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Hola, Espero que les allá gustado el capítulo anterior, este capítulo me tarde mas en hacerlo por falta de tiempo, espero que les guste. 

Se podían ver fotógrafos por todas partes del callejón Diagon, una multitud rodeaba Artículos de Calidad para Quidditch, en donde Ginny Weasley capitana de las Arpías de Holyhead estaba firmando escobas acompañada de su reciente esposo el magnífic...

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Se podían ver fotógrafos por todas partes del callejón Diagon, una multitud rodeaba Artículos de Calidad para Quidditch, en donde Ginny Weasley capitana de las Arpías de Holyhead estaba firmando escobas acompañada de su reciente esposo el magnífico niño que vivió y venció Harry Potter, era una primicia de portada, ya que era la primera vez que se mostraban juntos desde su fresco matrimonia hace unas semanas, por lo que los periódicos estaban locos por poder sacar una fotos de la pareja para su portada principal.

Resignado nuestro querido Pottah tuvo que sonreír a la cámara toda la tarde, a pesar de que se había prometido tener una vida tranquila después de la guerra, algo que no había podido lograr hasta el momento, sobre todo si su reciente matrimonio estaba en la boca de todos, acaso la gente no podía entender que él era un humano y necesitaba respirar, pues al parecer no ya que no había pasado ni un día y ya estaba de nuevo en noticia por todo el mundo mágico, si él hubiera imaginado antes que esta sería su vida para el resto de sus días, se hubiera quedado muerto dejando que Voldemort gobernara todo lo que se le dé la gana.

Una semanas después, Harry se encontraba en la oficina de su casa estudiando para su prueba de la escuela de Aurores, esta sería la última que tendría que dar para poder titularse por fin de lo que más quería o eso él pensaba. Mientras trataba de concentrarse se quedó mirando aquella varita que ahora le hacía caso, esa varita que le perteneció a la persona que se juro odiar para toda la vida, esa persona que en verdad nunca odio, si no que era la que había hechizado su corazón con una de sus sonrisas egocéntricas, aquel que siguió por todo Hogwarts en su quinto y sexto curso excusándose que solo era para confirmar que era un mortifago, el mismo que hace un par de años atrás había salvado de ser llevado a Azkaban junto a su padre.

De pronto Potter se percató de sus pensamientos, no podía olvidar al peli plata príncipe de Slytherin en ningún momento, pero eso estaba mal, se supone que él amaba a Ginny verdad?, entonces por qué no podía sacar la estúpida y sensual sonrisa de Draco Malfoy comiendo una de sus manzanas verdes de la cabeza, porque tenía que volver a pensar en el después de tanto tiempo, porque justo cuando trataba de ser feliz con Ginny, la chica que estuvo enamorada de el desde que eran unos niños, la niña más valiente que había conocido jamás, la mujer que estaba embarazada de unas semanas de su hijo, su heredero, porque todo eso no valía nada comparado con tener al rubio platinado a su lado.

Harry trato de aclarar su mente, recordando las palabras de Hermione cuando le comento su pequeña atracción hacia el peli plata, esta le había dicho que sea realista, que lo que sentía por Draco no era exactamente amor, sino una obsesión que surgió gracias al tiempo que pasaba vigilándolo, que no se dejara guiar por eso, pues se convertiría en el único lastimado.

Esas palabras le rondaban por la cabeza, haciendo que esta le doliera un poco, por lo que decidió ir a despejarse a un lugar en donde los periodistas no puedan molestarlo, pues el lugar estaba fuera de su rango de investigación, un lugar que Harry ya había visitado antes, para despejarse de sus largos estudios como Auror, un Bar muggle llamado ¨El Barniz Real ¨.

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