Calum tenía un pene grande y violeta vibrando en su mano. Luke y yo estábamos llorando de la risa. Calum lanzó el pene al aire aún vibrando y éste aterrizó entre Luke y yo.
– ¡Ay, Dios, Calum!¡Que asco! A saber donde ha estado eso.– Dije arrugando la cara.
– ¡Pues hay un cajón lleno!– Dijo subiendo de nuevo las escaleras.
Luke se paró frente a una ventana, con una mano cubriéndose la boca, intentando calmarse y yo volví a inspeccionar la alacena.
Estaba intentando abrir uno de los cajones cuando oí el sonido de pies arrastrándose.
– Esta vez no me pillas, Luke.
– ¿Qué?– La voz de Luke sonaba mucho más lejos de lo que sonaban los pasos.– Oh, joder.
Aparté la vista de lo que estaba haciendo y la dirigí a la fuente de los sonidos. Unos zapatos llenos de barro se arrastraban a apenas dos metros de mi. Vestía unos pantalones de traje que en algún momento fueron negros. Tenía una pierna rota, lo que le ralentizaba los movimientos, si no fuese por eso dudo que aun estuviese ahí en shock.
Me llevé la mano al bolsillo en busca del cuchillo que me había dado mi madre. Me temblaba la mano y el corazón me iba a mil por hora, ¿cómo demonios había conseguido sobrevivir hasta ahora?
– ¿Qué haces Lena?¡Muevete!– La voz de Luke sonaba demasiado lejos.
Podía sentir el corazón latiendo tan fuerte que me taponaba los oídos.
– ¡Eh!– Gritó Luke intentando llamar la antención del zombie, le lanzó el vibrador golpeándole en la cabeza y, en menos de dos segundos se encontraba delante de mi, deshaciéndose, una vez mas, de lo que podría haber sido mi fin.
Se giró y se arrodilló, dejó caer un cuchillo y me puso las manos en los hombros.– ¿Estás bien?– Sus ojos azules me miraban llenos de preocupación.
Mi corazón seguía funcionando como loco. Cada vez me costaba más respirar y podía sentir las lágrimas acumulándose en los ojos. Notaba la habitación hacerse cada vez más pequeñas y el hecho de que Luke estuviese tan cerca de mi, en ese momento, no ayudaba lo más mínimo. Necesitaba salir. Necesitaba aire.
Nunca me había pasado esto. No lograba entender cuál era el problema. Todo había sido pan comido pero, estos dos últimos días algo había cambiado y todo me salía mal. Si no fuese por Luke y Calum, ahora mismo estaría pudriéndome en una zanja o incándole el diente a un pobre desafortunado que se cruzara en mi camino, tenía miedo de que pudiese convertirse en una mala costumbre, no quería tener que depender de nadie porque, en este mundo, nada duraba para siempre, nadie podía asegurarme que estaría a mi lado siempre, nadie podía asegurarme que no moriría al día siguiente.
Me levanté sin decirle ni una palabra a Luke y salí corriendo hasta la puerta, apenas podía respirar y, mis temores de sufrir un ataque de pánico, se hacían realidad.
Notaba como se me comprimía el pecho y cada respiro que daba pasaba a ser un sollozo, de mis ojos caían lágrimas deseosas de ser libres. Mis manos no habían dejado de temblar y apenas podía sostenerme en pie. No podía ver nada debido a las lágrimas y eso solo me provocaba más ansiedad. Estaba apoyada en la pared de la entrada con las manos en las rodillas intentando tranquilizarme.
– ¿Es-estás bien?
– S-si... Deja... Déjame Luke, simplemente, déjame un s-segundo.– Contesté aún con lo ojos cerrados.
Luke apenas asomaba la cabeza por el marco de la puerta pero se notaba la duda en su voz. Él se limitó a asentir la cabeza y no dijo nada más.
Tras unos minutos intentando calmarme, Luke se aclaró la garganta.
– ¿Qué tal si nos deshacemos de ese desastre?– Preguntó aún algo incómodo.
Justo entonces Calum bajó las escaleras, su cara se volvió seria al girarse y verme.
– Eh, Calum, hay un regalito para ti en la cocina.– Dijo Luke intentando calmar los ánimos.
Calum le levantó una ceja pero se dirigió a la cocina sin decir nada. Luke y yo nos quedamos en el pasillo, mirándonos expectantes. Al cabo de unos segundos volvió y con los ojos entre cerrados miró a Luke.
– ¿Te crees muy gracioso, verdad?
Los labios de Luke se curvaron en una sonrisa y movió la cabeza a un lado como si fuese un niño pequeño.
– Vamos a sacar eso de aquí, no pienso pasar la noche aqui pensando que en cualquier momento va a volverse a levantarse.
Hicimos lo que se nos dijo y pasamos por el comedor hasta la cocina. Luke fue a cogerlo de las piernas mientras que Calum lo levanto por los brazos.
– Vale, estamos listos. Abre la puerta.– Me ordenó Calum.
Al final de la cocina había una puerta que daba a un patio trasero. Estaba a punto de abrirla cuando se empezaron a oír ruidos que parecían de alguna especie de animal. Me giré rápidamente temiendo que algo se hubiese colado en la casa y no nos hubiésemos dado cuenta. Calum estaba de espaldas a mi y pude notar cómo los músculos debajo de su camiseta se tensaban. Luke tenía la cara girada hacia el comedor y los tres estábamos en silencio esperando que pasase algo. Quizá lo mejor que podíamos haber hecho era salir corriendo.
Estuvimos un minuto expectantes y volví a abrir la puerta. Otro error que apuntar a la lista. El patio trasero estaba lleno de zombis. Había como unos treinta. Unos se arrastraban por el suelo, otros hacían peso contra las vallas intentando pasar al otro lado y otros se percataron de nuestra presencia.
– Oh, joder.– Soltó Calum.
Soltaron el cuerpo que íbamos a sacar al patio, haciendo más ruido del que deberían y llamando la atención de nuestros huéspedes inesperados. Empezaron a acercarse a nosotros, unos más rápidos que otros, cuando sentí una mano rodear mi muñeca y tirar de mi haciéndome echar a correr. Se podía oír sus gruñidos por toda la casa.
Llegamos a la calle y seguimos corriendo, nos cruzamos con un par de ellos pero no nos importaba, pasábamos esquivándolos mientras corríamos sin rumbo, era una situación en la que podíamos permitirnos el lujo de dejar unos cuantos atrás si eso significaba evitar una horda de ellos.
Capitulo demasiado corto, siento la espera :(((((((((
Apartir de ahora los capitulos seran asi de cortos si no quiero tardar una eternidad en subir porque tengo que compaginar el instituto con el trabajo.
Sorry :((((
-Maria

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Run [l.h]
FanfictionLena Williams está pasando el más caluroso de los veranos con sus padres en casa de sus tios cuando una noche ocurre un suceso que lo cambiará todo. Cuando Lena piensa que está a punto de morir es salvada por dos chicos, con los que comenzará la ave...