The holy...death. (statehummans México)

Prólogo

Esa mañana algo había sucedido, ni México o alguno de los estados hubiese esperado eso, nadie lo creía posible en estos momentos, pero claro que la realidad era otra...

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Casi todos los estados se hallaban en el hospital en zona de urgencias, algunos apenas se habían despertado y a otros su zona horaria no les ayudaba, todos sabían ahora la situación en qué se encontraban sus dos hermanos. Ni uno hablaba o intentaba animar el ambiente, estaban tensos...cualquiera qué los viese de lejos lo notaría, pero claro qué había dos estados presentes que simplemente no podían con la preocupación, estaban demasiado abrumados porque ellos mismos fueron quienes trajeron a los heridos, entre ellos se mantenían en un abrazo en un intento vano de calmarse. Uno al ver llegar al doctor simplemente se soltó y entró corriendo al baño más cercano, sus hermanos más cercanos se habían levantado para ir a apoyar al pequeño sureño, pero entonces los demás los detuvieron, sabían que en este momento debían darle su espacio, pero eso no quitaba el miedo que intentaban ocultar.

La chica qué hace unos segundos estaba aferrándose a Roo ahora miraba al doctor que se acercaba con los ojos cristalinos llenos de expectación, entonces al ponerse este hombre frente a casi toda la familia soltó un suspiro pesado, se veía cansado y todos ya sospechaban que lo que daría no serían para nada buenas noticias. "Buenos Días, yo soy el doctor a cargo de este hospital, mi nombre es Donato y yo seré el encargado del caso de su familia" dijo intentando mostrar una sonrisa y con una voz tal vez demasiado alegre para el ambiente tan áspero en que todos se encontraban "Verán, los dos jóvenes ya están estables y por ahora no tienen un gran daño" Varios ya tenían lágrimas en sus ojos y suspiraban con una sonrisa más calmada, más México sólo tenía una mueca en su rostro puesto que él oyó ese claro por ahora. "Pero, como todos saben este daño tal vez pueda volver a causarse y por eso debemos tomar precauciones" entonces la sonrisa que intentaba mostrar se cambió por una cara más formal y seria que ya debía tener dominada por su trabajo "El día de hoy se tendrán que quedar internados y se podrán ir mañana, les daremos ciertos medicamentos y se tienen que quedar con alguien más que los cuide" Los hermanos se observaban con algo de temor y duda, esto les recordó a algunos a los sucesos del 2017 más sabían que esto...era mucho más fuerte "Les daremos instrucciones específicas de cuando traerlos de nuevo para un chequeo y de que tareas pueden hacer y sus limitaciones" Todos miraban al suelo con una mueca de ¿tristeza? ¿felicidad? Ni ellos lo sabían, la mañana había sido tan agitada que ni tiempo para procesarla se habían dado "Sin más qué decir, en media hora pueden recibir visitas, si necesitan algo pregunten por el Doctor Donato en la recepción".

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Quintana Roo se había encerrado en un baño, no podía con esto, él sentía que era demasiado. Simplemente no esperaba que algo así ocurriese ahora, no en este momento en que todo había estado yendo tan bien, al fin se habían casado, ya tenían a su niña, ¿por qué el mundo hacía trucos en su vida? Sólo quería olvidar lo que había pasado en la mañana, ver sufrir a su amor querido, observar cómo no podía ayudarlo por más qué lo intentara, mirar a su hija de tan solo 1 maldito año llorar por no saber que pasaba, no saber qué hacer, tener un ataque de pánico después de tantos años...y lo peor fue que su amor intentaba sonreír para él, trato de calmarlo a pesar de lo que le estaba pasando. Simplemente quería que todo esto fuera un horrible sueño, una de las pesadillas de su pasado que regresaba para atormentarle...pero no era así. Esto era real.

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