008.

761 90 6
                                    

El otro día te vi entrando a la facultad.

Llevabas un abrigo, y botas y las mejillas sonrosadas por el viento de Febrero.

Y sentí la necesidad de correr hacia ti,

y envolverte en mis brazos,

y que ya no necesitaras del abrigo para entrar en calor.

Fue entonces cuando recordé que no podía.

Mi tiempo había pasado.

Así que te di la espalda y seguí caminando, 

como si no estuviera destrozado.

Boys Don't Cry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora