Chasqueó la lengua molesto. Era la quinta vez aquella semana, tomó el teléfono y descolgó la llamada entrante, cuyo tonos llevaba sonando aproximadamente de tres a cuatro tonos repetitivos y largos, pesados y molestos, repudiando a la persona que estaba llamando, respondió con arrogancia, a través del interfono un gemido se dejó escuchar, pidió ayuda.
Colgó inmediatamente y se levantó de la silla, sin prisa, era la quinta vez aquella semana que le llamaba pidiendo "ayuda". Tomó las llaves de la casa, unas pastillas especiales anticonceptivas, pues obviamente no habría usado condón, y las llaves del auto. Entró en el mismo y lo encendió, seguidamente se dirigió al mismo lugar de siempre. Al llegar a la puerta del pub se detuvo en la puerta, allí el cuerpo, aparentemente, en peligro, caminó hacia el coche con una sonrisa burlona en sus labios, llena de satisfacción en el fondo. Abrió la puerta de copiloto y cerró tras ella, le dio las pastillas, ella tomó tres y un trago amargo, largo, ansioso de agua, mientras dejaba caer la mitad por la borrachera que llevaba encima.
- amor... Debemos ir a la policía... Un maldito violador me atrapó en un camerino- la miró en silencio, con asco por los restos de semen que no había limpiado, hizo una mueca con el labio, y encendió el coche una vez más. Arrancó y se dirigió al lugar indicado.
La quinta vez aquella semana.
Y solo era miércoles. La dejó en la puerta de la comisaría, ella se bajó y se dirigió a la entrada tambaleándose de forma torpe y patosa, incluso a punto de caerse al subir las escaleras. Tomó el teléfono del bolsillo y apagó el motor, sin retirar las llaves del contacto, sabía que pronto se iría de allí, por un motivo u otro, suspiró y entró a Instagram, sabía que tardaría más de lo que debería. Desvío la mirada hacia la entrada, ella estaba apoyada en el mostrador, mostrándole todos los pechos al policía, devolvió la mirada al móvil y respondió el mensaje positivamente. Después salió de la aplicación y entró en el WhatsApp, dejándole un mensaje a su novia, diciendo que se iba con unos amigos, que luego cuando acabase, que la policía la llevase a casa por su seguridad. Desconectó el teléfono, lo dejó en el posavasos que traía el auto de serie y arrancó el coche. Después se fue de allí. Tras varios minutos de camino aparcó delante de un local iluminado con luces neón, era una discoteca conocida, donde estaban grandes amontonaciones de adolescentes haciendo botellón en la puerta, y entre ellos, la persona que había venido a buscar, en el mismo sitio de siempre, a la misma hora de siempre y sonrió de lado, cuando el compañero entró en el vehículo, le dio un beso en los labios.
- ¿Que tal con Tammy?
- Follando con un policía, estará ocupada un rato- arrancó el coche.
- Es la sexta vez, ¿No?
- Sip, la sexta vez en una semana...- salió del aparcamiento en el que había estacionado hacia unos segundos, su novia no es que le fuese infiel, simplemente le gustaba demasiado el sexo con las personas que no fuesen su novio, así que desde hacía un largo tiempo ya no la consideraba su novia, inclusive la había terminado, pero ella hizo odios sordos, fingiendo que seguían siendo pareja, lamentablemente él no sentía lo mismo hacia ella. Evidentemente no iba a ser tan idiota que iba a tener por "pareja" a alguien que nunca estaba con él.
Se dirigió al punto marcado, el club de la "calle prohibida", aunque irónicamente no era una calle prohibida, sino que era una calle peligrosa para todo tipo de públicos que no están acostumbrados a esas cosas, y por "esas cosas" significa que un callejón pueden estar teniendo sexo tres personas.
- es miércoles- soltó una risilla.
- por eso mismo- sonrió ladeado, con algo de burla.- tenemos de dos a tres horas- lo miró. Asintió con la cabeza.
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135.- Mafihuana (Au Mafia) (Bunny)
FanfictionChasqueó la lengua molesto. Era la quinta vez aquella semana, tomó el teléfono y descolgó la llamada entrante, cuyo tonos llevaba sonando aproximadamente de tres a cuatro tonos repetitivos y largos, pesados y molestos, repudiando a la persona que es...