¿Qué más puedes hacer, si no es vivir?

Capítulo 4

Día de fotografías. Los días en la preparatoria estaban contados. Mis compañeros estaban felices por salir, al igual que yo, no es que no haya sido una etapa buena de mi vida pero es que estaba ansiosa por dejar aquel lugar.

Nos tomaron fotos con las togas individualmente primero, a lo lejos podía ver a mi amiga Kate con su mejor amigo, Fred, lo conoció en primer semestre, ambos se estaban riendo mientras que ella le acomodaba la corbata, los dos irían a la misma facultad si pasaban el exámen de admisión.

Cuando salgo de la fotografía individual, camino por el pasillo donde me encuentro con Esteban, del otro lado, trate de correr hacia otro lugar para no verlo pero fue tarde, mi nombre resonó por todo el lugar con su voz grave.

- ¡Marjorie! – corrió hacia mí, haciendo que su toga se levantara y pudiera ver sus pantalones de vestir - ¿Cómo te ha ido? ¿Saliste bien en la foto?

- Todo muy bien, y ¿tú?

- Sabes que soy todo un galán, las fotos son mi fuerte – no pude evitar reírme - ¿Estas nerviosa por el examen de admisión?

- Un poco pero es normal, espero que pasemos todos.

- Si, en verdad no se qué haré si no quedo en medicina. – parecía un poco preocupado, pasa sus dedos por su cabello.

- Ni yo, bueno en Psicología. ¿Qué harás después de terminar las fotos?

- Iré a comer con mis amigos, ¿Quieres ir? Te invito.

- No, gracias, también saldré a comer. Tal vez en otra ocasión.

- Ocasiones como esta no se presentan mucho. – bromea – Bueno, ven, vamos a tomarnos una foto juntos. Comenzamos y terminamos la carrera juntos. – pasa su mano por mis hombros y me encamina hacia su grupo de amigos - ¡Hey! Ayúdanos, tómanos una foto, por favor.

Nos acomodamos para la foto, ambos sonreímos con nuestras togas y el sombrerito de graduados, es como unos treinta centímetros más alto que yo, mido 1.50, aunque para mí todos son altos.

- Salimos muy bien, espero que la subas.

- La subiré cuando realmente nos graduemos, no te preocupes. Bueno, tengo que irme, Kate me está esperando. – le iba a dar un beso en la mejilla e irme pero cuando me acerque lo suficiente el me dio un abrazo y en mi oído susurro:

- Espero verte pronto. Cuídate.

No quería irme, pero si quería olvidarle, era mejor estar alejada. Antes ya lo había intentado, justo antes de entrar a tercer semestre, decidí que sería mejor no meter clase con él nunca más a pesar de que habíamos quedado en primero que durante los cuatro semestres estaríamos en todas las clases juntos. Cuando tuve la oportunidad de hacerlo, elegir el salón, decidí cambiarme a otro donde el no estuviera, sabia con perfección a cual entraría gracias al estado que comento en facebook que decía más o menos así:

Si te interesa, estaré en el salón 21, te espero.

No pude cumplir la promesa de estar juntos, no en ese entonces porque estábamos peleados, antes de terminar primer semestre fuimos a casa de uno de nuestros amigos, Dante, compramos comida y veríamos una película, solo recuerdo que estábamos todos bromeando, Dante coqueteo un poco conmigo pero la verdad es que no lo note o más bien no le di importancia y de ahí Esteban se puso extraño.

Todo comenzó en el comedor mientras comíamos. Yo no había terminado mi plato entonces se lo ofrecí pero no lo acepto.

- Dijiste que te lo comerías si yo no lo terminaba por eso lo he comprado

- Si bueno, no tengo hambre ya, no puedes obligarme a comerlo, Marjorie. – todos nuestros amigos se quedaron callados. – Ahí déjalo.

- Si quieres yo me lo como, Marjo – dijo Dante – No tengo ningún problema, y de eso a que se desperdicie, esta mejor ¿no? – Marisol comenzó a reírse por lo bajo y dijo:

- Déjalos a ellos pelearse, tú no te metas

- No nos estamos pelando – yo no la soportaba, era de esas chicas que hablaban mucho con Esteban y admito que me ponía un poco celosa a veces – Ten, come, muchas gracias.

- De nada, gracias a ti, tú que medas de comer. – Esteban se levanto de la mesa y fue a sentarse en la sala junto con Manuel y Xochil. - ¿Qué es lo que le pasa? – le dijo a Marisol, ella subió los hombros, yo actué como si nada hubiera pasado.

Mi madre llamo por celular y me comento que teníamos que volver a casa antes de que oscureciera, se lo comente a Esteban y este aun seguía molesto, entonces comenzó a hacer bromas molestas, me desespere y comencé a despedirme de todos para irme sola.

-¿Es en serio, Marjorie? No te irás sola.

-Entonces comienza a despedirte porque tenemos que irnos – tomando mi bolsa

-Pero la película aun no termina, quiero terminarla y después nos vamos.

-Bien, si quieres terminarla, termina.

-Gracias – sus amigos se estaban riendo de la escena, ellos siempre decían que cuando nos peleamos parecíamos un matrimonio.

-Pero yo me voy, no quiero problemas con mi mamá. – abrí la puerta, camine un par de pasos cuando escuche que se abrió de nuevo, Esteban estaba saliendo.

-Marjo, no olvides pasarme la tarea, ¿de acuerdo? Igual te mando mensaje mas noche para hacerla juntas, ¿sí? – dijo Xochil, me caía muy bien aunque cuando me gusto, Jimmy, me daban un poco de celos, mínimos, porque el siempre decía que estaba muy hermosa.

-Sí, claro, además tenemos que...

-Marjorie, ¿No tenias prisa? Si te ibas a quedar platicando, yo hubiera terminado la película, mejor – bufó y comenzó a caminar.

Cuando salimos de casa de nuestro amigo, comenzó a caminar mas rápido dejándome atrás, intentaba seguirlo, más que nada porque nos iríamos juntos a nuestra casa, pero estaba tan enojado, pero no podía seguir el paso, solo se detuvo hasta que le grite que me esperara.

-¿Por qué te pones de esta manera? No lo entiendo, no ha pasado nada haya dentro, te pones como histérico.

- Quería terminar de ver la película, es todo. – parecía que caminara más deprisa.

-¡Ay por favor! La has visto ciento de veces...

-Claro que no, es la nueva de rápidos y furiosos, yo no la he visto, no he podido ir al cine

-Ni siquiera estas enojado por eso, ¿Por qué lo estas realmente?

-No sé de que hablas – seguía caminando delante de mí.

-Ya no puedo más. No seguiré hasta que me esperes. – me detuve, giro a verme, se detuvo como unos dos metros enfrente. - ¿Tan difícil es esperarme?

-Caminas muy lento.

-¡Tengo los pies pequeños! ¿Por qué estas molesto?

-¡No lo estoy!- grito

-¡Pues parece que sí!- ahora yo grite.

-¡Estoy harto de esto! Dante siempre te dice cosas y tú nunca le pones un alto, ¡Es como si no te dieras cuenta de nada!

-¡Es que no me doy cuenta! ¿Qué rayos te pasa? Ya sabes que si no me dicen las cosas directas no se dé que hablan, además que importa si me está coqueteando o lo que sea, ¿Por qué te importa tanto? – Guardo silencio - ¿Ahora no dirás nada?

-No me gusta que te digan cosas, es todo. Me cae gordo, que no puedas decirles que dejen de hacerlo.

-¿Y porque lo haría? No tengo a nadie que me lo impida, no tengo novio, puedo hacerlo que se me plazca, ¿Entiendes? ¡Si te molesta tanto por qué no haces algo al respecto! – pase de prisa por su lado y sin querer golpee su hombro pero aun así seguí caminado.

Después de eso dejamos de hablar durante todas las vacaciones. No supe nada de él, hasta un mensaje a finales de verano. Pero fue por esa razón que aquel día de elección de clases, entre a la clase 18 para olvidarle.

No funciono.