"Déjese conquistar, usted tiene muchos que la pretenden, pero va a llegar alguien que merece que le entregues todo."- me dijo esa niña que alguna vez me leyó los ojos.
"¡Qué va!"- me había dicho yo a mis adentros; que para qué quiero a alguien, que cuál era el sentido de entregarse a otra persona, que igual hoy día hasta los sentimientos estaban corruptos, que qué niña tan rayada.
Pero vos, cielito...
Me llegaste sin previo aviso y tiraste abajo todas mis barreras. Lo hiciste suavemente, con delicadeza, pero de prisa, y en contados días ya estabas dentro de mi cabeza, de mi corazón y alma dando vueltas, danzando, cantando a mis adentros cancioncitas.
No podría explicar con finos detalles toda aquello que me haces sentir; no sé si existan palabras adecuadas, no sé en cuál idioma, letra, tilde, punto o coma se encuentre desglosado mi sentir. No tengo claro en qué momento me rendí ante el querer amar(te), sin peros ni trabas, sin importar estar lejos o cerca.
Sólo sé que has despertado algo aquí dentro, en mi pecho, y que esta (no tan) vieja máquina de bombeo ahora encuentra una razón más para latir.
