°•Capítulo 02•°

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–¡Te voy a ganar, Richie!.– Comentó Connor mirándole de soslayo mientras andaban en sus bicicletas, de vuelta al pueblo luego de haber estado juntos gran parte del día.

–Ja, eso es lo que tú crees jodido idiota, muerde el polvo.–  y así fue como Tozier pedaleó más rápido pasando al lado de él sacando mucha distancia de ventaja entre su bicicleta y la propia.

Cuando ya iban adentrándose en el pueblo ambos distrajeron su mirada y la fijaron en los alrededores temiendo lo mismo: a Henry. Al ver que no había nadie avanzaron lentamente y Richie cada vez se acercaba más a su casa, su pedaleo fue más lento ahora y el del contrario también entendiendo el mensaje.

–Lo pasé muy bien hoy.– mencionó  Connor.

–Oh... Yo igual, podemos repetirlo. Osea, sólo si tú quieres, ya sabes.– Luego de lo ocurrido con Henry era normal que Richie se sintiera inseguro con las invitaciones que le hacía a Connor.

–Me gustaría mucho.– El rubio le sonrió y fijó sus ojos en los de Tozier, esperando una respuesta, el atardecer poco a poco se iba y la luz tenue del sol rojizo se posaba en sus espaldas brindándoles el último calor del día.

–Te veo pronto entonces.– Dijo esto bajándose de la bicicleta quedando frente a frente con el primo de Bowers mientras acomodaba sus gafas.

El rubio asintió deteniéndose, sus ojos seguían buscando la mirada de Richie y éste prontamente correspondió. No podía quitarle los ojos de encima, debía reconocer que la luz natural del sol en ese momento le favorecía a sus ojos azules, se veía hasta un tanto encantador. En ese momento no se escuchaba ni un alma, mas que el viento tímido del verano que tiende a refrescar la tarde atravesando por los árboles dejando que el aroma de las flores inunde de a poco las calles iracundas de Derry.

–Estaré sólo por unos días acá...– De pronto Richard volvió a la realidad cuando Connor habló.

Y cuando el bocazas disponía para hablarle vio tras del rubio una silueta más que familiar y para fortuna de él no era Pennywise, sino que alguien mucho mejor. De pronto el rostro de Tozier parecía iluminado por una sonrisa cuando miró bien detrás de Connor.

–¡Eds!.–

El niño más bajo escuchó aquel llamado, pero no hizo más que fruncir el ceño, según él porque lo llamó Eds y no por lo que estaba viendo a medida que venía caminando.

Por otra parte, Connor volteó para ver a quién estaba llamando el muchacho de gafas y quién podía ser tan importante como para interrumpir en aquel momento. Lo único que vio él fue a un niño bajito, escuálido sin gracia con un ceño demasiado fruncido.

–Ya vengo.– Fue lo único que dijo Richard mientras se disponía nuevamente a subir a su bicicleta para encontrar a Eddie en el camino.

Estaba contento de verle no tenía para que disimularlo, sobretodo ahora que el grupo se había separado momentáneamente, hacían días que no veía a ninguno del club de perdedores y si bien los extrañaba a todos, sin duda a Eddie Spaghetti lo extrañaba más que a nadie.

No iba a perder la oportunidad ahora que lo tenía en frente.

–Oye, cariño. ¿Estás sordo o qué?. Vengo gritandote hace varias cuadras.– Le dijo Richie cuando llegó con su bicicleta frente a él.

–No esperaras que te responda esos llamados tan vulgares.– Dijo el más bajo parando en seco su caminar cuando se topó con Tozier.

–Oh, lindo. Son muestras de cariño, a tu mamá le gustan.–

Eddie rodó los ojos cuando escuchó aquello.

–Me debo ir. Tengo frío, y no traje un sweter. No quiero agarrar una pulmonía.–

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2019 ⏰

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