- Qué sí! Ya te he dicho que sí!. - Aquella subida de voz embistió un traje de susto en mi pecho. Los pasos de otro ser vivo se evidenciaron en el público salón de retretes. - ¿Qué, imbécil?, ¿Tengo algo en la cara?. -Por Dios Heachan, buscando la bronca hasta debajo de las rocas. Cerré el zipper de mis pantalones y limpié mis mojadas manos en un pedazo de papel cartunico color marrón, esto me parece una mala tontería.
- ¿Imbécil?. - Pude sentír los musculos de la cara de Heachan contraerse con disgusto, sentí asperos los dientes como si fuesen suyos.
Tiré de la puerta de un golpe y corrí hacia Heachan, este destrozaba el costoso rostro del otro tipo, se gritaban tonterías y sangraban, uno por la nariz y el otro por la cabeza.
— Heachan! Para! — me abalancié sobre su espalda. — Cállate! — me empujó bruscamente con la fuerza de su brazo.
— Heachan! Entra en razón!. — Grité con angustia, yo sentia nauseas de ver la sangre y la maleza tirada de animales salvajes. — ¡Heachan! ¡escuchame! - Eso era lo único que el tiempo y los sucesos no habían cambiado de el aún, aquella mirada sacudida de destructivas emociones.
Heachan
Entonces lo ví en sus ojos, lo ví a el, me ví en el, todo estaba en el. Mark seguía siendo un chico tranquilo y de buenos sentimientos, me tranquilizaba saber que era mentira todo lo que circulaba en mi familia sobre el, no tenía ningun tatuaje de maliante, tampoco algún pie fracturado, solo una escualidez más escualida que antes. Pero eso estaba bien, a mí me parecía bien.
— Heachan, escúchame.— Tomó mi cabeza con sus suaves manos de nube y algodón. — Todo estará bien, no te dejaré solo. — Mi cuerpo temblaba de rabia y la tranquilidad que el emitía me calmaba, desde un accidente en el que toqué el hospital, tengo ataques regulares de ansiedad y paranoía, en los que pienso que estoy en un sueño y que estoy muerto, nunca seré capaz de explicar el paníco y terror que me causa cada episodio, solo quiero gritar y correr y entrar en razón, pero algo de mí está ido y lo sé, no sé si he perdido la cabeza o sí realmente estoy muerto, no sé.
No sé, no sé, no sé, no sé.
No quiero saber, no quiero saber, no quiero saber, no quiero saber.Mis manos duelen y se entumecen bajo el vendaje, mirar a Mark me hace querer vomitar, lo extraño tanto que lo odio.