Dos

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Quedaban pocas horas de luz y aún seguíamos caminando. Todavía no habíabmos encontrado un sitio donde pasar la noche. Sin embargo, si que habíamos encontrado algún que otro zombie, uno de ellos nos sobresaltó apareciendo por un lado de la carretera y Luke casi sufre un ataque al corazón. 

Nunca había visto a nadie chillar y patalear un cuerpo de esa forma.

Después de eso, Luke estuvo alerta. Calum estaba convencido de que si no encontrábamos algo pronto moriría de desesperación. Visto así, se podría decir que un Apocalipsis zombie es una aburrimiento y, la verdad es que es así, pero también tiene sus momentos de emoción.

Finalmente algo emocionante (al menos para mi) pasó. Al pasar una curva vimos un camión. Un camión grande y blanco que me hizo preguntarme si llevaría Twinkies. Al acercarnos pudimos advertir que la puerta del conductor estaba abierta. Por suerte, no había nadie y parecía que estábamos libres de peligro.

–¡Podemos dormir dentro! – Exclamó Calum dando un pequeño salto de alegría.

–Si quieres morir...

–¡¿Qué?! – Me miraron los dos a la vez.

–Dejadme terminar. Si queréis tener una muerte segura, podéis dormir en la cabina pero, si por el contrario, apreciáis vuestra vida, dormiréis encima del remolque.

–¿Cómo encima?¿Te refieres al techo del camión? –Me preguntó Luke, a lo que respondí asintiendo. –¡Pero hace frío!

–Mira, si quieres dormir en plan diva, puedes hacerlo, pero a mi no me despiertes en medio de la noche porque te están haciendo pedacitos. –Bromeé.

Cuando ves a Luke con sus piernas más largas que un día sin pan, piensas que es ágil como una gacela pero, la realidad es que Calum y yo tuvimos que ayudarle a subir al techo de la cabina para después volver a ayudarle a subir al remolque. Yo conocía los trucos para subir porque ya lo había hecho antes y Calum lo pilló a la primera.

Una vez arriba, nos aseguramos de que era lo suficiente estable como para soportarnos a los tres, nos sentamos en el centro para juntar nuestras provisiones y cenar algo, eso consistió en: dos chicles de fresa, un Twix y un plátano algo pocho, entre los tres.

Me quedé observándolos mientras discutían porque el trozo de Twix de Calum era más pequeño que el de Luke, cuando parecía que iban a acabar a golpes uno de los dos soltaba alguna broma o comentario ingenioso que hacia que el otro empezase a reír, fue uno de esos momentos en los que te das cuenta de la compenetración que hay entre dos personas que se conocen desde hace mucho tiempo.

Después de unos cuantos chistes malos por parte de Luke, nos dejamos de tonterías y el ambiente se volvió más serio. Calum empezó a contarme cómo habían llegado hasta allí mientras Luke jugueteaba inquieto con su aro del labio.

Acababan de llegar a un ensayo y se estaban preparando en el camerino para empezar la prueba de sonido. Calum recordaba como Ashton, el batería, se mostraba inquieto y no hacía más que preguntar por Michael, el guitarrista, así que fue a buscarlo, dejando a Luke y Calum solos. Al cabo de unos diez minutos se extrañaron de que nadie los llamase para empezar la prueba ni que Ashton y Michael hubiesen vuelto al camerino. Luke estaba teniendo un mal día y había apagado su móvil cabreado porque no paraban de llegarle mensajes y notificaciones de redes sociales que no tenía ganas de leer. Calum estaba tocando un ritmo aleatorio en su bajo. Entonces empezaron a oír ruidos fuera de la habitación cuando, de repente, Michael entró gritando 'corred, tíos, corred'. –Podías ver el terror en sus ojos. –Interrumpió Luke en voz baja y mirando a la nada. Calum soltó un suspiro y siguió contándome como después de eso fueron testigos de como su mejor amigo era atacado por una bestia mientras les rogaba que corriesen por sus vidas, y así lo hicieron. Intentaron buscar a Ashton pero aquello era un caos y no lo lograron.

Run [l.h]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora