Miércoles 7:40 A.M
Mi madre gritaba desde la cocina, para que me apresurara a salir de la habitación y desayunar a tiempo, salir a ultimo minuto de casa era una costumbre ya. Terminé de arreglar mi cabello y salí de mi habitación hacia la cocina.
—Buen día— dije, bajando el ultimo escalón para luego sentarme a desayunar.
—Buen día Sarah, recuerda que esta tarde la pasas con tu padre.
—Si, mamá. —Mis padres estaban separados. No tenía hermanos por lo que el divorcio fue relativamente fácil aunque había tardado 8 meses en realizarse oficialmente, un día mi madre despertó y en cuanto ambos bajaron a desayunar, desde las escaleras escuché como ella solicitó el divorcio. Decía que las cosas no eran iguales y que todo había cambiado, él no lo negó y a pesar del corto esfuerzo que había hecho para que no se separaran, firmó los papeles.
No quería buscar un responsable de esta separación pero a los tres meses de haber solicitado dicho asunto, mi madre había comenzado a salir con un hombre llamado John y 6 meses después del divorcio oficial ya estaba casada nuevamente. Papá era un caso distinto, él realmente no quería el divorcio y llevaba estancado desde la separación oficial, estaba realmente destrozado.
Llevábamos casi un año viviendo juntos o como dice mi madre "Siendo una familia". Ahora el esposo de mi madre trajo a un demonio a casa y dos cosas más, bueno a uno nada más... por ahora.
Nicholas, mejor conocido como Nick. Es el hijo de John, básicamente tenemos la misma edad, aunque él es mes y medio mayor que yo, nos conocíamos del instituto y desde ahí no nos llevábamos bien.
Las otras dos cositas... están formándose dentro de mi madre, tres meses luego de contraer matrimonio... otra vez, mi madre estaba embarazada. Tenía alrededor de siete meses de gestación y esas cosas comenzaron a patear desde el cuarto mes. Según todo el mundo es hermoso ver y sentir como patea un bebé al estar dentro de la madre, pero yo literalmente vomité.
Yo soy Sarah, tenía 17 años y mi vida bueno se rodeaba en tareas y dramas personales. Y bueno, básicamente esta es la mañana por la que paso casi todos los días.
Terminé de desayunar y tomé mis cosas, le dí un beso en la mejilla a mi madre y salí hacia mi auto.
No todo el mundo te dice que siendo hijo/a único te daría ventajas. Básicamente, mis padres compitieron por ver quien era "mejor padre". Recibí regalos por parte de ambos incluido un auto, pero realmente eso no cambiaría el hecho de que yo supiera que mamá y papá me querían sentimentalmente igual. Por supuesto disfruté todo lo material, no lo negaré.
Luego de que mamá se embarazara yo salí de su radar y entraron 2 cosas en él. Desde ese momento terminó la batalla entre ambos y se dieron como ganadores por su lado.
Estaba por salir de casa hasta que tocaron la ventana de mi auto. Era Nick.
—Hola Sarah ¡Buenos días! —levanté la ceja esperando las palabras. Al no recibir una respuesta yo hablé.
—Suéltalo Nicholas.
—Necesito que me lleves a la escuela —Respondió sin importancia.
—¿y tu auto?
—Papá me lo quitó por llegar tarde ayer —En ese momento recordé la vez que le pedí exactamente lo mismo a Nick, y el me dijo "Deberías apresurarte o el bus te deja"
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El diario de Sarah Piper
Teen FictionSarah es una estudiante de ultimo año de preparatoria. Hija única, padres separados, una nueva familia y un mundo por descubrir. Sarah se ve envuelta en distintos problemas paternales junto con problemas estudiantiles y algunos sentimentales. El dia...