𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙸: 𝙻𝚊 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝙲𝚑𝚘𝚒

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suspiré molesta arriba de la camioneta blanca con dos hombres cada uno a lado como si de un ladrón se tratara y dirán, ¿Cuál es la razón por la que estoy aquí? Pues bien esto sucedió.

Estaba caminado como todas las madrugadas con esa misma sensación que tengo desde que cumplí los seis años querer matar a alguien, levante la mirada di un largo y profundo suspiro al cielo y comenze a caminar a mi "parque favorito" para posteriormente pasar a colocarme mis audífonos, pasaron alrededor de 9 minutos cuando llegue al parqué, pude ver detalladamente a hombre de aproximadamente veintinueve años pude observar como este se preparaba para correr y otra vez la misma sensación de querer hacerle daño se hizo presente, no lo pensé dos veces y di el primer paso saque una navaja de mi bolsillo, mi mente se puso en blanco lo agarre por el cuello y le corte la garganta haciendo que este se ahogara con su propia sangre mi mente solo quería ver una cosa y esta era ver como daba su último suspiro, una sonrisa se formó cuando lo hizo pero las sonrisa se me fue cuando a lo lejos escuche el grito de una mujer me di media vuelta y su rostro era de pánico me imagine que era su novia y está empezó a pedir ayuda, su voz me irritaba demasiado decidí matarla pero de una manera muy diferente así que no lo pensé dos veces, la agarre del cabello y comenze a azotar su cabeza contra el pavimento una y otra vez tan pronto comencé la sangre empezó a salir y la sonrisa volvió, toque su cuello en busca de puslo pero este ya no lo tenía, bote los cuerpos en una zanja que yo misma había hecho días atrás mire el cielo este se empezaba  aclara así que decidí volver a mi casa.

Llegue a  mi casa y me fui directo a mi habitación desde que me mude a los Estados unidos mi vida a sido un fracaso total, no tenía amigos y no es que los necesitará mucho porque soy  una persona a la que le gusta no tener compañía alguna, mire mi reflejo y  pude notar la salpicaduras de sangre en mi rostro y manos así que fui al baño para limpiarme, al llegar puede ver mis ojera me tenía estresada el hecho de no poder  dormir, las voces en mi cabeza me tienen harta cada vez son mas fuertes desearía no tener estas voces, desearía ser normal, pero la cruel realidad es que no soy normal soy un monstruo, mi frustración fue tanta que le di un puñetazo al espejo, cuarto espejo que rompía en esta semana.

[...]

Uno de los hombres me empezó a mover debí de quedarme dormida el camino hacia este lugar era muy largo y ya necesitaba un poco de descanso, baje de la camioneta el lugar era demaciado grande como si fuera sacada de una película de terror en el camino solo pude ver como enfermeros llevan a pacientes de un lado a otro más que pacientes parecían robots a los cuales los enfermeros podían manipular a su antojo, los dos hombres me llevaron a la entrada principal donde uno de ellos habló y el ruido de una de las puerta se escucho al parecer eran automáticas como los de la prisión, el lugar aún era más escalofriante, las pinturas ahí era aterradoras a pesar de que eran simples personas sentías como si te siguieran con la mirada, comenzamos a caminar hacía uno de los tantos cuartos, cuando llegamos habían dos sillas, una mesa y un reloj que marcaban las 3:00 miraba todo on atención hasta que uno de los hombres habló:

"En unos momentos llegara tu enfermero"

Y ambos señores salieron de la habitación

Me quedé esperando a la persona que sería mi enfermero, después de quince minutos llegó era un hombre un tanto joven no mucho le calcule entre unos 39 a 47 años el señor se sentó en la silla habló.

"Si te estas preguntado mi edad tengo 44 años"

Me quedé sorprendida ya que solia ser muy discreta ¿acaso fui muy obvia? Su voz me sacó de mi pensamiento

Si gustas tomar asiento ¿Cómo te llamas pequeña?

-Me llamo choi

Respondí puede ver como este lo anotaba en una hoja odiaba que la gente fuera amable conmigo y más cuando lo hacían por obligación.

"Mucho gusto señorita Choi me llamo Anthony Brown voy hacer tu psiciatra para que me entiendas un poco más seré tu enfermero personal voy hacer unas cuentas preguntas quiero que me hables con toda la sinceridad esta bien"

Una sonrisa falsa se formó en su rostro, podía reconocer perfectamente cuando alguien estaba mintiendo y él no era la excepción, yo solo asentí, él no me producía ninguna emoción ni siquiera una pizca de confianza.

"¿Qué edad tienes?"

- 21

" ¿De dónde eres?"

- Seúl, Corea del Sur

" ¿Tienes hermanos?"

-Soy hija única

" ¿Cómo se llaman tus padres choi?"

Y esa pregunta se quedara sin respuesta, nunca me gustó hablar de mi familia mi papá es un alcohólico y mi mamá es drogadicta que podía decir de ellos... Absolutamente nada.

" Entiendo si no quieres hablar de ese tema"

-¿Por qué estoy aquí?

" Choi ¿No te acuerdas?"

¿Acordarme?

"Ven vamos a recorrer por un momento este lugar y sierve que te acuardas del porque estas aquí "

Nos levantamos y nos fuimos hacía la puerta, comenzamos a caminar el me empezó a platicar de este lugar como si fuera su mejor creación no le di importancia suficiente ya que no me importaba en lo absoluto, lo que me importaba era de acordarme que fue lo que pasó antes de llegar a este lugar.

Me llamó la atención una puerta que estaba al fondo decidí acercarme conforme me acercaba podía escuchar los gritos de una mujer podía reconocer esos gritos a la perfección porque eran mis favoritos, eran perfectos, como melodías para mis oídos, los gritos se escuchaban con tanta desesperación que mi emoción llegó a tanta como para felicitar a la persona que le estuviera haciendo daño a la mujer, cuando estuve lo suficientemente cerca pude notar a una mujer rubia tirada en el suelo completamente sola.

"Esta habitación es para los pacientes que se portan mal espero no traerte aquí"

Escuche su voz cerca de mi oreja, como si de un secreto se tratara, lo mire fijamente ,él solo se limitó a sonreír, una sonrisa no se le niega a nadie pero prefiero que me den un golpe en la cara que recibir una sonrisa como la suya. Este recorrido se me esta haciendo muy largo, simples pinturas, paredes recién pintadas, otras con la pintura caída, enfermeros con sus pacientes caminado de un lado a otro, él por fin dejó de hablar y se formó ese famoso silencio incómodo, hasta que vi como se paro frente a una gran puerta blanca, esta tenía una ventanilla algo pequeña, a bajo de esta tenía un hueco algo grande como las rejas de alta seguridad que estaban en la cárcel se me a figuraban, entramos la habitación no era tan grande, estaba de un tamaño considerable.

"Esta será tu habitación ahí está tu ropa en la cama a las 6 van a venir para darte la cena, bienvenida a tu nuevo hogar"

Él volvió hablar y puede escuchar sus pasos alejarse de la habitación, dejándome sola nuevamente, escuche el sonido de las llaves y como esta cerraba la puerta, observé el reloj este marcaban las 5:00, dos horas duró el recorrido que de nada me sirvió, así que decidí ver un poco más a detalle mi habitación, la cama estaba algo pequeña para mi tamaño, a lado de ella había una pequeña ventaba puede observar parte de este lugar y pude confirmar que era bastante grande, por lo poco que pude  observar había un jardín con algunas bancas, me alaje de la venta y me senté en la cama decidí ponerme la ropa que estaba en la cama parecía un traje de los que le ponen a los reclusos de color naranja solo que este era de color azul marino y tenía un pequeño número de lado izquierdo el mío el 2543, decidí dejarme la playera gris que traía, escuche el sonido de la puerta mire con cierta duda la puerta ya que se me hizo algo estúpido ¿Cómo por qué alguien tocaría mi puerta si está se encontraba cerrada? Además el hombre me había dicho que vendrían a las seis y a penas eran las 5:06 fui a ver quien era cuando me acerque a la ventanilla no vi a nadie, se me hizo raro hasta que mire al suelo y había una pequeña a hoja tirada,

"Este lugar no es el que tu crees al principio van hacer buenos contigo, después te van a tratar como la basura, ten mucho cuidado con el señor Brown es el mismo diablo en persona y su amabilidad es para ocultar su verdadero ser"
S'S

365 Días En Un Manicomio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora