Cap 5. El caos (+18).

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Era una noche algo fresca, pero dentro de aquél lugar hacía calor debido a que había calefacción. Las jóvenes estaban en ropa corta, algunas casi desnudas, enseñando sus pechos y con sólo una pequeña y fina bombacha que cubría sus zonas íntimas, esas zonas en la que esos hombres que estaban allí deseaban adentrarse. Las chicas sentían tanto asco de lo que hacían, ninguna lo pasaba bien, ser stripper o prostituta a veces era un mundo aparte, un mundo lleno de vergüenza.

La música sonaba de fondo y meseras con ropa ajustada, algunas disfrazadas con ropa sexy de conejitas, policías, enfermeras... Se encargaban de llevarle las bebidas a los hombres y de acariciarlos o besarlos para obtener dinero.

Era un negocio aquél lugar que pocos sabían que existía, quienes iban allí lo hacían porque tenían buen poder económico. Vergüenza debería darles de comprar mujeres y ser parte del negocio que trata a mujeres como producto de consumo y objetos sexuales. Policías eran cómplices del negocio millonario que había allí gracias al hecho de poner como objetos los cuerpos de esas mujeres, esos policías estaban comprados, los dueños del prostíbulo le daban dinero para que se queden en silencio y no los delanten, a veces compraban su silencio haciéndoles elegir una joven por una noche para tener sexo de forma gratuita, ellos eran cómplices y no hacían nada. Mujeres eran prostitutas de forma forzada, secuestradas y víctimas de trata, encerradas en el negocio de venderlas como si no valieran nada, deshumanizandolas, siento unos misóginos asquerosos.

Nada era como se veía, esas jóvenes no disfrutaban teniendo sexo a cambio de dinero, o bailándoles a hombres casi desnudas, ninguna lo disfrutaba, sentían vergüenza de sí mismas, asco y furia, pero también culpa y soledad por tener que recurrir a ese "trabajo" por no poder tener acceso ni oportunidades a uno digno. Muchas jóvenes que habían sido secuestradas lloraban por las noches escondidas, extrañando a su familia, deseando salir de ese horroroso mundo que a nadie parecía importarle "Si están así es porque quieren", "Qué se jodan por putas", ¿Tanta poca empatía había en este mundo?

Arriba del pequeño escenario se encontraba Courtney, bailando frente a un caño, con drogas en su cuerpo para evitar mandar a la M a todos aquellos presentes.

"Debo aguantar, vamos, tengo que tener dinero para pagar la luz, el agua, el departamento, el gas, mis productos de higiene, mi comida, mis cosas básicas... vamos Courtney, aguanta esta noche que parece durar un día, vamos" pensaba en su mente la rubia mientras se movía por ese caño, intentando verse "sensual" como le había ordenado su "jefe". Su cabello estaba suelto y despeinado, tenía sólo unos tacos negros y una tanga tapando su zona íntima, sus pechos estaban a la vista de todos presentes. Habían otras mujeres que también bailaban allí y tocaban sus cuerpos o se masturbaban frente a ellos para exitarlos, algunas mujeres se besaban entre sí a pedido del "jefe" ya que eso era "exitante para los hombres".

<<Malditos idiotas que sexualizan a mujeres lesbianas>>, pensaban las muchachas que debían hacer eso de forma obligada.

Tiraban billetes, gritaban cosas y chiflaban, por lo visto la pasaban bien los asquerosos.

Por otro lado un hombre de cincuenta y pico se encontraba hablando con el dueño del prostíbulo.

__Yo quiero a aquella jovencita de cabello rojo, se ve muy sexy ¿Cuántos años tiene? La quiero.

__Esa jovencita es principiante, es nueva y jamás ha tenido relaciones sexuales.

__Mmm, perfecto. Quiero que sea mi puta esta noche ¿Puedo hacer que me la chupe?

El dueño rió por las ocurrencias de aquél asqueroso pedófilo, un hombre que tenía sexo con adolescentes que podrían ser sus hijas, de hecho tenía dos hijas en su casa, una de dieciocho y otra de doce, poco parecía importarle que sus hijas estaban expuestas a poder ser secuestradas o prostituidas en cualquier lugar del mundo, y forzadas a tener sexo con hombres de la edad de él.

__Toda tuya, pero saldrá cara. Además si quieres que te haga una mamada debes pagar má.__Advirtió el "jefe" para luego tomar una copa de vino mientras varias mujeres besaban su cuello y lo tocaban.

__Lo sé. ¿Cómo se llama?

__Su nombre es Violeta, tiene quince años pero como ves está muy desarrollada ¿No es así?

__Sí.__Murmuró el otro hombre mientras la miraba relamiéndose los labios. La joven, Violeta, estaba repartiendo bebidas mientras tenía un conjunto de enfermera que dejaba ver mucho su trasero, desde lejos se la veía llena de miedo y temblaba cuando recibía nalgadas de aquellos hombres. Quería irse a casa y acabar con ese infierno, extrañaba a su familia más que nunca, sobre todo a su mamá, aquella que siempre temió que algo malo le pase a su hija, y lamentablemente sucedió. Violeta había sido secuestrada, no quería que ninguno de esos hombres la toque, odiaba ese lugar, no quería tener relaciones con ninguno de esos viejos, pero sabía que de todos modos iba a pasar y sólo podía llorar a escondidas.

__Parece una conejita asustada.

Se rieron, como si fuera gracioso ver a una mujer de esa forma. Era un negocio millonario, machista y misógino, era un infierno para quienes tenían que hacerlo.

Courtney movió sus caderas al compás de la música, mientras bailaba su cabeza estaba en las nubes, intentaba pensar en cualquier cosa que no sea el hecho de estar allí, hacía oídos sordos a los chiflidos de aquellos malnacidos, por dentro se sentía sucia, y tenía ganas de romper todo. Lloraba en su departamento al pensar en todas esas muchachas tan jóvenes que habían sido secuestradas, esas chicas que tenían recuerdos, amigos, familia, proyectos... un futuro por delante en vez de estar allí encerradas y siendo maltratadas. A veces deseaba denunciarlos pero no podía, la mayoría de esos policías estaban comprados y estaba amenazada a guardar silencio, era parte de ese horroroso mundo, era cómplice y no podía hacer nada para acabar con ello. Maldecía el día en que se metió allí, pero en ese tiempo no tenía otra opción, estaba sola en la calle y desesperada, con hambre, sin lugar donde vivir y sin trabajo...

Llegó el momento en que un hombre la eligió, tendría entre treinta y ocho o cuarenta y pico de años más o menos por lo que se veía. Courtney maldició y se tragó el nudo en su garganta, se guardó el llanto y sonrío de forma coqueta, una sonrisa falza que ocultaba el dolor y el llanto.

__Te espero en la habitación veintiséis nena, si no vas ten en cuenta que iré y le avisaré a tu jefe y no querrás meterte en problemas ¿No?__advirtió el hombre frente a la joven, la rubia apretó la mandíbula llena de rabia.__Vamos, sé buen chica, podemos pasarla bien, no me obligues a ser malo.__le dejó un beso en su boca, del cual Courtney no correspondió, sentía repulsión, era un beso agresivo, tosco, de posesión.

Le dio una nalgada y se encaminó a la habitación. Courtney se quedó allí parada sintiéndose más pequeña y sola que nunca. Suspiró y se encaminó a un espejo que estaba allí cerca, se maquilló un poco más y se hechó perfume. Se sorprendió cuando sintió una mano en su hombro, al mirar en el espejo vio que era el jefe.

__Vamos Courtney, no te tardes que ya ha empezado a quejarse. Confío en ti, controlate y no lo hagas enojar ¿Vale?

La chica se pasó una mano por el cabello y asintió, guardandose los insultos. Se giró y el jefe, de cuarenta y cinco años le dio una mirada de advertencia para luego salir de ahí.

__Maldita sea.__murmuró.

Se dirigió a la habitación que el hombre le había dicho, al llegar tocó la puerta y se escuchó una voz ronca diciendo <Adelante>.

Al pasar se encontró con el hombre desnudo en la cama mientras se masturbaba frente a ella. Sintió tanto asco que corrió la mirada.

__Ven aquí, putita.


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Creo que no se esperaban este capítulo con este contenido.

Cuando empecé a escribirlo, no pude parar, tuve mucha inspiración, y una de ellas fueron todas las mujeres que lamentablemente pasan o pasaron por esta situación, me centré en su sufrimiento y en su odio, en lo feo que es ejercer la prostitución para algunas chicas. También leí testimonios de prostitutas y sus palabras me llegaron al corazón. En algunas partes insulté a algunos hombres que compraban a mujeres, no pude evitarlo.

Nos vemos en el próximo capítulo💕

El chico del suéter✔|Kurtney Donde viven las historias. Descúbrelo ahora