Monster

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Finalmente estamos juntos pero no unidos.
Cada vez que los observo siento que los conozco menos.
El dinero los hace reacios a compartir y el egoísmo les hace decir que nunca tienen tiempo para nada. Dicen preocuparse pero jamás los vi en esta lúgubre casa un domingo lluvioso enfrentando la realidad.
Las uñas de ella están prolijas, pero su corazón inerte al darse cuenta que los semblantes de la gente que alguna vez crió ya no son familiares.
Estas personas jamás aprendieron el valor de la simpleza. Ella les enseñó la esencia de disfrutar la creación pero ellos guardaban alimentos por terror a la inanición.
Nunca vi una mujer tan hermosa y tan triste al mismo tiempo. Sus labios intentaban disfrutar y expresar el sabor del ágape pero solo se mentía una y otra vez. Sabía que le quedaba poco tiempo y no consiguió ser el remedio. El monstruo se escondió detrás de las mentiras. Lamento no haber sido el remedio.
En mis sueños sentía que podía alcanzarla, pero como siempre se terminaba escapando y salían de mis ojos lágrimas de niño, de niño malcriado.
Una mañana me llene de determinación y salí por esa puerta a buscarla, pero no pude regresar. ¿Qué fue lo que me pasó? Todavía me estoy esperando ¿acaso alguien me encontró? ¿a dónde se fue mi mente? Sabía que no sabia confiar en sus intenciones. Me dejo solo, con miedos y sin ella.
¿Cuál es el punto cuando ya no me queda nada?
Inferí que cargar con algo en mi interior sin poder definirlo es objeto de una frustrante exégesis. El punto es depender del gran misterio, no tratar de encerrarlo en palabras. Con esta impronta tomé una hoja, una lapicera y escribí:
"Apuntame, solo vas a despertar mi inseguridad. Insultame, solo vas a lastimar mi corazón. Matame, solo vas a separarme de mi cuerpo. Pero nunca me vas a separar del amor, porque es el único lugar en el que jamás deje de estar."
En ese instante mi mente se restableció y el monstruo se quedó sin escondite.

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