‹‹ IV ‹‹

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«El mejor café para mis insomnios, está en tus ojos.»







Lily





Demonios.

¿Qué es lo que está pasando?

¿Qué rayos hacia aquella persona en el vagón? ¿Por qué atacar un vagón repleto de estudiantes?

No parece una casualidad, estaban en el pasillo al igual que nosotros. Sacudí mi cabeza. No seas tonta, Lily.

Nada de eso parece una coincidencia, pero ¿quién sería capaz de . . .?

No debo darle tantas vueltas al asunto. Al llegar a Hogwarts, informaré al profesor Dumbledore lo que ocurrió. Aunque conociéndolo ya debe de saberlo.

El expreso se detuvo y todos bajamos de él. Mientras los de primero se montaban en las canoas, nosotros ya estábamos de camino al castillo en las carretas.

Las chicas están como si nada hubiese pasado, no paran de hablar de todo lo que harán este último año.

Negué divertida al escuchar los disparates que decían. Tomé un sorbo de mi envase de agua, no recuerdo que tuviera esta sensación peculiar.

— Y tú . . . ¿Qué harás en este curso Lils? — Preguntó Alice con una sonrisa socarrona en el rostro — Al fin le dirás a James que te mueres por él?

— No, no se lo diré . . . — Me oí murmurar eso — . . . Moriría de vergüenza si me rechazara.

¿¡Que rayos!? ¿¡Cómo fue que eso salió de mi boca!?

Tapé rápidamente mi boca.

Sentí mis mejillas arder por lo que había dicho.

Las chicas se lanzaron miradas cómplices entre ellas, sonreían de manera burlona. Ahora sé porque mi agua tenía ese sabor tan raro.

Marlenne sonrió. — Bien, es mi turno . . . — Se acercó a mí, inspeccionándome fijamente — ¿Qué es específicamente, lo que sientes por . . . James Potter?

Por mi mente corrieron demasiados recuerdos.

Para mi pesar, James Potter era el principal protagonista de ellos.

La primera vez en la que James dijo que le gustaba mi cabello.

Su sonrisa astuta apareció en mi mente, su expresión severa juntó a su voz gruesa. Acompañado por el suave sonido de su risa y el tono sarcástico de voz, la primera vez que lo vi, la manera en que sus hipnotizantes ojos avellanas me cautivaron.

Apreté los labios intentando que la respuesta no saliera de estos.

— Lo aborresc . . .

— Acéptalo Evan, me amas

Apareció en mi mente la voz de Potter bramando victorioso mientras salía de los vestidores, cuando se dio la vuelta en mi recuerdo caí en cuenta de que aquellas palabras no eran tas descabelladas.

Mis labios temblaron, pero ese último recuerdo solo fue un empujón hacia el abismo.

— Lo quiero, él me gusta mucho. . . Mucho — Tapé inmediatamente mis labios.

Sempiternamente InefablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora