desconocido lo rodeara de regalos?

Por primera vez, no había despertado con un mundo completamente vacio. Si bien los regalos que recibía eran pequeños,  ahora parecian haberse hecho cada vez más y más grandes.

— Que extraño...

No le gustaba oir su propia voz, ya que el universo en donde nació causaba un incesante eco que le hacía sentir el estomago revuelto.

Paseo por los 'alrededores', viendo cada regalo y como deshacerse de ellos, pero sin importar cuanto lo pensara, no podía. En cuanto levantaba uno, inconscientemente pasaba sus dedos por el objeto, inspeccionandolo, jugando con él, al volver en si lo dejaba caer al suelo como trapo viejo y sucio.

El sonido tan familiar y moelto captó su atención entre tanto escarbeo, un esqueleto talvez más bajo que él, el desconocido que lo molestaba entre sus 'descansos'.

Por primera vez chocarón miradas.

Nunca lo había visto correctamente, rara vez le dirigía la palabra.

— Ah-

Aquel que cuidaba de los universos miro a las manos de la 'abominación' que se presentaba ante él. Parecía llevar una canasta de ¿dulces?

●》㎡∆Яⅰ◊и∑₮∆《● InkErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora