Hola!! Espero se encuentren bien, tuve un momento para poder publicar este nuevo capítulo... Nos leemos próximamente 😉🙆♥️
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Taemin estuvo unos minutos quieto cuando un chorro de agua describió un arcoiris por encima del muro de cemento que cerraba el lavadero, desconcertado llegó, Minho estaba casi tan mojado como la yegua, que tenía la manguera entre los dientes.
Al oír la risa reprimida de Tae volvió la cabeza.
—¿Vienes a ayudar o a ver el espectáculo?—Creo que me interesa más la función —dijo él cruzándose de brazos.
En aquel momento Miracles volvió la cabeza, dedicó a Minho una mirada inocente y dejó caer la manguera.
—¿Te importaría mucho echarme una mano? —masculló Minho señalando la manguera que culebreaba fuera de su alcance.
Taemin la recogió y se la acercó a la entrada del lavadero, pero Minho dio la vuelta inadvertidamente por detrás de él cerrándole la salida. Estaba atrapado.
—No te atreverías… —dijo mientras retrocedía hasta la pared.
—¿No? ¿Estás seguro?
No, no lo estaba. De una rápida ojeada intentó calcular la distancia que lo separaba del grifo.
—Está bien, no me asusta mojarme. Haz lo que quieras.
Minho pensó que de hacer caso a sus palabras lo habría atrapado contra la pared con su cuerpo y habría mordido su carnoso labio inferior.
—Quizá no te mojes mucho si me lo pides por favor.
—¿Quieres que diga por favor?
—Quiero que digas por favor, Minho.
Taemin se humedeció los labios. El cuerpo de Minho respondió con escandalosa rapidez ante la visión de aquellos labios húmedos y entreabiertos y la perspectiva de oír aquellas palabras de sus labios. Por favor, Minho.
Él se lanzó hacia el grifo a la velocidad del rayo, pero Minho tardó décimas de segundo en reaccionar. Dada su superior estatura y fuerza, la lucha no podía estar equilibrada, aunque gracias a la agilidad y tenacidad de Taemin ambos acabaron muy mojados. Y muy cerca.
Cuando por fin Minho consiguió inmovilizarlo, el contacto entre ellos era casi doloroso. En el instante en que sus ojos se encontraron él dejó de luchar. Sus cuerpos se apretaban uno contra el otro, tensos y jadeantes, y Minho se preguntó cuánto tardaría él en huir. Sus dedos recorrieron el tenso abdomen de Tae y al encontrar un resquicio en la camisa entreabierta posó la palma de su mano sobre la cálida piel húmeda y suave. Sintió cómo él tomaba aire y esperó su ataque, o su retirada, o que le quitara la mano. Pero no se movió.
Miró la húmeda camisa pegada a su piel y el contorno perfectamente marcado de su figura y notó cómo se le encogía el estómago de deseo. Entonces tomó en sus labios el lóbulo que aparecía entre el pelo revuelto de Taemin y besó la suave curva de su cuello. En su boca se mezclaban el frío superficial del agua y la calidez de la piel. Y debajo de él, el calor ardiente del deseo. Minho se preguntó si era posible ahogarse de deseo.
Taemin tomó su rostro entre las manos apretando su cuerpo contra Choi.
—Por favor, bésame —murmuró Taemin.
—Por favor, Minho —exigió mientras sus manos recorrían la espalda de Tae. Tomó su labio inferior entre los dientes, tiró de el suavemente y lo soltó. Él dejó escapar un gemido—. Dilo.
Él lo besó con fuerza, apasionadamente, con la boca abierta, invitando a la lengua de aquel hombre a hundirse en la cálida y mojada caverna de su boca con un atrevimiento que hizo que a Minho le hirviera las entrañas. Un gruñido escapó de lo más profundo de su pecho mientras las pequeñas manos de Taemin lo acariciaban de los hombros a la cintura y bajaban aún más, apretando sus nalgas. Minho hubiera dado cualquier cosa por estar desnudo junto a él, dentro de él.
Minho lo hizo retroceder y lo puso con la espalda contra la pared. Con las manos apoyadas a ambos lados de su rostro, flexionó las piernas para poder mirar de frente aquellos inmensos ojos avellanas mientras empujaba sus caderas contra las de él. Una sola vez. Tae le acarició la cara con dedos frescos y mojados.
—Por favor, Minho —musitó mientras se miraban fijamente.
Por fin.
—¿Por favor qué? —gruñó Minho—. Dime lo que quieres, Lee.
Una sombra atravesó el semblante de Taemin. Indecisión. Parpadeó varias veces y se mordió los labios.
Mierda.
Minho dejó escapar un breve resoplido de frustración. Sus manos se cerraron y apretó los puños.
—Creo que nunca había estado tan al borde de estallar con la ropa puesta. Pero aquí no va a pasar nada más hasta que me mires a la cara y me digas lo que quieres. Para que no haya confusiones. Tú eliges las palabras.
—No puedo… decirlo —confesó él ruborizándose.
Minho apoyó su frente contra la de él. Pensó en provocarlo, tentarlo con más besos. Pero rechazó la idea. Lee tenía que tomar aquella decisión por sí solo. Por la mañana quería abrir los ojos y ver aquellos ojos avellanas llenos de deseo, no de arrepentimiento. Miró a su alrededor por primera vez en los últimos quince minutos.
—Tenemos suerte de que Jonghyun no haya venido a ver qué pasaba.
—Gracias —murmuró Tae medio riendo medio jadeando contra su cuello.
—¿Por qué?
—Por no presionarme. Por dejarme pensar en esto fríamente.
—Habrá sido mi vena caballerosa —dijo Minho con sorna, y se alejó lo suficiente para mirarlo a la cara. La inseguridad de aquellos profundos ojos lo cautivaba por completo. Le pasó los dedos por la mejilla y depositó un leve beso en su nariz, otro en sus labios y un tercero en su barbilla… y se apartó bruscamente de la pared, de la tentación—. Creo que es un buen momento para llamar a mi abogado, a ver si puede recibir a un Choi esta tarde. Ah, y no pienses en esto demasiado fríamente. ¿De acuerdo?
Apoyado contra el muro, Taemin lo vio alejarse. Hubiera querido llamarlo mientras todavía sentía su sabor en los labios, su tacto en la piel, mientras la fiebre del deseo aún ardía en su sangre.
"Sí, quiero que me hagas el amor. Quiero tus besos abrasadores y tus caricias, tus palabras incendiarias y tus susurros. Quiero sentirme fuerte y deseado. Quiero sentirme tu igual".
¿Pero cómo iba a decirle todo aquello mientras su inseguridad sofocara de tal
modo su deseo?Le producía pavor pensar en lo que ocurriría después, cuando su hambre masculina se hubiera saciado, cuando lo dejará atrás con un simple adiós y un beso de consolación y desapareciera. Temía el dolor desesperado que le produciría perder el amor al que se había enganchado como un adicto, y sobre todo temía la soledad de las noches interminables con la única compañía de su vacío orgullo.
Aquellos eran los miedos que oprimían su garganta y le impedían llamar a Minho mientras se alejaba. Haría falta una sola noche de amor para que su adicción a Choi Minho fuera completa, y a pesar del poder de su atracción, de todo lo que lo hacía sentir, era un hombre que no conocía el significado de la palabra hogar, un hombre que seguiría su camino. El hombre menos indicado para Lee Taemin.
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Nos leemos pronto,en lo posible... Mucho love🌺🍃
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Incondicional a ti
FanficLT se dió cuenta de que amar a ese hombre iba a ser para él una adicción muy difícil de abandonar... *Este trabajo se encuentra gratuito en wattpad, si lo estás leyendo en otro lugar es plagio*