{悪役になりたかったのですが、結局ゲームのヒーローになりました}//{Quise ser la villana, pero acabé siendo la heroína del juego}
«Por supuesto, si tengo que jugar este roll entonces lo haré a mi manera y eso incluye elegir mi propio harem~»
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— *Ah, ya veo...*
Miraste a la otra persona que estaba acompañada de otras dos.
— *Si recién hace algo la villana quiere decir que hay una ruta empezada o predeterminada por la que estoy yendo teóricamente. Supongo que es Kuroh debido a que paso bastante tiempo con Shiro. Que yo recuerde no hay otro del cual sea cercana. Los siguientes más cercanos son los de Kimetsu, pero no habían rutas así que por ahí no puede ser. En cuanto al resto con los que hablo ya espanté a las rutas principales.* Entonces, qué es lo que quieres.
— Hmp, parece que no eres consciente de tu posición.
— *Ah, ahí está, las frases absurdas de villana...* — desvías la mirada con desgana.
— A qué viene esa cara.
— No, simplemente me desmotivas... — suspiras resignada —. En fin, supongo que eso es lo mejor que puedes hacer. De cualquier forma no creo que sea buena idea intentes algo. Si te retiras ahora te perdonaré. Realmente eres patética.
— ¿¡Cómo..!? Tú, maldita, no te creas la gran cosa.
— *Supongo que eso es un "no"* — piensas sacando tu arma.
— Espera, que hace con eso.
— Seguro es solo para intimidar, no se preocupen.
— Mmm... — miras a las tres —. Tú serás la última ya que me pareces linda y sino las otras huyen — señalas —. Ahora... — sonríes sádicamente —. *Hora de desahogarse.*
— ¡!
Una vez acabaste con todo y te retiraste notaste como si alguien te siguiera así que giraste a ver curiosa comprobando que cierto rubio te observaba aún escondiéndose.
— ... Oye, sal.
— ¡! — se esconde.
— *Y ahora deja de asomarse...* Te he visto...
— Hmp, pero que coincidencia encontrarme con la mestiza — dice saliendo y acercándose.
— No se puede llamar coincidencia a algo que uno mismo provoca.
— ...
— Deja de seguirme si no quieres volver a recibir lo de la otra vez.
— ¡Fufuhahahaha! Me gustaría verte intentarlo. Solo me pillaste desprev..
Le diste con tu arma en las partes y viste como caía de a poco al suelo.
— P..pagaras por esto...
— Qué eres, un Nagurareya. Lo siento pero no estoy interesada en pagar por pegar a alguien — dices retirándote.
— Oh, ahí estás ahí estas — dice para correr donde te encontrabas — ¿Hoy irás a entrenar?
