DEAFNESS [KACCHAKO]{[\COMPLETA\}]

Capítulo II

-¡Buenos días Bakugo-kun! - nada más pronunciar estas palabras, la chica de cabello marrón y baja estatura, se acercó a Katsuki.

-... - Este no dijo nada, ciertamente le gustaba el descaro de la chiquilla y no le molestaba su compañía. Algo cómo con Kirishima. Los dos se habían ganado su respeto.

-Lo seguiré intentando, hasta que lo sepa. - Ochako puso determinación en sus palabras.

-Sólo no molestes, cara redonda. - ¿Estaba bromeando? Ella nunca le molestaría, pero no era algo que fuera a decir así cómo así.

-No lo haré Bakugo-kun. Pero hablaré más contigo... - Se volvió a quedar callado. No sabía bien que responder.

-Tsk... - Se alejó de allí y Ochako respetó el que se fuera. Ya sacaría una excusa para enterarse de lo que Katsuki no quería que ella se enterase.

-Hasta luego Bakugo-kun. Te veré más tarde. - El de mayor altura lo escuchó claramente y agradeció que no hubiera gritado.

Se dirigió a la 1a pensando que Aizawa tal vez ya había llegado y que estaría esperando al reguero de los dos, porque seguramente toda la clase ya estaba allí.

"Sólo queda correr un poco hasta llegar a clase y no ganarme ser expulsada" Pensó Uraraka.

Corrió lo más rápido que pudo, lo malo es que su destino ahora mismo le pillaba un poco lejos...

Ya había cruzado la mayoría del recorrido, fue a llamar a la puerta para entrar y pedir perdón por el retraso cuando paró en seco.

Se le había olvidado algo... O alguien ¡BAKUGO-KUN!

Pov Ocha

Miro mi reloj... Quedan cinco minutos para que la clase dé comienzo... creo que me da tiempo a buscarlo.

Porque... ¿Él ha ido en dirección contraria?
Estoy casi segura de que sí.
Pero... ¿Y si ya está en clase?

Mis ojos color café se aventuran a mirar en aquellos cristales de la clase.
Repaso cada uno de los asientos... No está... Y tampoco está Aizawa-sensei...
¿Bakugo-kun sabe que hay clases?
Claro que sí, es de los mejores alumnos de toda la UA.

¿Y si le envío un mensaje para que me diga donde está?

Vale... Voy ha hacer eso.

Pov 3a persona

Ochako se apartó un poco del lugar.
Cogió su móvil y buscó el contacto de Bakugo. Seguía con su móvil de tapa.

                 Bakugo-kun :3

      Bakugo... ¿Dónde estás?//6:30✔️✔️

¿Qué te importa Cara redonda? 6:32

     ... Es que hay que ir a clase. :/6:32✔️✔️

...

       Por favor... Bakugo-kun :( si no nos van a expulsar, ya sabes como es Aizawa, por favor... :(✔️✔️

Ya voy maldita sea...

                                                   :) ✔️✔️

Apagó el móvil y esperó a que Katsuki llegara, que por cierto no tardó nada, y todo gracias a su quirk. Cosa que no debió usarlo, ahora le dolían un poco los oídos.

No tardó en volver Katsuki con los ojos rojos, pero no por el color natural de sus iris, estaban llorosos. Por acto reflejo levantó la mano para preguntar pero estaba segura de que no le diría nada. Decidió no preguntar. Lo haría luego.

-Bakugo-kun, ya llegamos tarde. ¿Vamos? - Ella le sonrió y este se sonrojó levemente.

-Tsk, de acuerdo, Cara redonda... - Con esa maldita sonrisa y esa cara redonda... Ahh... Quería aplastar esos mofletes.

-Extras, llegamos. - De un momento a otro Katsuki abrió la puerta de una patada. Luego una cabeza de color marrón asomó para mostrar la linda cara de la chica que manipulaba la gravedad. Se disculpó inclinándose.

- Siento mucho el retraso Aizawa-sensei, tuve que contactar con Bakugo-kun para que viniera. - Uraraka hizo una reverencia y Katsuki no tuvo opción que imitarla a regaña dientes, Uraraka le convenció.

Aizawa los miró por unos instantes, ese par como pareja siempre le había llamado la atención. Haría como cualquier profesor emparejando alumnos... A su manera. - Mmmm... Ya supongo que tenéis vuestros motivos pero estáis castigados hasta mañana por la mañana en la sala común. No podréis salir. Y los demás no les podéis dirigir palabra alguna. Sentaos y continuemos la clase. - Sentenció el tutor a sus alumnos severamente.

Bakugo y Uraraka cruzaron miradas y agradecieron internamente que no los hubiera matado... Y tampoco les importaba cumplir con el castigo el la compañía del otro. Y se sentaron en sus sitios.

El de cabello rubio no podía seguir evitando darle vueltas al tema una y otra vez, intentando, desesperadamente una buena solución para seguir estudiando para ser héroe y salvar a los demás. El tiempo pasaba y de vez en cuando, dirigía una mirada rápida al reloj de pared que estaba colgado encima de la pizarra.

Atendió a las clases como pudo suspirando de frustración de vez en cuando, estuvieron repasando tácticas para sorprender a los villanos en diferentes escenarios y cuando llegó el recreo, una horda de alumnos se dirigió, por tercera vez como una avalancha, por el marcó que adornaba la puerta.

Nuevamente quedaron ellos dos.

Bakugo y Uraraka.

Ciertamente cualquiera pensaría que los dos lo tenían planeado todo y lo único que querían era verse a escondidas, como si tuvieran una relación secreta. Cosa que no se parecía ni por asomo a la realidad, ciertamente, ninguno de los dos tenía claro qué tipo de relación tenían, pero eso no lo resolverán ahora.

-Bakugo-kun, no te olvides de mí, estaré aquí, contigo, en el momento que lo necesites. - Ella se acercó a él y al notar de nuevo los ojos enrojecidos por las lágrimas, y algunas gotas cristalinas salir de estos, le puso con cuidado la mano en la cara, con mucho cariño y con el pulgar, secó la gotita de agua salada.

El de cabello rubio, se limitó a mirarla a los ojos, que lo habían fascinado desde que la conoció con ese marrón chocolate y esa cara redonda que la hacía ver como una tortita viviente, esto último causó una leve sonrisa en él. Finalmente Uraraka acabó retirando la mano de su rostro, ese momento parecía eterno y por extraño que pareciera a ninguno de los dos le hacía ilusión que terminase.
Ella salió por la puerta en silencio y se alejó para alcanzar a sus amigos.

-Gracias- fue lo único que le respondió a la de mejillas redondas, aunque Ochako nunca le oyó decir aquello.