Capítulo III

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El de mirada fulminante, estaba en una especie de trance, hasta que gracias a su amigo de dientes de tiburón, le ayudó a salir del trance dándole una palmada y una sonrisa mostrando sus dientes blanquecinos.

Bakugo levantó la mirada algo sonrojado por las anteriores palabras de la castaña flotante, aunque, estaba extrañamente triste, estaba claro que algo le pasaba, o por lo menos de esa manera los percibía el héroe Red Riot.

-¿Todo va bien Bakubro? - Este no contestó a la primera por lo que Eijiro insistió en su pregunta, cosa que acabó irritando a Katsuki.

-¡Maldito tiburón, te mataré maldito! - Y el volcán Katsuki Bakugo estalló sin problemas. Y mientras el amigo del cenizo trataba de salvarse y salir con vida de allí, él héroe de personalidad explosiva, tiraba pequeñas explosiones por sus manos.

-¡¡No huyas cobarde!! - La preocupación de su amigo de una manera u otra hizo sentir un poco mejor a Bakugo, aunque le seguían doliendo los oídos... Era algo inevitable. Le persiguió por toda la Yuuei hasta llegar al patio y almorzaron los dos junto con Mina, Kaminari, Kyoka y Sero.

El patio acabó y todos los alumnos de todas las clases subieron a sus aulas para continuar, el rubio cenizo seguía teniendo la mirada apagada y estaba más silencioso y callado de lo habitual, cosa que pocos podían notar a parte de Aizawa, que conocía bien el motivo de tan repentino cambio de humor.

Uraraka no paraba de hacerse preguntas de por qué el 'bakuaura', así le gustaba llamarlo, estaba tan... Rara. Giraba la cabeza de vez en cuando para verle y determinar su estado por su comportamiento, las conclusiones de la castaña fueron que algo fuerte debía haberle pasado para estar así, para ser como un fantasma sin vida, silencioso y hasta un poco escalofriante.

Ella ladeó la cabeza para ver como Bakugo tomaba notas de la explicación que estaba proporcionando el tutor de la 1 a. Miró su libreta donde anotaba lo mejor que podía la clase, sin embargo entre que estaba al final de la clase y no acababa de concentrarse. Subió la mirada al techo y pudo notar que Shouta, la estaba mirando para que se esforzara más en la clase. Ante la llamada de atención, hizo caso y volvió a concentrarse.

Sin embargo... Era complicado sabiendo que al rubio le pasaba algo que le preocupaba bastante, como si le hubieran quitado algo preciado para no regresarselo, quería ayudarle, ella... Quería ser su pilar, para que vuela a gruñir y a gritar... Y también que de vez en cuando se le escape una pequeña sonrisa, eso bastaba, no necesitaba más... Aunque... Puede que no fuera así... Puede que nunca fuera así...

Aunque seguramente eso nunca pasaría... Nunca más...

Pasaron las clases con lentitud a pesar de que ella trataba de pasarlas de la mejor manera posible y ella estaba aparentemente en la actividad, su mente estaba en algo... O dicho de otra manera alguien que últimamente estaba mucho en sus pensamientos...

Y por fin acabaron las clases... Ya que el profesor había dicho que no podía hablar con alguien que no fuera Katsuki en ese momento, se acercó al rubio, este seguía con su 'Bakuaura' alterada... No pudo evitar seguir preocupando a la castaña de ojos color chocolate.

Y como también era de esperar, el rubio de ojos rojos como el mismo infierno se dio cuenta y la miró a las pupilas, esas que le causaban un pequeño cosquilleo, ella le aguantó la mirada desafiante dispuesta a cumplir su objetivo. Volver a verlo gritar, maldecir y sonreír de vez en cuando.

-¿Qué miras tanto, cara redonda? - Alzó una ceja mientras continuaban con el duelo. Ella frunció el el ceño y apretó los morritos, a él le pareció un pequeño hamster tierno y suave, pero no sé lo iba a decir.

-Tus ojos. - Él pestañeó y un leve carmín llegó hasta sus orejas a ella le pasó igual y por eso decidió terminar... La frase. - Están decaídos.

Él se sorprendió por lo que había dicho ella, se quedó mudo por un instante y le costó un poco reaccionar-... ¿Sigues con esas cara redonda? Yo... estoy perfectamente. No me pasa nada. Soy el mejor en todo lo que hago y seré el héroe número uno en unos años y nadie me podrá detener. - Titubeó al principio mientras le miraba a los ojos, apreciando esas pupilas color café, le parecían bonitos.

A modo de respuesta, ella sólo frunció mucho el ceño y se acercó más a Bakugo, suponía que Aizawa les había dicho que los dos estaban castigados juntos para resolver sus problemas, suspiró y le puso una cara tierna a Katsuki, pestañeó y le sonrió con una dulzura y ternura infinita. Por su parte, el joven con dificultades auditivas se relajó instantáneamente, ya no parecía enfadado.

También suspiró y al ver cómo ella daba un paso más al frente y le tomaba la cara con esas manos, no le importó, no le importó en absoluto, es más, disfrutaba del contacto de las almohadillas de ella de su rostro...No supo qué decir, sólo la miraba confundido. Ella le hacía sentir bien.

'No te vayas' fue lo que quiso decir, pero no podía, sus cuerdas vocales no reaccionaban. Abrió la boca para intentar decir algo por segunda vez pero su voz tampoco reaccionó.

Una lágrima se le escapó al de mayor altura e intentó dejar de llorar sin embargo tampoco pudo, mierda... ¿Porqué precisamente ella tenía que verlo así de débil? Ella era jodidamente fuerte, él lo sabía perfectamente, siempre lo supo. Agachó la cabeza mientras dejaba que Uraraka con cuidado limpiara sus lágrimas.

La de mirada dulce no sabía lo que le pasaba pero se había prometido a sí misma que le ayudaría. Cuando estuvieron un rato así, él la miró y sonrió levemente.

'Gracias' le dijo con la mirada, ella lo entendió perfectamente y se fueron juntos a la residencia, calmados. Reconfortándose.

Pd: Gracias por leer :3

DEAFNESS [KACCHAKO]{[\COMPLETA\}] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora