Zalco

NAGODAH

Los siguientes segundos no sé lo que pasó la verdad, porque me quedé hipnotizada por el escorpión.
Sus ojos negros rojizos potentes se clavaban en mis débiles ojos castaños. Un escalofrío recorrió mi espalda.
Me sentía débil e inútil en comparación con aquel enorme monstruo.

Nos dieron a todos unas cintas de pelo para que no cayera sobre nuestra frente.
Katy nos llamó. A los 10 nuevos. Nos sentamos en una pequeña sala. Mis ojos se deslizaban por la sala mirando cada cara. Salvo Amalia, no conocía a nadie.

-Para ser de los nuestros, tenéis que pasar una prueba. Para cada grupo de personas es una prueba diferente. La vuestra consiste en derrotar a un NAGODAH.
¿Cómo derrotar a un NAGODAH? Un NAGODAH tiene forma de un animal cualquiera. Éste que afrontaréis hoy tiene forma de escorpión. Un NAGODAH te controla por la mente, te la lee y puede ver cada uno de los recuerdos más dolorosos que tengáis. Ese dolor en vez de sentirlo por dentro y llorar os hará daño físico. Un NAGODAH no se puede matar ni controlar. Si lo conseguís meter en la jaula, pasaréis la prueba.

Katy nos sonrió dulcemente como si lo que nos acabara de decir fuera lo más normal del universo.
Mi corazón palpitaba con fuerza. ¡Yo creía que los monstruos no existían! Ahora sé que estaba muy equivocada.

Me coloqué la cinta. Katy ya se había ido. Un ruido seco se oyó detrás de mí. ¡Mierda! Me giré y el muro se estaba abriendo. Dándonos paso a una arena parecida a las romanas, donde los prisioneros se soltaban con las fieras, donde la sangre se derramaba.

Zalco obviamente no había venido conmigo.
¡Menos mal!
Mi corazón palpitaba muy rápido... demasiado rápido. Miré a mi alrededor: mis compañeros parecían igual de asustados que yo. Avanzamos unos pasos y la puerta se cerró con un chasquido fantasmal. Delante de nosotros otra puerta se abrió. El enorme escorpión salió de ella. El público aplaudía como loco.

"Un par de meses antes, estaba con Rimaldia, estábamos en un gran estadio viendo un partido de fútbol. Aplaudíamos como locas cada vez que marcaban un gol. Ese mismo día..."
Una enorme herida se abrió en mi brazo
"la imagen de mis padres".
Sacudí la cabeza con fuerza. ¡Ese escorpión enorme me estaba haciendo daño! Un chico de pelo azul teñido me agarró el brazo y tiró de mí.
"Las monjas..." Me torcí el tobillo con fuerza. Amalia corrió hacia el enorme escorpión y empezó a empujarlo con todas sus fuerzas. Una chica de grandes ojos grises la imitó. El peli-azul tiró de mí hacia el bicho. Miré detrás de mí.

¡Esto no era una prueba: Era una masacre! Una chica lloraba sangre de sus ojos, miré con horror la escena. Una ira interior explotó en mí. Empecé a correr con todas mis fuerzas. Me puse delante del enorme bicho y le miré a los ojos fijamente.
Ya no sabía lo que hacía, veía negro y mis fuerzas a penas me permitían mantenerme de pie. Temblaba de ira. El escorpión se empezó a retorcer de dolor. De repente todo se volvió borroso y el bicho desapareció.

Abrí los ojos alucinada. Un señor con una barba larguísima y oscurísima estaba delante de mí. Sus cejas pobladas no me dejaban ver bien sus ojos, que eran muy pequeños. Me froté los ojos.

-¿Qué...?

Mi hermoso perro estaba tendido a mis pies. No entendía nada.

-Shhh. Respira. Jack, mira los resultados anda.

El señor tenía un acento cordobés muy fuerte. Miré alrededor de mí. Estaba en una sala grande hecha de cristal, a través de ella podía ver todas las otras salas. En una vi a Amalia discutiendo con una señora enorme. En una esquina estaba el desconocido de ojos verdes mirando una pantalla.

-Está limpia.

Dijo clavando su mirada en el barbudo.Barba negra me miro con sus cejas pobladas y sonrió.

- No te preocupes cariño, esto solo era una simulación.- De repente un ruido se oyó desde la pantalla del ojiverde. Montón de números aparecieron en la pantalla.

- ¿Jack que es eso?

- Tecnichis...Creo que...es ella.

¿Qué soy? ¿Qué dicen? ¿Por qué no entiendo nada? Quiero respuestas. Tengo hambre...

- No podemos estar seguros.-dijo Jack tecleando furiosamente el ordenador.

- ¿El qué?-Respondí yo más que perdida.

El barbudo y Jack me miraron pero no respondieron. Después de unos segundos el barbudo soltó:

-Necesitas descansar. Jack acompáñala.

Jack abrió la puerta y me hizo signo de seguirle. Me crucé de brazos y me senté en el suelo:

-No pienso irme sin respuestas.

Jack suspiró:

- Ya lo sabrás...no estamos seguros.
En otra sala Rupert hablaba con la chica de los ojos grises. ¡No! Yo quería saber. Necesitaba respuestas... El barbudo miro a Jack:

- Llévala a STURNY. Que no se entere Ella.

¿Ella? ¿Quién era Ella? Jack me hizo un signo con la cabeza para que le siguiera. Para mi sorpresa me levanté y le seguí.
Caminamos por los pasillos unos minutos. Nadie decía nada. Jack abrió una pequeña puerta verde pasando su muñeca sobre el pomo. La puerta emitió una luz roja y se abrió. Entramos y se me cortó la respiración. ¡Era una habitación preciosa! El suelo era tranparente y por el podías ver lo que seguramente sería el mar. Jack sonrió:

- Bienvenida a STURNY, Vela.

Sus ojos se clavaron en los míos y durante unos segundos pude ver lo que se escondía detrás de esa capa de frialdad e impasibilidad. Vi a un adolescente sonriéndome, debía tener un año más que yo. Sonreía con sinceridad y... Nada, de repente volvió a su expresión fría que daba miedo. Bajé la mirada. Jack me sacaba una cabeza y medía y a mí me fastidiaba mucho mirar a la gente para arriba.

- Pues... a ver...-pasó la mano por su pelo castaño, pude ver que tenía un esparadrapo en la parte de atrás del cuello- se supone que no tenemos que estar aquí entonces no digas a nadie donde hemos estado ¿vale?-Asentí- Bueno, pues...Sinceramente no sé mucho ni sé si es verdad pero... a ver la prueba que habéis hecho era para ver si estabais contaminados con "EL VIRUS".

- ¿El virus?

- Lo llamamos así-Señaló hacia la derecha y vi un montón de cuadros con gente con los ojos rojos...más bien llorando sangre. Me acordé de la chica en la prueba- En realidad la prueba nos permitía saber si estabais infectados o no. Al parecer solo ha habido tres infectados.

- ¿Y qué pasa con ellos?

- No lo sé... Yo he llegado hace seis meses no soy jefe ni nada y ni siquiera estoy en la dirección. Los separan de nosotros. Menos mal que tú no estás infectada.-Me sonrío y sentí un calor subir a mis mejillas- Pero...

- ¿Pero?

Sin querer rocé su brazo y un escalofrió recorrió su espalda. Cogió un cuadro cubierto con una tela. Levanté un poco la tela y en una letra antigua estaba escrito:

Tecnichis

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Holaaaaa😁 Muchas gracias por seguir leyendo. Espero que os haya gustado la 2nda parte😘