Time Traveler [Marcus Vulturi]

ii

Bajamos del coche tranquilamente. Una pareja salió de la mansión, Carlisle y Esme hablaron con ellos mientras Alistair soltaba comentarios sarcásticos. Le ignoré y me dejé caer apoyada sobre el coche.

—Bueno ahora estaremos todos en la lista de Aro —rodé los ojos al escuchar el comentario de Alistair —. Siglos de huida continua, eso es lo que me has aportado. Menudo amigo, Carlisle.

—Alistair, Valle, venid a conocer a todos.

—Ya te he dicho que si hay lucha, no me alinearé contra los Vulturi —ignoré la discusión y me acerqué hacia Carlisle con tranquilidad.

—No habrá lucha —Carlisle parecía seguro de aquello y a pesar de mis dudas, decidí creer en él.

—Estaré en el ático —un segundo después Alistair ya había saltado hacia el último piso de la casa Cullen.

—No es muy sociable —murmuró Esme.

Edward me observó tratando de encontrar algo que me convirtiera en un peligro, sin embargo, yo sabía que no lo encontraría. El peligro que yo suponía no era nada físico.

—Chicos, ella es Valle, una vieja amiga. Valle, ellos son mi hijo Edward y su esposa Bella —Carlisle colocó su mano sobre mi espalda baja tratando de acercarme algo más al grupo.

Yo asentí mirando hacia ellos pero en ningún momento dije nada. Yo no hablaba con desconocidos. Podía sonar a niño pequeño, pero era un lema que había aprendido con los años.

Bella me sonrió y Edward devolvió el asentimiento.

—Bienvenida, gracias por venir.

Observé a Edward fijamente. Había encontrado a otro vampiro con su mismo poder hacía ya bastantes siglos. Así que era bastante capaz de reconocer cuando trataban de leer mi mente.

—No vas a encontrar nada, deja de buscar —todos me miraron confundidos mientras Edward lo hacía sorprendido. Segundos después me guiaron hacia el interior de la casa.

Veinte pares de ojos rojos me observaron de repente. No miré a nadie excepto a la única niña de la habitación, a quien me dirigí con rapidez. Un chico con un extraño olor y una mujer rubia se colocaron justo delante de mí, ambos gruñendo.

Sonreí mientras Carlisle se colocó justo a mi lado.

—Tranquilos, no hay ningún peligro. Es una vieja amiga. Valle, ellos dos son Rosalie y Jacob, la pequeña detrás de ellos se llama Renesmee.

Rosalie se quitó lentamente mientras Jacob siguió gruñendo. Renesmee salió de detrás de sus piernas y se acercó a mí. Me agaché y dejé que posara su mano en mi rostro. Vi a Bella el momento en que la niña nació, vi a Renesmee en el interior de su madre. Lo vi todo.

Ella se alejó de mí y yo me levanté mirando hacia Carlisle. Asentí y desparecí hacia el interior del bosque.