Capítulo 5

4 2 0
                                    


Después de presentar el examen de admisión a la universidad, me fui con mi familia a una quinta que tenemos en un pueblito de la ciudad, teníamos dos cabañas para poder quedarnos a dormir pero a mi madre no le gusta quedarse a dormir, no, después de que hace unos años en la quinta de una tía entraron a robar, desde entonces tienen mucho miedo por que vuelva a suceder lo mismo.

Jugaba con mi hermano, Lincoln, a lanzarnos pases con la pelota de fútbol, entre las dos cabañas mientras que nuestros padres miraban los frutos de los árboles para recolectarlos. Me sentía feliz y por un momento todas las preocupaciones de entrar a la universidad habían desaparecido, también aquellos sentimientos encontrados por todo lo que pasaba en mi vida.

Es tan increíble como convivir con las personas a las que amas puede cambiar tanto en tan solo un segundo y por un simple juego tan normal como aquel.

- ¿Sabes? Cuando sea grande quiero ser jugador profesional de fútbol

-Bueno, pues puedes lograr a hacerlo si te lo propones, solo debes de esforzarte mucho hasta lograrlo, Lin. - le lanzo la pelota.

- ¿Tu qué quieres ser de grande?

-Bueno, pues sinceramente no lo tengo claro, solo quiero hacer algo que sea tan grande para que cuando no este, me recuerden.

-Yo siempre te voy a recordar. - se acercó a darme un abrazo - Por lo lenta que eres en pasar la pelota - corre con ella hasta llegar al otro lado del campo. Debo admitir que es bueno jugando.

Después de jugar un rato, verifique mi celular si tenía mensajes, tenía varios pero el más importante era el de mi amiga Haydée:

Ella: ¿Cómo te ha ido en el examen? Creo que me ha ido fabuloso, pero tengo miedo de no pasar

Ella: Y ¿tu?

Yo: Bueno, pues tranquila, todos estamos nerviosos, pero nos ira bien.

Después de eso estuve un tiempo pensando, la verdad es que no tenía miedo, los nervios aún no se presentaban, estaba segura de que pasaría, había estudiado más de lo suficiente para ese examen así que tenía que pasar porque tenía que pasar, no iba a aceptar un no por respuesta de esa facultad.

Me gustaba esa carrera porque me encantaría ayudar a las personas con sus problemas, escucharlos, saber bien que es lo que sienten y en que puedo servirles para que mejoren mentalmente.

Nunca he imaginado estar detrás de un escritorio, firmando papeles, haciendo cálculos, administrando una empresa, siempre he soñado con estar ayudando a los demás, no importa muy bien en qué, pero ese era mi sueño, hacer todo lo posible parar servir al prójimo. Además, que mis materias favoritas son: Biología y Química.

Mis padres son muy tranquilos, les gusta estar arreglando el jardín o pintando las cabañas, siempre están haciendo cosas, la verdad es que a veces les ayudo, pero otras veces solo quiero descansar y no hacer nada en todo el día.

Mi hermana se la pasa quejándose porque ya se quiere ir a ver series, mientras que mi hermano solo quiere jugar fútbol, trato de ser buena hermana, pero a veces no estoy de humor para estar cerca de ellos y en estos momentos me encontraba sin ganas de nada.

Dentro de la cabaña me encontraba acostada en los sillones anaranjados, mi madre los había hecho hace como unos siete años, mi hermana estaba en una mecedora con la cabeza casi en el suelo y las piernas en el respaldo mientras que mi hermano se encontraba pateando la pelota contra la pared.

-¡Deja de patear la pelota! - mirando a su celular - ¡Vas a romper algo!

-¡TU NO ME MANDAS! - le saca la lengua mientras seguía pateando la pelota

-Deja de hacerlo, nuestra madre te va a regañar - dije esta vez.

-Lo dejare de hacer, si tu vienes a jugar conmigo...

-Solo déjalo de hacer y no hagas amenazas, quieres Lincoln.

-¡Ven! Vamos a jugar un rato, ¿Qué tal si tú eres la portera? - haciendo pucheros.

-Realmente no tengo ganas de jugar... mejor juega tu solo.

-¡Ya cállate, Lincoln! - grita mi hermana - ¡Que me estas desesperando! ¡Nadie quiere jugar contigo! - su cara se entristeció, tal vez sus ojos se pusieron un poco llorosos.

-Yo solo quería jugar con mis dos hermanas - dijo casi como un susurro y se fue a jugar solo.

-No tienes por qué ser tan grosera - le dije, solía ser muy contestona y gruñona cada cuánto.

-Tu no me obligas a ser como soy.

Salí de la cabaña para ir a perseguir a Lincoln, antes de que fuera con mi madre a chismear lo que había pasado, pero era tarde, a lo lejos podía ver como mi hermano le contaba las cosas y podía apreciar el rostro de nuestra madre antes de que nos gritara.


Es curioso como las cosas pasan, ¿No creen? En verdad estoy en ese punto de querer olvidar a alguien, pero por más que trato, no puedo hacerlo. Todas las cosas me lo recuerdan, el aire, el cielo, las nubes, los árboles verdes, aquel carro gris, algunos olores que me recuerdan a su perfume. Es como ámbar con una mezcla de fresco y madera, delicioso, no hay aroma mejor que ese.

Estaba a punto de dormir cuando mi mente se puso a pensar en Esteban, anhelaba demasiado que me hablara, que me preguntara como estaba, platicar un poco de nuestro día, quería solo saber cómo estaba.

Mi celular comenzó a vibrar. Cuando lo prendí, me desilusioné rápido, ya que solo era el grupo de mis amigas: QUEENS FOR EVER, con una coronita al final.

Kate: Amigaaaaaaaaaaaaaaaaaas les tengo un chismesotee!!!!!

Haydée: Pero ¿Qué ha pasado?

Haydée: Cuéntanos todoooooooo

Yara: ¿¡Porque te tardas tanto!? Solo suéltalo...

Kate: ¿Se acuerdan que les conté de Noé?

Kate: Bueno, ¡¡¡¡Tiene novia!!!!

Yara: Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Kate: Se los juro

Yo: ¿Pero no tiene como tres meses en el extranjero?

Haydée: No puede ser, que increíble, ¿Cómo te sientes?

Kate: Estoy bien, la verdad, no se preocupen...

Kate: Estoy esperando con ansias que comience el verano, tal vez sea mi año y encuentre a alguien.

Claro, me había olvidado del verano, en la tercera semana de junio siempre se realiza un campamento de verano, nosotras nos anotamos para auxiliares de los niños, es divertido, nosotros los cuidamos, ponemos actividades, jugamos con ellos, entre otras cosas, pero son dos semanas de pura diversión y ahora que estábamos de vacaciones tendríamos que ir definitivamente.

Estaba apagando mi celular, cuando volvió a vibrar, no quería volver a entrar y estuve discutiendo conmigo misma si tenía que verlo o no, me decidí que, si lo vería, entonces fue ahí cuando mi corazón latió con mucha rapidez.

Estebancito: Hola, ¿Cómo estás?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Qué más puedes hacer, si no es vivir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora