Apenas mi amiga confesó aquello, el chico dejó de mirarla y me miró directo a los ojos.
"No... yo, tú" dije nerviosa mirando a Grace "Tú dijiste eso y yo..."
"Ah, ¿no te parezco lindo?" preguntó él evidentemente muy drogado (por su pronunciación).
"¿La verdad?... no" dije mintiendo. Estaba tan nerviosa y apabullada por la situación que quise ser dura y sonó patético.
"Mentirosa" dijo Grace y estalló en risas. Mis piernas flaqueaban. Si, he coqueteado con chicos antes, muchísimos, no era una mojigata, pero mi excusa es que este muchacho tiene una mirada fuerte, le sangra la nariz por andar esnifando cocaína, no quería coquetear con alguien como él. Entonces me fui, un poco enojada y un poco divertida, pues reconozco que fue gracioso. Seguro ahora están riéndose de mi.
Me adentré a la casa y caminé hasta la sala, cogiendo un vaso que recién servían para jugar un juego. "Oye" me gritaron, pero me alejé de allí y seguí camino hasta la habitación de invitados de planta baja. La casa es de un chico que olvidé cómo se llama, pero siempre son aquí las fiestas y pues, me la conozco de memoria.
Caminé por la habitación hasta un mueble color gris opaco. Tomé un libro de arte renacentista y lo ojeé en la cama, estaba un poco borracha y con porro encima. El mal humor se me pasó y empecé a reírme por las poses de las figuras. Hasta que en un momento me caí de la cama y volqué toda la cerveza sobre el piso de madera. Seguí riéndome hasta que entraron a la habitación y miré dándome cuenta que era el chico alto y pálido con ojos verdes. Estaba serio, pero mi situación le pareció graciosa y miró luego el suelo mojado. Me ayudó a ponerme de pie.
"Tengo que ir a buscar algo para secar esto" dije aún riéndome. Él caminó hasta la cama y tomó el libro, pasó las páginas y se empezó a reír. Me miró y seguimos la risa.
"¿Te reías de esto Stella?" me preguntó.
"Es que... si, pues" tosí "¿Cómo sabes mi nombre?"
"Me lo dijo tu amiga Grace" dijo "Soy Timothée" dijo sonriendo.
Creo que no me olvidaré jamás su nombre.
