¿El Amor es real o solo un juego de niños?

¿Contigo empecé a morir?

Un día estaba caminando por un parque tan lleno de flores silvestres de muchos colores y en eso logré ver dos rosales de colores muy extraños

Uno de ellos era de un color como morado y de toques rosas cada pétalo, mientras que el otro era de rosas rojas como la sangre. He de admitir que las rosas siempre han sido mis favoritas.

Mientras estaba admirando aquellas bellas flores a lo lejos se encontraba un chico un poco sombrío, pero también se notaba que estaba triste ¿Qué hará ese chico en aquel lugar?

Tanta fue mi curiosidad que me acerque a hablarle y en cuanto el volteó a verme sentí como una serie de escalofríos pasaron por mi cuerpo, de la punta de mi cabeza hasta las puntas de los dedos de mis pies.

Era el chico que me gustaba, pero esta vez se vería muy diferente, se veía como otra persona se veía tan tan triste, como un cachorro abandonado en la calle. Y tenía en sus ojos una mirada tan triste... Tan solitaria, que en verdad me dieron ganas de abrazarlo, pero en cuanto me acerqué un poco más el me dijo

— ¡Aléjate! No quiero estar con nadie.

Pero pude notar como cada palabra que salía de su boca se despedazaba en el aire. Lo único que pude contestar fue:

— Tranquilo, no te voy a hacer nada, solo quiero charlar y ver porque estás tan triste.

Entonces fue cuando el solo volteó a verme y posó sus ojos sobre los míos y me regaló una sonrisa muy grande, con sus dientes blancos y sus labios tan grandes que dan ganas de besarlos cuando los tienes cerca. Y en eso... Sonó mi tono de llamada rompiendo mi burbuja y haciendo que mi color de piel se volviera tan roja como un tomate.

Y como era de esperarse era mi mamá quién me andaba buscando para decirme que tenía que llegar a casa porque habían llegado visitas "muy importantes", aunque realmente no tenía ganas de ver a nadie.

Pasaron las horas en aquella reunión tan aburrida cuando decidí abrir mi celular y me dispuse a revisar mis redes sociales y de pronto apareció un perfil desconocido por el nombre pero no de rostro. Era aquel chico que había visto en la escuela, no podía creerlo, había encontrado el perfil sin darme cuenta.

Después de un rato (alrededor de 5m minutos), solo apague el teléfono y salí al patio donde se encontraba mi árbol favorito. Un pino tan alto que la copa se perdía en las nubes, recuerdo que mi Padre me contó que cuando yo era muy pequeño, mi abuelo (su padre) lo sembró ya hace varios años atrás.

Estando en mi lugar favorito en la tierra nada podía hacerme sentir mal, todo era tranquilidad, es uno de esos pequeños lugares que aunque no sea tan bonito, puesto que no tiene grandes flores de colores se vuelve un espacio tan cómodo y placentero un lugar del que no quisiera salir nunca y vivir mis aventuras leyendo libros de todo tipo.

Pero... Hoy era diferente, no dejaba de rondar en mis pensamientos aquel perfil, ese chico tan amable y a la vez tan sombrío que hacía en mi que me intrigase más por el.

En fin, no podía hacer mucho, ya estaba en casa y quien sabe si ese realmente sea su perfil de Facebook. Solo queda esperar que algún día me lo vuelva a encontrar y ganar valor para hablarle.

Pero si de algo no estaba seguro, es que ese mismo chico fuera la persona más linda y tierna del mundo, que fuera el novio perfecto para mi aunque eso ya lo veremos más adelante.

Solo queda decir que aún me preguntó cómo es posible que no me diera cuenta desde un inicio que mi amor por el iba a ser tan tóxico que me podría llegar a hacer daño... Quisiera hacerlo entendido, pero no fue así y aquí sigo amando le y conociendo lo cada día más y más.

*Comentario del autor:
— Hola chicxs espero que les empiece a gustar la historia, trataré de ser lo más constante posible y pues si tienen alguna duda, comentario o sugerencia no teman en comentar que yo los leeré y les contestaré a la brevedad. En fin, si les va gustando háganmelo saber.

Los amo.      —Mixtli—