Pensamientos

Carta

No se que paso, como comenzó, sólo se que fue algo en lo que ya no creía yo.
Fue tan distinto, tan no terrenal, que me vuelve loca la idea pensar que se tenga que acabar. Aunque aveces es mejor acabar las cosas antes de que hagan daño, aveces es mejor vivir el momento y esos pedacitos de felicidad que te regala esa persona que pudo cambiar tu mundo.

El mio fue cambiado por ella, una chica normal, un día normal. Nunca creí que significaría tanto para mí, ni que si esto llegará a acabar en algún momento me afectaría de la manera que lo hace ahora. 

Yo solo se que la mire en el momento justo para que mi corazón se acelerara, mi boca se distendiera un poco hacia abajo y me quedara embobada mirándola. No se que tenía, no lo sé, pero me perdí en su magia. Me atrapó en una mirada y ahí quedé, me hechizo.

Dicen que esas personas con los ojos tristes como ella; tienen esa capacidad de que encantan a los demás y mueran por hacerlos felices, también dicen que sólo son personas que vienen a tu mundo a eso: Darte momentos y recuerdos lindos.

Y yo en lo personal, creo, que ella fue más que eso. Fue: una buena música, un atardecer, una linda conversación, ilusiones perfectas, ganas, fuego, sombra, y luz, ella fue ella y yo quise con ella aprender a ser yo.

Pero el tiempo no me alcanzó. No pude mover las fichas cuando tocaba y la perdí. La vi desvanecerse por no saber que hacer, ni como llevar la situación.

Pero ahora me siento rara. Porque se que no tenía que extenderse más, que las cosas tienen un final cuando alguien decide ponerles punto. Pero la necesito porque me acostumbré a esos pedacitos de felicidad que ella me regalaba mientras nadie más lo hacía, y si lo hacían no interesaban porque los de ella me gustaban más.

Aunque bueno, sólo tengo que acostumbrarme a no tenerla, a no sentirla, a no escucharla, a no verla. Tengo que saber que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde y que aveces uno no puede ser dos.

Y cuando eso pase será genial porque no la perderé total, podré por lo menos hablar de ella, hablar con ella, y esos momentos y estos de ahora sólo serán recuerdos geniales de aquel eclipse que me enseñó en medio de la aurora.