Pedofilia. Violación. Todo es narrado por Taehyung.
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Lo conozco bien,se llama Yoongi,sólo tiene nueve años y estudia cuarto grado de la escuela elemental,su color favorito es el amarillo,le gustan las caricaturas,las manzanas,los juguetes de peluche y las golosinas,vive sólo con su madre por que su papá los abandonó hace dos años,detesta pocas cosas,pero entre ellas están las matemáticas,la sopa y los chicos que lo molestan por ser tan pequeñito.
Mi Yoongi tiene piel de marfil y ojitos de ámbar y su suave melena caoba siempre revuelta por las prisas y los juegos,capta los rayos del sol de medio día robándoles su luz,su pequeña boca de fresa siempre llena de caramelo me regala mil sonrisas cada vez que me descubre observándolo a través de la reja del colegio o cuando por casualidad le veo pasar por la calle acompañado de su madre.
Yoongi me llama amigo y me toma de la mano al terminar las clases,yo me echo sus libros a la espalda y lo llevo al parque o comprar un helado,subimos a los juegos, y corremos como locos por el jardín hasta acabar tendidos en el pasto riendo a carcajadas,antes que llegue la hora de llevarlo a casa.
Yoongi me quiere y yo lo amo.
Desearía que las horas a su lado no fuesen tan cortas,quisiera que sus miradas solo fueran para mí y me gustaría no tener que abandonarlo una cuadra antes de llegar a su puerta,sellando sus labios con mis dedos,con esa callada promesa de que cuide nuestro secreto.
Pero hoy tengo un plan diferente,mi amor por él ya no puede esperar.
Hoy como de costumbre he ido a recogerlo a la salida de la escuela,tomo su cartera poniéndomela al hombro y le ofrezco un osito de felpa que compré en el camino y que por el brillo en sus ojos se que le ha encantado,se ríe con esa risa cristalina e inocente mientras estruja las manitas de su nuevo amigo,los tomo en brazos a ambos y mi Yoongi para no variar huele a dulce y a crayones de cera,pero hoy me sorprende,me besa la mejilla y me susurra al oído que quiere comer helado.
No Yoongi,hoy no iremos al parque.
Mi pequeño de ojos dorados no se queja ni se asusta cuando pasamos de largo el amplio jardín y sus juegos,el sabe que tengo una sorpresa y luce impaciente por recibirla,nos hemos alejado más de la cuenta pero él solo me sonríe y me mira con expectación estrujando su osito en brazos,Yoongi confía en mí,sabe que no quiero hacerle daño,no quiero lastimarlo.
Por fin hemos llegado,es un golpe muy duro para mi notar la carita de desilusión de mi niño al darse cuenta que estamos en medio de un mugriento callejón acompañados únicamente de ratas y sucios gatos muertos de hambre.
Los pequeños piecitos de mi Yoongi tocan el suelo por fin,el suelo de concreto gris donde no existe esperanza para flores ni pastos y me mira un poco preocupado,él cree que nos hemos perdido y piensa ingenuamente que su osito de peluche lo protegerá de las sombras de aquel infierno callejero por que lo abraza con fuerzas mientras espera que yo le diga algo.
