°Capitulo 7°

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"En ese segundo que sientes que haces clic y sientes que " puedo hacer esto" es cuando sientes la magia."

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- ¿Qué? – era lo que había dicho el omega después de que el alfa lo tomara desprevenido.

- ¿Me dejarías cortejarte? No sé si es muy pronto ya que no te conozco mucho o si es muy tarde ya que estamos enlazados. De cualquier forma me gustaría hacerlo. Quizás este no es el mejor momento, puedes tomarte el tiempo que desees - le había dicho este.

Ahora el rizado se encontraba acostado en la cama de la habitación que le habían dado, quedaba justo frente a la del alfa. Él le había dicho un "Lo pensare" lo cual era bastante estúpido ya que estaban enlazados, por supuesto que el omega aceptaría. Después de eso había ido a la casa de sus padres por sus cosas, ropa, zapatos, libros y cosas que no le gustaría perder ahora que viviría en el castillo, habían quedado en que el omega viviría allí y sus padres podían visitarlo e incluso quedarse un par de días cuando quisieran.

Y bueno ahora simplemente daba vueltas en la cama, además, tenía frío y ni siquiera las sabanas con las que se acobijo se lo quitaban. Estaba pensando en una manera de decirle que sí, no sabía si esperar a que el alfa le preguntase de nuevo o iniciar esta vez el.

Fue solo cuestión de tiempo para ponerse de acuerdo con su omega.

*****

El sonido de la puerta siendo abierta lo saco de sus pensamientos. Pese a la oscuridad, pudo ver una sombra escabullirse desde la puerta a su cama y meterse bajo sus cobijas. El olor dulce de Harry lo golpeo y sonrió. Sintió la cama hundirse a su lado y un cuerpo pegarse al suyo. Poso uno de sus brazos en la cintura del rizado y sintió como el cuerpo junto a él se tensó.

- Pensé que dormías - le dijo el omega apenado.

- No podía dormir - confeso.

- Yo tampoco, además, tenía frío - hizo un puchero.

- ¿No había sabanas en tu habitación? - su voz sonaba molesta, él había pedido claramente que le dieran todo lo necesario o que pidiese al omega.

- Si, pero igual tenia frío. Además me gusta más tu cama, es más cálida.

- Oh, en ese caso puedes dormir aquí cuando quieras.

- Gracias.

El omega se pegó más al alfa para sentir el calor que su cuerpo emanaba. De todos los alfas que conocía el olor de Louis era el que más le gustaba, era fuerte y atrayente. Lo hacía sentirse seguro. Aunque tampoco era como si hubiera puesto mucha atención en el resto de los alfas.

-Louis – llamo al mayor – si quiero que me cortejes – dijo le sonrió.

- Gracias omega, no te vas a arrepentir, lo prometo – le dijo sabiendo que ya no lo escucharía. Tan solo un par de segundos después se durmió.

*****

- ¡Des! ¡Harry no está! – dijo Anne regresando a la habitación de invitados, donde su alfa aún estaba acostado en la cama. Ella había ido despertar a su hijo como acostumbraban, a veces iba ella, a veces iba Des y cuando ninguno podía o no estaban mandaban a algún empleado.

- ¿Ya lo buscaste en su habitación? – la pelinegra asintió - ¿En la de Louis?

- ¿Por qué mi hijo estaría en la habitación de Louis? – hablo indignada.

- Quizás quiso dormir con él, búscalo ahí – vio como la omega salió de la habitación a paso veloz y en menos de cinco minutos regreso aparentemente molesta - ¿Estaba ahí? - pregunto, la omega asintió y se volvió a acostar.

*****

Lo primero que vio al despertar fue el rostro del omega pegado a su pecho, tenía los ojos cerrados, las pestañas le rozaban los pómulos y la boca levemente abierta. Sus piernas estaban enredadas y él tenía un brazo en la cintura del otro por debajo de su cuerpo y el otro por encima, el omega estaba aferrado a él con ambos brazos. Había escuchado la puerta ser abierta y cerrada con fuerza, por su olor supo que era la madre del omega, decidió ignorarlo. Después de todo si no lo había despertado no era importante, además era sábado, su día favorito para levantarse tarde.

Estaba indeciso, no sabía si despertar a Harry o no.

Anhelaba quedarse más tiempo con el omega en sus brazos, le gustaría despertar así todas las mañanas.

Al final decidió admirarlo hasta que se despertara. A su parecer, el poseía unos ojos preciosos, como dos pequeñas esmeraldas. Su maraña de rizos era otra de sus cosas favoritas y ¡Oh! Sus labios, le costaba demasiado no besarlos, se veían tan carnosos y eran tan malditamente apetecibles. Ahora que lo notaba, el omega era simplemente perfecto, era hermoso, tierno y delicado. Siempre había anhelado encontrar a alguien tan perfecto, tan precioso. Que pudiera con el desastre que él era, que lo aceptara tal como era y él sabía que Harry era esa persona. Su lobo se lo decía y jamás se había equivocado. Solo quedaba ser aceptado.

-Buenos días – saludo cuando el omega abrió los ojos, su voz aun ronca hizo que el omega se estremeciera.

-Buenos días – respondió el saludo, aun sin quitarse del pecho del alfa.

- ¿Listo para la primera cita? – pregunto Louis sonriente.

- ¿Primera cita? – levanto la cabeza en señal de confusión.

- Si, ayer aceptaste mi cortejo y enserio te lo agradezco. Entonces ¿Te gustaría tener una cita conmigo?

- Me encantaría – dijo y sonrió.

*****

Estaba esperando al omega, le había dicho "No me tardo", ahora estaba sentado en uno de los sillones de la sala platicando con Liam por mensaje, tenía casi una hora esperando.

Ya comenzaba a cansarse, justo cuando estaba a punto de subir por el omega, este bajaba apresurado. Y en ese momento pensó que toda la espera valió la pena.

















































































































El cortejo: Dura 30 días, en esos treinta días el alfa debe llenar de regalos al omega, debe darle uno a diario, puede ser algo sencillo como una rosa o extravagante como alguna joya, mayormente las joyas se dan en la ultima semana, también deben mimar al omega. Deben conocer a los padres del contrario, es en el ultimo día cuando el omega acepta o rechaza al alfa. Si lo acepta a mas tardar en un mes el omega tiene que estar mordido. Un alfa también puede dejar de cortejar al omega de así quererlo.

Besos xx.

¿Omega? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora