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Habían pasado ya varias horas desde que la chica conoció a los Pevensie y tuvo un encuentro con un enano, Trumpkin, lo habían apodado Q.A. Querido amiguito, lo cual no le había parecido muy considerado a este.

______ estaba intentando dormir, pero no podía, había algo que no la dejaba en paz. Se levantó con cuidado de no despertar a nadie y se dirigió al bosque, no se adentró demasiado, solo quería caminar para despejar un poco su mente.

-¿tampoco puedes conciliar el sueño?-escuchó una voz atrás de ella. Se sobresaltó un poco a lo cual el azabache rió un poco divertido.

-Oh vaya, eres tú, no me había dado cuenta de tu presencia-

-Si, supongo nadie quiere despertar a Susan y que se quejé de que no pudo dormir sus ocho horas mínimas-la chica solo sonrió divertida ante el comentario.

Había algo entre ellos que les parecía extraño a ambos en el otro. Sentían como si se conocieran desde hace mucho tiempo.

-Edmund, ¿crees en el destino?-

La chica no podía quitarse esa imagen que había pasado en su cabeza cuando lo vio.

-Supongo que sí-respondió intentando sonar normal, aunque él sabía que no lo estaba. Él había tenido el mismo recuerdo solo que esta vez ella era quien aparecía diciéndole que jamás le olvidaría.

El momento se tornó un poco incómodo para ambos jóvenes, quienes sólo se dedicaron a caminar lentamente sin rumbo alguno.

-En realidad nosotros nunca quisimos dejar Narnia-dijo Edmund con un aire de tristeza-No entiendo porque Aslan permitió que esto ocurriera-

-No lo sé, así lo quiso, y supongo hay una razón, él nunca se equivoca- el azabache sonrió ante aquella respuesta.

A pesar de todo lo que estaba ocurriendo para Edmund por alguna razón la preocupación ya no le era de gran relevancia cuando estaba al lado de la chica, y el silencio que anteriormente les pareció incómodo ahora sólo era una prueba de que no necesitaban bastantes palabras para pasarla bien. Después de varios minutos de caminar juntos lograron entablar una conversación. La chica por pudo confesar su odio al reino de Telmar y sus injusticias. Y por su parte el chico pudo expresar por primera vez la desesperación que sintió cuando se dio cuenta de que la vez que persiguieron al siervo blanco pudo haber sido la última vez que estaría en Narnia, y lo feliz que se sentía al darse cuenta que esa posibilidad la podía descartar. Para la mayoría parecía un cliché de amor aquella noche, pero para ellos era un alivio el haberse reencontrado. Cuando alguien está destinado a amar no importa el tiempo, ni el lugar, sólo sucede. Y ésta podría ser la clásica historia de un cuento de hadas.





Ya seeeeee, capítulo corto y me tardé bastante, en serio les pido una disculpa, y prometo subir más constantemente. Los quiero y espero les guste el cap!

D R E ٨ M S [EDMUND PEVENSIE X TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora