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Rusia tenía un cigarrillo prendido entre sus dedos, dejando que el tan tóxico pero ansiado humo gris se esparciera por todo el cuarto. Tenía en su otra mano un documento algo trivial pero igual de interesante. Su mirada estaba clavada en dicho papel, leyendo cada línea con calma, de a ratos se llevaba el pequeño cigarro a la boca llenando sus pulmones y después expulsando el aire.

Jamás en el tiempo que llevaba siendo país su oficina había estado tan calmada y silenciosa, aquella "paz" que se respiraba le daba cierta tranquilidad, o tal vez sólo era el humo del tabaco.

  - Rusia-habló un país entrando a su oficina, este se quedó en la puerta mientras el eslavo posaba su tranquila mirada en él-

  - Venezuela, qué bueno es verte por aquí-sonrió para después dejar los documentos que tenía en el escritorio y hacer señas para que su invitado se sentará frente a él-creí que estarías en la Ciudad de México.
 
  - Debería en realidad, pero, tuve cosas que hacer y pensé en darme una vuelta por aquí-respondió calmado y nervioso al mismo tiempo el de bandera tricolor moviendo un poco su boina roja para acomodarla-

  -Una vuelta, eh-repitió el más alto dejándose caer en la silla con más calma al ver la pequeña risita de su aliado-

Rusia sabía bien que Chile y Venezuela le tenían algo de miedo, pero, hasta él le solía tener miedo a su padre, así que aquello no le preocupaba en lo más mínimo, de hecho muy en el fondo le hacía sentir superior, como un líder.

  - ¿Sabes dónde está Moscú?-preguntó Venezuela tratando de iniciar una conversación con la potencia que entrecerró los ojos como pensando-

  - Ya que lo dices, no-contestó algo extrañado por no saber dónde estaba su capital-la última vez que lo ví fue anoche, pero no te preocupes, tal vez esta con Berlín, después de todo son mejores amigos-explicó más calmado e indiferente-

  - También es mejor amigo de Ciud ¿no?-replicó el venezolano tratando de sacar el tema sin parecer muy obvio-

Rusia alzó una ceja algo incrédulo al no entender a quién se refería su aliado.

  - CDMX ,la capital de...

  - Oh, ya, ella-interrumpió recordando a la pequeña jovencita que conoció en uno de sus viajes al país del tricolor-no lo sé, la verdad, no hablo mucho con Moscú de países latinoamericanos y además no me llevo mucho con ella.

  - Oh, yo creí que... Bueno no importa...

El venezolano se levantó de la silla dispuesto a irse cuando escuchó un "chst" de Rusia.

  - ¿Por qué no le preguntas a México?-propusó con algo de nostalgia el ruso, su actitud tal vez cambio al ver el gesto que Venezuela hizo-

  - No he hablado con él desde la reunión, n-no creo que quiera verme ¿sabes?-respondió algo decaído el de boina y se retiró de la oficina dando por terminada la "plática"-

El cigarrillo aún estaba a la mitad, aún aprisionado por los dedos del ruso que se había quedado con la mirada pérdida. Recordaba la mirada de todos cuando dijo que salía del acuerdo, más aún aquella llamada que tuvo con el mexicano apenas unas semanas atrás.

Que dolor atacó el corazón del eslavo ese día. Sí bien no conocía al tricolor muy bien sentía mucha curiosidad por él, sabía bien que "era territorio de USA" por haberse amado, pero también sabía que nunca fueron nada.

Recordaba su tono tan molesto y las miles de groserías que le dijo, lo mismo sucedió con Argentina y Alemania, poco a poco sus amigos que se declararon neutrales fueron dedicándole maldiciones y malos deseos. Pero ¿por qué a él y no a USA?

• Por Tercera Vez • Contry HumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora