Era viernes, durante toda la semana los días se veían soleados, pero de acuerdo al pronóstico de hoy, habrían fuertes lluvias, y dicho y hecho, así fue.
Pero al parecer de los cuatro únicamente Yoongi y yo nos tomamos la molestia de ver el pronóstico, pues éramos los únicos que llevábamos sombrilla.
Tanto Taehyung como Yoongi ya habían terminado con su actividad, así que como ellos se van por el mismo rumbo, se fueron juntos.
Terminé con mi actividad y fuí a calificarme, guardé mis cosas y saqué mi abrigo y mi sombrilla. Al salir del salón de clases ví a Jimin en la puerta cubriéndose debajo del tejado temblando de frío.
– Si estás esperando a que la lluvia pare, pierdes tu tiempo porque no lo hará durante la noche.– Lo miré y estaba por irse corriendo pero lo detuve extendiéndole mi abrigo.
– Jungkook, estás loco, hace mucho frío.
– Por eso te estoy dando mi abrigo.
– Pero...
– Soy más tolerante al frío que tú.– Insistí y al final terminé convenciéndolo, se veía tan adorable con mi abrigo ya que le quedaba un tanto grande. Ambos salimos de la escuela compartiendo mi sombrilla.
– ¿No te pudiste haber traído una más chiquita?– Dijo al ver que a penas y nos medio alcanzaba a cubrir.
– Bueno, por lo menos traigo una.– Lo miré y desvió su mirada un poco tímido.
Sentí cómo sujetaba mi brazo apegándose a mí haciendo que mi corazón latiera aceleradamente. Pero al menos ya nos alcanzaba a cubrir mi sombrilla mejor.
– ¿También te vas en metro?– Cuestioné al llegar al lugar y ver que Jimin no decía nada.
– Sí, tomo la línea naranja y son cuatro estaciones.
– ¿En verdad? Yo también.
Sonrió, cerré la sombrilla y entramos.
– ¿De dónde eres? ¿Por qué te viniste a Seúl?– Pregunté una vez ya adentro del vagón, él estaba sentado mientras que yo parado enfrente de él ya que estaba más lleno de lo normal y sólo él había alcanzado lugar. A decir verdad, era la primera vez que estaba con Jimin a solas y eso me ponía nervioso. Si tan sólo no fuera tan lindo, sería mucho más fácil al menos mirarlo a los ojos.
– Estoy en Seúl porque mis padres consiguieron un trabajo aquí, tampoco es como si me hubiera tomado bien la noticia. Soy de Busan.
– ¿En verdad?– Lo miré sorprendido.– Entonces ya somos dos, yo también soy de Busan.
– ¿Y tú qué haces en Seúl, Jungkook?
– Por lo mismo que tú, aunque ya llevo casi once años viviendo aquí. Tampoco quería irme.– Ladeé una sonrisa.
– ¿Y por qué?
– Porque allá era muy feliz con mi niño.
– ¿"Mi niño"?– Dijo confundido.
– Yo también era un niño.– Reí.– Era en esos entonces un niño con una hermosa sonrisa, cada que sonreía se le ocultaban sus ojitos, es lindo ¿verdad?– Él asintió.– Compartimos muchos momentos juntos hasta que tuve que irme. Entonces hicimos una promesa...
– Tú caso es parecido al mío.– Susurró.– Yo tampoco me quería venir a Busan. Tenía y tengo miedo de que ese chico llegue a lo que antes era mi casa y no me encuentre, pero también hay una posibilidad de que lo vea aquí, pues él se fue a Seúl y quizás siga aquí.
– Y no recuerdas su nombre.– Completé.
– Lamentablemente no, sólo recuerdo que le decía "Conejito".– Rió levemente.
Ese apodo se me hacía conocido, había una posibilidad de que quizás Jimin era ese mismo niño.
Antes de que pudiera decir algo, Jimin se levantó y me tomó de la mano para salir del vagón.
Ambos salimos y al salir del metro nos dimos cuenta que aún llovía, así que nuevamente volvimos a la posición de hace minutos antes.
Nos sorprendimos al ver que ambos tomamos el mismo camión y aún más cuando bajamos en el mismo lugar.
– De aquí me voy para allá.– Señaló su lado derecho.
– Yo me voy del otro lado.– Respondí mirando a mi dirección.
– Muchas gracias por compartir tu sombrilla.
– De nada sirve haberte protegido de la lluvia si al final terminarías mojándote.– Me quejé y sin que lo dejara hablar comencé a caminar y él comenzó a guiarme hasta llegar a la puerta de su casa.
– Es aquí. Ahora sí, muchas gracias por traerme hasta aquí, eres muy amable.
– No es nada...
– Te devuelvo tu abrigo.– Comenzó a desabrocharlo y negué.
– Te hará daño, luego me lo devuelves.
– Entonces iré a mí casa por un suéter, me lo pongo y te doy tu abrigo.– Respondió cruzando sus brazos.
– De aquí en lo que haces eso, ya llegué a mi casa.
Reí y él hizo un puchero.
– ¿Por qué siempre terminas ganando tú?
– No lo sé, tú accedes fácilmente.– Sonreí.– Bueno, ya es hora de irme, adiós Jimin.– Me incliné para besar su mejilla en modo de despedida y estaba a punto de hacerlo, pero me detuve al ser consciente de lo que estaba haciendo.
– Sólo hazlo.– Rió al notar mi estado y finalmente junté mis labios con su mejilla.– No me quiero enamorar de tí pero lo haces complicado.– Dijo nervioso mientras lo miraba sorprendiendome por eso.– Le tengo que ser fiel a mi conejito así no lo haya visto en diez años.
– ¿Te estás enamorando de mí?– Lo miré aún sorprendido y él bajó la mirada avergonzado.– No te preocupes, yo también tengo alguien en mi corazón...
– Entonces deja de comportarte así conmigo.– Murmuró.
– ¿Así cómo? Sólo estoy siendo Jungkook.– Reí levemente.
– Olvídalo.– Negó con la cabeza, al final nos despedimos y antes de que Jimin abriera su puerta, una señora lo hizo y al verme se sorprendió, ¿por qué? No le dí más vueltas al asunto y simplemente me fuí corriendo de ahí, no quería llegar tarde y preocupar a mis padres.
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Promise of love || Kookmin
FanfictionJungkook hizo una promesa con un niño cuando ambos tenían tan sólo siete años de edad. Aquella vez fue la última en la que vio a aquél niño justo antes de que se fuera de Busan. Pero quién diría que después de diez años, ambos niños se verían de nue...