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El cuento de la Cenicienta
Park jimin.

El inmenso cielo estaba teñido de colores rojos y amarillo, donde suaves líneas de azul y Lila pintaban hermosa mente a unos costados de aquellas esponjosas nubes blancas y rosadas, en una galaxia desconocida que adornada con pequeñas estrellas brillantes recién despertadas a la espera que la bella dama de la noche salga en su compañía, como la estrella más hermosa y reluciente de todas, la luna, aquella brillante esfera de gran tamaño amarilla que adornaba perfectamente aquel hermoso castillo reluciente pintado de blanco.

Aquel castillo que parecía un sueños de hadas, tan magnífico y maravilloso adornado por los débiles rayos de sol y las brillantes luces que parecían sacadas de lo brillante de una estrella.

El suave color azul del cielo pronto se fue apoderado poco a poco de aquel inmenso universo, la noche estaba llegando, como una inmensa masa oscura brillante tragando cualquier brillante color vivo, para dar paso a la hermosa dama solitaria.

El castillo poco a poco fue brillando cada vez más, como si aquellos rayos brillantes quisieran alejar a la bella dema, y mantenerla inmóvil, atrapada en aquella noche.

Y como la Cenicienta sólo tengo esta noche para perder mi virginidad con el Príncipe jimin.

Cerró sus ojos suavemente a la vez que un suspiro tembloroso escapaba de sus labios.

Había soñado tanto aquel momento en saber como perdería su virginidad, hasta se había imaginado lugares como un elegante hotel, en una cabaña cerca de una hermosa playa, con su cantante favorito o quizás en una fiesta con su futuro novio.

Pero nunca imagino que sería con un Príncipe de los cuentos de hadas

¡¡aquello ni siquiera parecía una opción!!

Suspiró alejándose de aquel gran ventanal, no tenía caso Seguir mirando aquel castillo como si con sólo la mirada lograría desaparecer lo, aquello no pasaría.

Estaba en un maldito cuento de hadas pero con la diferencia de que no abría un Príncipe azul para rescatarlo.

¡Maldición!

Prefiero mil veces que me salven como una damisela en peligro y sufrir la peor vergüenza de mi vida a que venga y me tiren al suelo y me folle sin piedad!!

Sus furiosos pasos se dirigieron al gigante cristal que adornaba la pared pintada de rosa.

Su mirada recorriendo por última vez su reflejo.

Sus delgados labios suavemente pintados de rosa, brillaban como aquellos pétalos de rosas rojas aterciopeladas adornadas por pequeñas y brillantes gotas de Rocío, sus pálidas mejillas tenía un suave color carmesí alojadas en ellas. Sus negros cabellos ondulados estaban perfectamente peinados como brillantes hondas que caían por su frente adornando suave y perfecta mente aquellos rasgados orbes negros delineados de un color negro.

Sus delicadas y pálidas manos tocaban con suaves movimientos aquel bello traje de seda blanca que se amoldaba perfectamente su cuerpo.

Parecía un lindo Príncipe.

El Príncipe de porcelana.

- yoonie -  la joven pálida entró por la puerta a la vez que el sonido fuerte de unas trompetas se escuchaban en todo el lugar - el baile ya va a comenzar tienes que apurarte -

🌙Un Sueño Celestes🌙 jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora