Capítulo I

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NO HAY REMEDIO

Bakugo apretaba fuertemente su mano, estaba desquiciado por dentro, sus compañeros no hacían más que hablar y comentar todo lo que había sucedido recientemente en las clases.

Todo era tan aburrido... que le desesperaba.

Estaba por chillar diciendo "CALLAOS O LO LAMENTAREIS, INÚTILES" pero un golpe cortante lo detuvo, era Aizawa Shouta.

-Bakugo más te vale que vengas. Es importante. -Mencionó el de mayor edad sin poner ninguna expresión en su rostro.

Lo miró amenazante. ¿Qué demonios decía esa oruga con cara? Chasqueo la lengua.

-¡No me digas lo que tengo que hacer!- Saltaron diminutas explosiones de sus manos. Estaba muy furioso.

Ahí sí que se callaron todos.

Por fin, pensó.

¿Qué era tan malditamente importante...?

-Acompáñame. - Chasqueó la lengua y le siguió, cerró con un portazo. Y mirando a todos con una mirada asesina.

-¿Bakugo-kun estará bien?- Uraraka se preocupó por la escena recién ocurrida hace unos minutos.

-Supongo que Katsu estará bien. No será nada. - Izuku le respondió a Ochako intentando tranquilizarla.

Cosa que no funcionó. En absoluto.

Bakugo y Aizawa llegaron a la enfermería, recobrery Girl estaba allí esperándoles.

-Sois lentos. - La anciana les dio con el bastón a los dos como regañina. - Esto es serio, chico. - Mencionó mirando al joven de pelo rubio, este sólo gruñó. Esperó unos segundos para darle otra vez con el bastón que la mantenía en pie. - No gruñas, que no eres un perro.

-Tks.. Shine. - Dijo reprimiendo gruñir, maldecir y matar a la mujer de avanzada edad.

No dio ningún rodeo.

-Con el tiempo te quedarás sordo. -

Palideció más de lo que se esperaba.
Sus ojos de ensancharon a su mayor capacidad y al intentar pronunciar alguna palabra, éstas no salieron de su boca.

Ahora se puso a explicar la razón.

-Excucha, Bakugo, es por culpa de tu quirk, al expulsar explosiones de gran intensidad llega el momento en el que tu oído no lo soporta más y deja de escuchar. No será inmediatamente, por supuesto, pero yo diría que en unos pocos meses, si tus explosiones siguen así, te quedarás más sordo que yo. - Sentenció la mujer.

-Pero no será algo definitivo ¡¿no?! - Intentó no chillar más de la cuenta. No quería que fuera cierto.
No podía ser cierto.

-Lo más probable es que sí que sea definitivo.- Se quedó sin habla.

-Oye, Bakugo... Yo me plantearía lo de volverme un héroe. Un héroe sordo... No puede oír la llamada de auxilio o al villano acercarse. Podrías ponerte tapones en los oídos para entrenar... pero no funcionarán eternamente. -Su tutor dio su opinión con sinceridad.

NO, ESO SÍ QUE NO, ¿¡RENUNCIAR A MÍ SUEÑO DE SER EL HÉROE MÁS FUERTE DE TODOS?!

NI LOCO. - Pensó.

REALMENTE ESTABA CONDENADO POR SU PROPIO QUIRK.

-¿¡Y qué pasa con todos esos aparatos que hay para escuchar?! - Tenía que buscar una solución.

-Sería inútil, aunque te devolviera la capacidad de escuchar tus explosiones te harían llegar al mismo punto, como un bucle. - Teorizó la mujer. Bajó la cabeza, lamentándose internamente por el muchacho aspirante a héroe. Al fin y al cabo era arrebatarle su sueño desde niño.

Suspiró.

-Veremos si le podemos poner alguna solución. Por ahora no hagas explosiones muy fuertes y no alces la voz.

Ella no añadió nada más.
Él no preguntó nada.
Y Aizawa no hizo nada.

El silencio se aferró a la estancia sin querer salir de ella.
No sé escuchaba nada. Ni siquiera las respiraciones de los que estaban allí.

Shouta le hizo un ademán a Katsuki para que volviera a clase.
Este obedeció procesando lo recién ocurrido.

Uraraka se dio cuenta de la aparición del joven aspirante a héroe, notó enseguida que su "bakuaura" estaba más rara de lo habitual, estaba decaído, mirando al suelo, con el rostro sin vida. Como si le hubieran quitado una parte importante de su vida hace pocos minutos.

Poco más tarde el profesor Aizawa entró y dio la tarde libre a los estudiantes porque debía resolver unos asuntos recientes.

-Deku-kun, Iida-kun, luego os alcanzo. ¡Adiós!. - Les dijo la castaña alegremente.

Ochako aprovechó para acercarse a Bakugo. Este estaba a punto de irse de allí pero lo logró detener.

-¡Bakugo-kun! ¡Espera por favor!- Este giró el rostro y alcanzó a ver los grandes ojos chocolate de ella. Paró en seco.

-Ahg ¿qué quieres Cara redonda?- Se calmó un poco ante la presencia de ella. Aunque seguía mal. Bastante mal.

-Bakugo... La verdad es que cuando has vuelto, he notado cómo tu bakuaura a cambiado repentinamente. -Puso tono de tristeza. - Estás algo triste.

Se sorprendió, lo había adivinado a la primera, sin titubear.

-Pase lo que me haya pasado no es de tu incumbencia, además tengo prisa.- Miró al rostro de la pequeña, tenía agallas, y sabía cómo se sentía.

-¿Qué tienes que hacer para tener tanta prisa?-No se rendía fácilmente.

-Tengo que acabar los ejercicios de matemáticas. ¿Ya estás contenta? - Se lo inventó completamente y no pasó desapercibido por ella.

-No, ya los has acabado. - Él se quedó asombrado y confundido.

-¿A qué demonios te refieres? - Cuestionó desafiante. Amenazante, pero sus amenazas no surgían ningún efecto en ella.

-Te he visto acabar todo lo de matemáticas. Has terminado. - Seguía insistiendo, ahora ella sonreía desafiante.

Suspiró, era imposible engañarla, era demasiado astuta.

-Seguramente te encerrarás en tu cuarto a dormir. - Ella sabía que era la costumbre del muchacho explosivo.

-No te lo diré y ya está.

Fruncieron los dos el ceño.

-¡Pues no me separare de ti hasta que averigüe lo que te tiene así!- Ella puso la mano en sus hombros para dejarle claro que iba enserio, que no era una broma.

-¡Haz lo que quieras, Cara redonda!- Él se fue, seguido por la chica de baja estatura que no pensaba dejarle hasta que hubiera averiguado la razón repentina de su extraño cambio de humor.

No pudo evitar sonreír ante las acciones de la chica. Su sonrisa fue casi imperceptible, sin embargo ella la notó.

-Eres muy lindo cuando sonríes Bakugo-kun. - Declaró sin miedo a ser aplastada.

Este se sonrojo violentamente.

-Tsk... Shine- dijo casi en susurro. Estaba procurando no gritar para no lastimarse auditivamente.

Siguieron caminando el uno al lado del otro. En silencio. Tranquilamente.
Como dos buenos compañeros de clases... O tal vez otra cosa.

DEAFNESS [KACCHAKO]{[\COMPLETA\}] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora