017.

685 80 10
                                    

Estaba esperando en la fila de Coffee Bar, un pub donde cantantes primerizos demuestran su talento haciendo covers e intentan ganarse un hueco en la difícil industria musical. Lograr tocar los viernes y sábados por la noche ahí es sinónimo de que lo harás bien por el resto de tu carrera. 

Sentí un ligero empujón y al girarme, te vi con el cabello recogido en un moño desordenado y una bandada negra y blanca alrededor de la cabeza. Llevabas pintalabios rojos y delineador negro, junto con unos shorts rasgados, unas Converse sucias y un saco deshilachado hasta el muslo. 

-Hey, Tony- me saludaste animada.

-¿Qué hay de nuevo, Belle?- el sólo hecho de estar hablando contigo como si no estuviera perdidamente enamorado, dolía.- ¿Dónde esta Jason?

-Oh- tu sonrisa se borro ligeramente al recordar algo. -Hemos discutido.

No sabia cómo sentirme respecto a eso, así que me limite a responder:

-Ya veo.

Pasamos unos minutos en silencio, tú balanceándote y yo con las manos en los bolsillos. Patético.

-Así que... ¿vienes seguido por aquí?- inquirí, desesperado por continuar hablando.

Pareciste recobrar el buen humor y quise besarte ahí mismo, por ser tan dulce, por ser simplemente tú.

-¡Si! Pero hoy vine sólo para ver a una amiga tocar, de lo contrario me habría quedado en casa...-sacudiste la cabeza y, segundos después, continuaste:- En fin, ella es jodidamente buena.

Enarqué una ceja y tú soltaste una carcajada.

-Me refiero a su música.

-¿Sólo a eso?

Tony, mierda, ¿por que siempre que la ves intentas aparentar que te interesa otra? Hombre, así sí que ganas puntos, imbécil. 

Dejaste el tono de broma y me miraste con seriedad.

-Sé que a ti te encantaría.

Lo dudo mucho, Belle.

-¿Qué?

Parpadee.

-¿De qué?

-¿Por qué lo dudarías?- entrecerraste los ojos.

-¿Dudar?.

Empezabas a exasperarte con mi idiotez.

-Dijiste: Lo dudo mucho, Belle.

Mierda.

-¿Lo dije?

Asentiste, mirándome fijamente.

-Vaya, supongo que estaba pensando en voz alta.

Pero tú querías más respuestas.

-¿Y qué te lleva a pensar eso?

Me quede en silencio.

Ese debió haber sido mi error.

Sentí que el mundo se había quedado paralizado, que el tiempo había dejado de correr y sólo estaba tu voz preguntando:

-Tony... ¿por qué me dejaste ir?

Boys Don't Cry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora