La infección de tu ida

11 0 0
                                    


Siempre tuve una teoría: que cuando escribías lo que pensabas dejaba de ser pensamiento y se convertía en realidad. No me deja, no me deja dormir por las noches el pensar que escribir mi miedo a perderte fue una de las principales razones por las que te alejaste. ¿Y qué me queda?, cientos de folios escritos, recuerdos emborronados y un corazón hecho pedazos. Se siente como una infección, ¿sabes?, comenzó por el pecho y se extendió tanto que me dejó lisiado el corazón y el alma. Tampoco sé cuántos días llevo tirada en la cama, pero las libretas llenas de mi dolor se comienzan a acumular en el suelo, tanto como las tazas de café, ya vacías, en la mesita. El tiempo de fuera tampoco ayuda a levantarme el ánimo, parece que las nubes se han unido a mi causa, intentando empatizar algo inempatizable, o simplemente porque les doy pena y por eso lloran por mí y no conmigo. Hasta el tiempo se apiada, que triste. Por no hablar de las plantas, que eran la única vida que residía en casa. Ya están podridas. Ya no hay vida en casa.

Parece que lo único que hice bueno cuando estuve contigo fue comprarme aquel vinilo de Lewis Capaldi, siendo en estos momentos la banda sonora de mi dolor, también fue amarte, pero ya veo que eso fue de todo menos bueno.

El único contacto con el exterior que mantengo es aquella ardillita tan mona que venía a pedirnos nueces a la ventana por las mañanas, esas mañanas cansadas de haber estado desgastándonos entre las sábanas en la madrugada. Llegué a pensar que envidiaba nuestro amor, que podía oler desde el árbol de mi jardín, ocasionado por los gemidos que me provocabas y los desayunos en la cama. Aunque con el paso al que voy mi único contacto va a ser el repartidor de la pizzería de la esquina, más bien, la que era nuestra pizzería favorita. Que te jodan, a ti y nuestros recuerdos, esa pizza está de puta madre.

《Random Shit》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora