Sueños y Dolor

Una pizca de felicidad

¿Una luz?...

Abrí mis ojos levemente ante esta luz tan amigable, estaba acostada en el césped de un campo hermoso lleno de flores, el cielo estaba despejado y su sol era reconfortante.

Mire a mi al rededor y en la parte de atrás vi una cabaña de madera oscura preciosa,tenía tres sillas afuera y una radio en una mesita pequeña que estaba a la par de una de las sillas.

Mire de nuevo al frente y a lo lejos vi unas siluetas conocidas, veía como una de ellas recogía flores,otra de ellas corría por el campo con un perro bastante grande y lindo, y la última estaba leyendo el periódico mientras fumaba una pipa.

Decidí pararme y acercarme lentamente a ellos, cuando llegué giraron hacía mi y me di cuenta que eran mi familia, mi abuela tenía un cesto con muchas flores que tenían un hermoso color, levante la mirada y ella me sonrió, su sonrisa era muy bonita y tenía un aura tan amistosa. Me giré a mi prima que se había sentado en el suelo mientras acariciaba a su perro, los dos se veían realmente felices y tenían un aura muy energética. Finalmente me giré hacía mi abuelo que tenía un olor muy fuerte a tabaco, su mirada era seria e intimidante, pero a pesar de eso me sonrió con dulzura y me acaricio mi cabeza como si me estuviera premiando por algo bueno que hice.

Mi abuela se fue caminando a la cabaña y todos la seguían, hasta yo que no sabía que íbamos a hacer.

Apenas llegamos mi abuelo se sentó en una de las sillas de afuera a escuchar radio y seguir fumando, mientras que mi abuela fue para adentro y ordenó las flores para colocarlas de decoración, el perro de mi prima se había quedado en la entrada acostado y ella le ayudaba a mi abuela. Cuando terminaron les ayude a cocinar, fue realmente divertido, no recuerdo de que hablamos, pero la sensación de felicidad me invadía y no podía imaginar un momento más feliz.

Terminamos de cocinar y ordenamos la mesa para comer,llamamos a mi abuelo que estaba afuera y nos sentamos todos juntos, mi abuela le daba gracias a Dios,mientras que mi prima comía sin más y mi abuelo seguía escuchando la radio que había dejado encendida, yo me límite a comer sin más, despacio y feliz por estar todos juntos.

Pasaron 15 minutos y ya habíamos terminado todos de comer, mi prima se había ofrecido a lavar los platos y mi abuela fue afuera a sentir la brisa del viento, salí de la cabaña y miré como su largo cabello negro parecía que bailaba con la brisa.

Estaba cayendo el atardecer, nos quedamos hablando un buen rato, mi abuelo contaba sus logros de bailarín de cuando era más joven, mi abuela disfrutaba hablar de lo mucho que le gustaban las flores y mi prima hablaba de chicos y lo aburrido que era el colegio. Cuando terminamos de hablar decidimos ver la puesta del sol, era verdaderamente bella, " estar viva...para presenciar este tipo de paisajes es realmente un privilegio " fue lo que se me pasaba por la mente.

En ese momento no me había dado cuenta, estaba tan inmersa en mis pensamientos y en admirar lo bello del atardecer, de que mi familia estaban caminando de vuelta, pero...Esta sensación, es diferente, se veían felices, pero no podía moverme, quería gritarles que no se fueran sin mi, pero mis palabras no salían, quería alcanzarlos, quería que no me dejarán atrás, me invadía una sensación fría y solitaria...

Cerré mis ojos y al abrirlos de nuevo me encontré en mi cama, estaba con las mejillas húmeda y sentía mi cuerpo adolorido.

- ¿Fue solo un... sueño?... -
Y ante ese pensamiento me derrumbe y lo único que hice fue llorar en silencio en mi fría y oscura habitación.