Piece of Art.
Sus caderas danzaban y se movían hacia todas las direcciones, siendo seguidas con mi mirada sin perderme ni un solo detalle.
Su cuerpo era arte mismo, arte del más preciado, de esos que no puedes hacer nada además de contemplar y privarte el deseo de tocar.
Todo él era una pieza de arte.
Aquellos ojos que te veían desde lo alto de su escenario, diciéndote con la mirada "Todo esto es mío", dejándote las ganas de responder "Todo esto es tuyo". No eran de un color impresionante, ni perfecto como lo pintan los estereotipos, ni un azul ni un verde. Eran de un color negro azabache que resaltaban con ese brillo único, hipnotizándote de la misma manera en que lo hacían sus movimientos.
Escultural cuerpo digno de admirar, con las proporciones exactas para hacerte fantasear como un loco. Unos muslos gruesos y firmes que no dejan nada a la imaginación, cintura un poco más estrecha de lo que la anatomía masculina permite exhibir naturalmente y un trasero que si bien no es gigante, es lo suficientemente redondo y atrayente como para hacerte babear.
Oh, su voz...
Mientras te sumergias en la belleza de su cuerpo y en la tentación de su mirada al igual que su danza, estaba la cereza de todo ese suculento postre. De su voz brotaba una suave y fina melodía, llegando a lo agudo sin ser chillón, subiendo tonos y bajándolos sin problema alguno, haciendo tu piel erizar al entonar tan solo una palabra.
Sin embargo, lo perfecto no dura demasiado, ni mucho menos es tan fácil de alcanzar.
Todo lo bueno dura poco, y esta no es la excepción. La música, el baile y el canto se detienen, dejando el lugar en un silencio que dura un par de segundos, los cuales se necesitan para recuperarte después de tan espectacular presentación; luego, el lugar se llena de aplausos, exclamaciones y silbidos hacia la estrella, la cual con su hermosa gracia, sonríe y agradece en reverencia.
Sin más, el telón cae, dejándote ver nada más que el escenario cubierto con su tela roja y gruesa.
No ves más aquella obra de arte viviente, epítome del pecado más perfecto de los que puedas imaginar.
Con ello me refiero a ti, Jeon JungKook, el pecado más tentador de todos los que he podido presenciar.
『○●』
Donde Jeon Jungkook es la estrella del burdel más codiciado de toda Corea y Taehyung es otro chico que desea tan siquiera estar una noche con él.
Ansiando aquello que todos codician, descubriendo que aquel perfecto espécimen no es tan sólo un artista que exhibe su cuerpo y seduce a todos con una sola mirada.
Descubriendo... Que realmente ese hombre era una verdadera belleza tanto en su interior como lo denotaba su físico.
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Piece of Art - 『Taekook 태국』
FanfictionSus caderas danzaban y se movían hacia todas las direcciones, siendo seguidas con mi mirada sin perderme ni un solo detalle. Su cuerpo era arte mismo, arte del más preciado, de esos que no puedes hacer nada aparte de contemplar y privarte el deseo d...