¿Real?

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        ¿Real?

La noche comenzaba de manera pausada hacerse presente, como si no quisiese salir al mundo y dejarle su turno al sol por ese día; el calor abrazador del verano era agradable ya que se mezclaba con la típica suave brisa del sur de Chile.

Allende y Troya estaban jugando con un globo sentadas sobre el astillado suelo de la cabaña, donde la madre de Casimira almacenaba las cosas de la jardinería.

Habían llegado temprano a casa de su amiga para que todo saliese según lo planeado, hace meses llevaban planeando esa noche pero como el pueblo estaba bastante alejado de todo, tardaron en conseguir los implementos; ya estaba todo preparado el habiente, cortinas cerradas, teléfonos apagados, una pequeña luz proveniente de una linterna que Casimira prendía y apagaba mientras esperaba que Hullen hiciera honor con su presencia. Si fuese por las tres chicas comenzarían sin ella pero su amiga traía lo mas importante para el juego.

Casimira por séptima vez, en esa tarde, se asomo a la ventana y descorrió la cortina esperando ver a Hullen caminando por el prado de flores que su madre estuvo cuidando todo el invierno para que en el verano se viera de forma majestuosa, y lo había conseguido.

  - Relate Casimira, sabes que es impuntual - Troya le arrojo el globo a la cara y esta molesta por le espera lo pincho con la uña - !Hey¡

  - Ustedes parecen pareja - Allende se quejo mientras comía las trufas de chocolate que compro en la dulcería

  - No te metas en nuestra crisis matrimonial - comento Troya mientras se reía hasta que le falto el aire

  - Callaos y mejor acomodemos las velas

Cogió las velas negras y las levanto entregando una a cada una para situarlas en las puntas de la estrella invertida que Allende dibujo con tiza blanca sobre las tablas de manera perfecta, sin mancha, pausa o error alguno - llevaba tiempo dibujándola, algo en ella la hipnotizaba; incuso llevaba un collar con el símbolo -.

En cierto modo lo debo admitir estas chicas me daban risa y al mismo tiempo me asombraba el valor que tenían para realizar algo tan macabro, no se encontraban nerviosas, ansiosas o perturbadas por la posible experiencia que vivirían; ellas tomaban esto de manera chistosa, como si fuesen a jugar al luche o a las muñecas mientras toman té invisible; creo que la falta religiosa que sus padres no incorporaron en sus vidas - las cuatro familias tenían la similitud de ser ateas - les hacía pensar que eso era absurdo, según sus cabezas un tanto huecas - sin ofender a la persona que este leyendo la narración - todo estaba científicamente comprobado por la ciencia, si no era de ese modo, simplemente, no existía.

Pero para no seguir aburriéndolos, continuare relatando...


  - Allí viene

Troya sostenía la cortina con una mano para dejar a plena vista una sombra tratando de saltar sobre las flores sin aplastarlas, lo cual resulto en vano, su pie se enredo con las ramas de la mala hierba y calló de bruces al suelo, aplanando las flores con su vientre. Se colocó de pie y mientras se aproximaba se unió a las risas de sus amigas, apenas entro a la pequeñísima choza, desprendió la mochila de sus hombros y la dejo en manos de la gravedad.

  - Dile a tu madre que lo lamento, y que yo organizare el funeral de los tulipanes - dijo besando la mejilla de Casimira, esta puso los ojos en blanco para restarle importancia

  - ¿Has traído al precioso? - dijo Allende imitando de manera esplendorosa la voz del personaje el Hobbit

La pelirroja se sentó como indio mientras abría la mochila azul, tan solo traía una cosa, pero, que era lo suficientemente grande para hacerse notar con solo abrir unos centímetros, el tablero de ouija.

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