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Jung Min a medida que preparaba la comida para el que se encontraba sentado en la mesa, siente de a poco su cuerpo temblar, especialmente las piernas, después comenzó a sudar por lo acalorado que estaba, hace minutos atrás se fijó en la calefacción imaginando que está era la que provocaba aquel calor, pero esta no estaba tan alta, dándose cuenta que no era la causante.

Trato de resistir un poco más, quería confirmar de que el menor se había alimentado, ya que si lo dejaba solo, estaba seguro que este no lo haría, y se iría en dirección a su cuarto, además debían solucionar los problemas que tenían los dos, ese era el momento indicado, y si lo desaprovechaba no sabría cuando surgiría otro igual.

Le dejo el plato servido en la mesa, mientras se sentaba en frente del contrario, esperaba que así se le calmara un poco el escalofrío que tenía por que en verdad ya no podía seguir manteniendose de pie, sentía que en cualquier momento se descompensaria, miro al otro expresando con los ojos ternura, ya que al verlo se daba cuenta de lo hermoso que era, estaba apreciando cada una de las facciones delicadas de castaño, este al notarlo se extrañó por aquello, nunca había visto eso en su hyung, no negaba que le gustaba pero no podía caer ante el, se puso algo nervioso por la mirada intensa que le entregaba ya que al parecer no se había dado cuenta que ha estado así durante un buen tiempo, dejando su servicio de nuevo, coloco sus manos en su barbilla, para devolver el gesto, pero a diferencia su mirada está vacía sin mostrar sentimiento alguno, claramente eso hizo tensarlo un poco, ahora era la ocasión para conversar.

—Jun, hay algo que debo decirte— El nombrado ya sospechaba de lo qué le iba a contar, era evidente qué le diría algo respecto con los sentimientos por Hyun Joong, desde el día que los vio abrazados intento de asimilarlo, pero fue inevitable, cada vez que lo hacía sentía una punzada en su pecho, ver al amor de su vida con otro hacía que su corazón se rompiera. Si no pudo procesarlo estaba confiado que tampoco podría escucharlo de aquellos labios, qué más de alguna oportunidad deseo besarlos.

— Jung Min, no estoy de animos— y era verdad no quería escuchar nada que estuviera relacionado con el líder, no quería ni oír su nombre, mucho menos ver cómo era pronunciado por su Min, odiaba que no fuera el suyo el que saliera por esa linda boquita, si tan solo su mayor se hubiera fijado en él, no estaría tan decepcionado.

—Por favor, escúchame te lo pido.— Estaba rogándole, enserio quería decirle que tenía una idea equivocada con su Hyung y el, la persona que realmente amaba era aquel que cuando sonreía se le marcaban sus hoyuelos, que ese alguien tenía una voz tan profunda al cantar que lo hacía sentirse en el cielo, el que hacía acelerar su corazón cuando lo miraba con calidez y seguridad, quería hacerlo entender que la persona de quién estaba enamorado era el que se encontraba enfrente suyo.

—No quiero, por favor dejame— Su expresión era de enojo, ¿Acaso no entendía que ya no quería que lo lastimaran? Ya tenía suficiente con la escena de la otra vez, dejándole muy en claro que ya no podía hacer nada para conquistarlo, se levantó furioso golpeando la mesa, Jung Min al notarlo reaccionó por impulso para tratar de detenerlo tomó su hombro, no estaba dispuesto a perderlo, no están dispuesto a dejarlo ir y que se alejara.

—Hyung Jun quiero explicarte algo— El menor se dió vuelta, con un semblante de ironía en su rostro, estremeciendo al contrario, sabia que
desde ahora algo bueno no iba a salir de esto, mientras más razonaba, su cabeza estaba palpitando del dolor y ya no podía más, pero necesitaba sacarse el nudo que tenía en su boca pero este fue callado otra vez.

— Ja, ¿Que me vas a explicar?¿ El amorbque le tienes a Hyun Joong?—Se aproximo con una sonrisa hipócrita, logrando asustar al peli negro —Acaso no entiendes que mi corazón no puede soportarlo— Agarro con fuerza sus hombros consiguiendo hacerlo sentir pequeño ante él —Park Jung Min, acaso no ves que estoy completamente enamorado de ti, pero eres tan egoísta que solo te preocupas por ti— Ya no podía tolerar el punzante dolor de su cabeza, el menor le estaba gritando, estaba empeorando su situación, su cuerpo ya no resistía, comenzó a temblar, sus ojos estaban llorosos me dolía todo.

MinJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora